VALÈNCIA. Adela Cortina, directora académica de la Fundación Étnor, ha abogado por evitar las polarizaciones y construir un nosotros para contrarrestar el retroceso a los localismos y a los "nacionalismos cerrados" que se da en la actualidad, en un mundo que es "multipolar pero no multilateral".
La filósofa realizó esta reflexión durante su conferencia El mundo de hoy: valores democráticos frente a valores autocráticos, con la que inauguró el XXXII Seminario Permanente de Ética Económica y Empresarial de Étnor, que este curso 2022-2023 lleva por título Valores humanistas para el siglo XXI: un reto también para las empresas.
En el inicio de su intervención, Adela Cortina, que ha sido presentada por Agnès Noguera, vocal de la ejecutiva de Étnor y consejera delegada de Libertas 7, y Pedro Coca, presidente de Étnor, ha recordado los orígenes de Étnor, sus objetivos y fundadores, así como su trayectoria a lo largo de más de tres década. “El tiempo ha demostrado que las empresas que actúan éticamente, en el medio y largo plazo, generan más confianza, más responsabilidad y tienen una mayor permanencia”, ha asegurado.
Adela Cortina se ha referido a la actuación de las empresas durante la crisis sanitaria, económica y social desencadenada por la covid. En su opinión, muchas empresas “respondieron muy bien” y eso les otorgó un gran crédito. “Cuando la gente fue viendo que había abastecimiento, que las empresas respondían a las necesidades de las personas, que se reinventaban y organizaban acciones solidarias, que se implicaban en la vida cotidiana y que intentaban mantener los puestos de trabajo, la gente vio que estaban ayudando a crear una mejor sociedad”, asegura Cortina.
La covid sirvió también para tomar conciencia de la vulnerabilidad y fragilidad de las personas y los países y de que la solidaridad es indispensable. En ese contexto, apunta, “algunos nos atrevimos a hablar de la tradición cosmopolita, aquella que viene de los estoicos y que aboga por la construcción de un mundo solidario en el que todo ser humano tenga cabida”. Sin embargo, la invasión de Ucrania ha supuesto una “gran decepción” al llevarnos de nuevo a “ese mundo de ayer que creíamos haber abandonado”. La crisis bélica, económica y social se ha extendido por todo el mundo, también en el sur global, y, en opinión de Adela Cortina, nos encontramos en un momento de retroceso: “Hemos retrocedido a los localismos, a los nacionalismos cerrados, a un mundo que es multipolar pero no multilateral. Cada uno va a sus intereses y ya no se piensa en ese mundo que tendríamos que construir entre todos”.
Los valores son el motor de la acción humana, son los que mueven el mundo, afirma Adela Cortina. Cuando son negativos nos repelen, cuando son positivos nos atraen y nos seducen, y sirven, como afirmaba el filósofo Xavier Zubiri, para “acondicionar el mundo y hacerlo habitable”, porque “un mundo sin alegría, sin esperanza, sin ilusión, sin felicidad y sin justicia, sería un mundo invivible”, afirma Cortina.
En su opinión, la historia de la humanidad, con sus avances y retrocesos, ha sido una historia de progreso que ha ido ampliando el número de colectivos beneficiados por esa “habitabilidad” de nuestro mundo en el que todos tienen que encontrar un hogar y en el que los valores positivos estén encarnados.
El primero de estos valores sería la democracia, recocida universalmente por todos, incluso el Partido Comunista Chino, en su Libro Blanco, reconoce a China como una democracia que funciona y señala que cada sociedad tiene su idea de democracia y que nadie puede imponer a otro su idea. “Algo tendrá la democracia cuando todos quieren apuntarse a ella”, apunta Cortina. En este momento de enfrentamiento de valores democráticos, que son los ligados a valores democráticos, frente a valores autocráticos, son los primeros los que todos, también las empresas, debemos defender frente a los valores autocráticos.
El principal valor democrático es la libertad, un gran principio que elimina cualquier régimen autocrático. Adela Cortina advierte del aumento de las autocracias, no sólo en oriente, también en occidente. Otro valor es la igualdad política y legal, pero también la reducción de las desigualdades y el respeto a la igual dignidad de todas las personas sin ser instrumentalizados. Un tema fundamental, señala Cortina, es la libertad con responsabilidad, “quien es libre debe ser también responsable”. La transparencia, frente a la opacidad, la excelencia, la deliberación pública y la opción por una paz justa, son algunos de los valores a los que se ha referido Adela Cortina para “evitar las polarizaciones y construir un nosotros”.
La directora académica de Étnor se ha referido al barómetro de confianza de Edelman 2021 y 2022 que destaca que, en este momento, son las empresas las que gozan de mayor confianza de la sociedad, más que los medios de comunicación y los políticos, en gran medida debido a su actuación durante la pandemia. “Las empresas deben intentar ser cada vez más fiables y deben emplearse a fondo para construir ese mundo habitable porque son las que tienen los medios para crear empleo y riqueza y esa es la clave para hacer un mundo más habitable”, asegura Cortina. Y tienen que hacerlo en contacto con los políticos y con la sociedad civil, pero, en su opinión, “deben tener un papel protagónico defendiendo esos valores que son realmente humanistas y que van a crear ese mundo para todos”.