José Ignacio Goirigolzarri (Fotos: Kike Taberner)VALÈNCIA. "Y aquí concluye el acto de esta junta, la última junta de accionistas de Bankia, y les agradezco a todos ustedes una vez más su asistencia tanto presencial como telemática; y no les puedo negar que para mí hoy ha sido un día muy especial y estoy seguro que también para todos ustedes. Hoy ponemos fin a un proyecto que iniciamos hace casi nueve años. Les quiero agradecer profundamente -en mi nombre y en el del consejo de administración- señores y señoras accionistas la confianza que han depositado en nosotros a lo largo de todos estos años. Muchísimas gracias y se levanta la sesión". Así despidió la última junta de Bankia (BKIA) su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, ciertamente emocionado como lo delataban sus últimas palabras, mientras era aplaudido por los asistentes a una junta que no llegó a las dos horas y media de duración.
La misma que había comenzado con el agradecimiento de Ana Julia Roselló, habitual notaria de las juntas para dar fe de las mismas. "Agradezco el buen trato que siempre he recibido por parte de empleados y consejeros", a lo que Goirigolzarri le devolvió las gracias y deseándole lo mejor para el futuro. Un acto que contó con medio centenar de asistentes físicos -se podía acudir seguir la misma por los soportes digitales de Bankia (BKIA)-, cuyo discurso del banquero vasco tuvo una carga emotiva y, cómo no, donde no faltó la palabra meritocracia, que la utilizó en varias ocasiones como ha venido siendo marca de la casa desde que fue nombrado presidente.
'Goiri' puso en valor el "impresionante" proceso de transformación que ha vivido la entidad a lo largo de todos estos años, basado en unos sólidos principios de gestión responsable. Lo hizo explicando que ahora -con la fusión- se inicia una "nueva etapa", con "un proyecto que es enormemente ilusionante porque vamos a crear el primer grupo financiero en España". Una nueva entidad que será capaz de generar una rentabilidad sostenible. "Me gustaría resaltar que tras la fusión el nuevo CaixaBank será una entidad con una gran fortaleza financiera, capaz de generar una rentabilidad sostenible. Y esta es la condición necesaria para poder maximizar los dividendos en efectivo, que es el objetivo de todos nosotros".
El presidente de BKIA, que lo será también del nuevo CaixaBank (CABK), pero eso sí de forma no ejecutiva porque las riendas las llevará Gonzalo Gortázar, actual consejero delegado de CABK, recordó el largo recorrido desde que en 2012 iniciara el proyecto. Un periodo durante el cual se han atravesado momentos "muy duros". Y es que "el camino no siempre ha sido fácil", indicó; mientras más de uno recordaba las agitadas primeras juntas donde el Palacio de Congresos de València era un auténtico búnker tomado por las fuerzas de seguridad.
Asimismo se refirió con "enorme orgullo" a que el equipo consiguió durante este tiempo lo que muchos dudaban que fuera posible, es decir, convertir a Bankia en un banco sostenible, solvente y con altos índices de satisfacción por la calidad de servicio prestada. Y fue más allá al señalar que BKIA pasó de ser el principal problema del sector financiero y de estabilidad en España en 2012 a ser un referente dentro del sector, y a contribuir de forma decisiva a la mejora socioeconómica del país.
Goirigolzarri volvió a insistir en que CABK es el 'novio' ideal. "Iniciamos un nuevo proyecto acompañados por el mejor compañero de viaje que podíamos tener para esta nueva etapa, que es CaixaBank". Un 'matrimonio' que se consumó horas después cuando la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) daba el visto bueno a la fusión, pero eso sí fijando una serie de condiciones en la red de oficinas de ambas entidades, tal y como ha venido contando este diario en las últimas semanas.
El presidente de BKIA admitió ser "plenamente consciente" de que el proceso de adaptación de los equipos a corto plazo no será fácil; pero eso sí se mostró convencido de que a medio plazo sus profesionales tendrán acceso a muchas mayores posibilidades de crecimiento en sus carreras. A su vez, hizo una especial mención a los miembros del consejo de administración, actuales y pasados. "A lo largo de todos estos años, los consejeros del banco del que ustedes son propietarios han dado un permanente ejemplo de dedicación, profesionalidad y de profunda independencia, y subrayo la profunda independencia".
Entre otros aspectos, y siguiendo con su discurso, Goirigolzarri, reconoció que el resultado final del conjunto de posiciones y el peso de directivos de BKIA en el organigrama del nuevo CABK es "razonablemente equilibrado", considerando las dimensiones de ambas entidades. En este sentido explicó que el sistema de valoración de directivos se ha basado, en parte, en más de 2.200 entrevistas realizadas, un complemento que considera "positivo y loable". En cualquier caso, se tendrán en cuenta además otros criterios como la propia historia de cada una de las personas, su formación, sus resultados y sus conocimientos.
Por su parte, el consejero delegado de Bankia, José Sevilla, también intervino en la junta, realizando un análisis de las últimas cuentas presentadas y que se sometían a su aprobación. Lo hizo comentando el "complicado" entorno derivado de la crisis de la covid-19 y, finalmente, agradeciendo el trabajo y la ayuda de todos los miembros del consejo de administración durante la etapa de BKIA. "Ha sido un privilegio formar parte del consejo", manifestó.
Una docena de accionistas -la mayoría presenciales y representantes de los diferentes sindicatos de la entidad, además de grupos de accionistas- participaron en el turno de intervenciones. Varios sindicatos criticaron que la representación de los profesionales de BKIA en el equipo directivo de la nueva CABK sea "minúsculo". "No hemos empezado bien, presidente. La plantilla de Bankia no se lo merece", manifestó Ángel Bartolomé de ACCAM-Bankia. En esta misma línea, Jorge Terrasa (ACB-Bankia) pidió que el nuevo equipo directivo ya anunciado no sea el futuro de lo que le espera a los profesionales de BKIA.
Otros representantes sindicales- como UGT, CC OO, SATE, CGT o ASIP- insistieron en sus intervenciones en la importancia de que el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) contemple indemnizaciones atractivas, salidas no traumáticas, prejubilaciones, voluntariedad total y alargamiento de los plazos. Todo ello advirtiendo que con la "importante" participación del Estado en el nuevo grupo -del 16%- no se puede correr el riesgo mediático ni reputacional de crear un clima de conflicto con la plantilla a la hora de negociar el ERE. Asimismo incidieron en la idea de lograr una verdadera equiparación de las condiciones laborales y armonización de la previsión social entre los trabajadores de ambas entidades. Y así fue como dejaron claro que lucharán por que esta homologación sea real y no engañosa.
Goirigolzarri cogió el guante asegurando que la posición del banco en la interlocución con los representantes de los trabajadores para el ERE será la de buscar un acuerdo mayoritario, que en la medida de la posible sea por voluntariedad y que la aplicación de los criterios sean absolutamente meritocráticos, independiente de la entidad de procedencia. "Es cierto que una fusión siempre supone en el corto plazo atravesar por momentos no sencillos, será necesario adaptarse al nuevo proyecto y a las necesidades derivadas del redimensionamiento", reconoció el banquero vasco, añadiendo que en breve se producirá el cierre de la fusión y se comenzará el proceso de análisis para acometer la reestructuración. "Encontraremos soluciones acordadas y razonables", apostilló.
Poco menos de dos horas y media desde que se iniciara la junta al mediodía se cerró tras aprobar los accionistas la totalidad de los distintos puntos del orden del día, tal y como no podía ser de otra manera. Una junta de despedidas, agradecimientos y recuerdos.
