VALÈNCIA. El concejal de Protección Ciudadana de València, Aarón Cano, cree que la solución al botellón no es policial sino "participada y colectiva" entre todos los agentes implicados y advierte que un "botellódromo" no es solución y que el problema no debe enfocarse solo como derecho al descanso.
Aarón Cano (València, 1972) asegura en una entrevista con EFE que el botellón ha de verse desde el enfoque de que el alcohol "no es un elemento de socialización", algo que, a su juicio, debe advertirse "como un problema" porque si los jóvenes lo asumen así ya, esa percepción de la bebida les "acompañará toda la vida".
"No sé cuál es la solución al botellón pero lo que tengo claro es que policialmente no se soluciona y voy a implicar al mayor número de agentes posibles y con capacidad de acción en este tema para acometer este problema, porque tiene que tener una solución participada y colectiva", sostiene.
Por eso, ha convocado la mesa cívica en la que participan hosteleros, consumidores, vecinos y Policía Local y a la que no tendría inconveniente en incorporar también a los jóvenes, que ahora no están presentes, porque "hay que tener a todos los implicados en la solución de este problema".
"Quizá tendríamos que plantear la presencia de los jóvenes en la mesa cívica. Lo que tengo claro es que un botellódromo no es la solución porque hay un problema de un consumo de alcohol", agrega.
Reconoce que en su primera experiencia en la gestión pública pidió la Concejalía de Seguridad Ciudadana pero nunca se "planteó unirla a Movilidad porque, según recuerda, el Tráfico es "solo una parte" de la tarea de la Policía Local, que también trabaja en violencia de género, delitos de odio, mediación o asistencia social.
"Somos muchísimo más que unos meros controladores y sancionadores del tráfico", apunta y, aunque reconoce los cambios de tráfico pueden provocar "tensiones en la circulación que a nadie le gustan", sostiene que en tránsito viario "tenemos que ir hacia otros parámetros que no son los que hemos vivido hasta ahora".
Sus prioridades esta legislatura, admite, son la lucha contra la violencia de género y potenciar el grupo Gamma, así como dinamizar la Policía de Barrio, dos herramientas "para prevenir delitos y mejorar la convivencia".
Confía en que la nueva Ordenanza de Convivencia, muy avanzada la pasada legislatura y que incluye aspectos de reeducación contra el botellón, se apruebe en el primer semestre del año que viene, una vez que ya tienen un primer borrador las asociaciones de vecinos y en breve lo tendrán el resto agentes y servicios municipales implicados para hacer sus aportaciones.
Asegura que los porcentajes de delincuencia en la ciudad "pueden esconder muchas cosas" y las cifras "vienen dadas por diferentes situaciones", por lo que defiende que lo que hay que hacer es crear una "estructura que ayude a prevenir el delito", algo que, a su juicio, ya están haciendo desde Policía Nacional y Policía Local.
"València es una ciudad muy segura", y aunque en materia de carterismo está muy lejos de Madrid o Barcelona, asegura que en su afán de ir por delante en prevención valoran realizar acciones puntuales en momentos de aglomeraciones como las mascletaes de Fallas.
Afirma también que, en la lucha contra el terrorismo "la Policía Local somos colaboradores de la Policía Nacional pero tenemos una cosa que no tiene ningún cuerpo y fuerza de seguridad del Estado, la presencia territorial".
"La policía de proximidad te hace tener ojos, nariz y orejas en toda la ciudad y eso es muy importante y muy valorado por el resto de cuerpos", añade.
Reconoce que la agitación entre la ciudadanía tras los atentados de Barcelona es menor pero la profesionalidad de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado es "elevadísima" y, como "la seguridad no se anuncia", hacen perfectamente su trabajo para que "la gente se sienta segura", en el marco del nivel 4 de alerta antiterrorista.
De otro lado, asegura que València "está preparada" para una posible emergencia por lluvias y valora el amplio nivel de coordinación entre administraciones, además de reconocer que la última DANA con alerta roja "sirvió como simulacro en tiempo real de cómo reaccionar en situaciones adversas".
Admite que no se fija un máximo de plantilla para la Policía Local aunque considera que un ratio de 1.700 sería "ideal", mientras que en los Bomberos trabajan para que se vaya incorporando en las próximas ofertas de empleo un número igual o superior a los 58 que van a entrar en el cuerpo en breve.