Agua, de mi madre y de los demás

Mi madre nació en una aldea asturiana y siempre cuenta que le encanta ver llover, escuchar ese sonido de las gotas de lluvia golpeando en el suelo. Allí, cuando llueve "sin mojar" lo llaman orbayo. Aquí, en Valencia, poco sabemos de esa llovizna y más de la famosa frase "al meu país la pluja no sap ploure".

El agua es el origen de la vida, paisaje e identidad. Es agricultura y, por tanto, base para la soberanía alimentaria. Tenemos como pueblo valenciano la tradición de saber valorar el agua y aprovecharla bien, debido precisamente a que se trata de un bien escaso y preciado. Y sí, nos molesta cuando otros no lo hacen.

Una buena gestión ambiental y económica son las causas que han posicionado la Comunitat Valenciana como líder en Europa en la reutilización del agua. En nuestro territorio somos pioneros en ahorro de agua y reutilizamos más del 60% de este recurso tan esencial que tratan nuestras depuradoras, gracias a que ya hace 30 años se llegó a un acuerdo y con la aprobación de la Ley de Saneamiento de 1992 se fijó un impuesto ambiental finalista pionero en la fiscalidad verde: el canon de saneamiento.

Ahora en Europa nos preguntan cómo lo hemos hecho para copiar el modelo. Eso sí, mientras el anterior gobierno del PP dejó en la empresa Epsar que gestiona el canon una deuda de más de 700 millones, el actual gobierno, además de sanearla en la actualidad, estamos ejecutando una planificación para los próximos años de más de 500 millones de euros. El objetivo es claro: seguir incrementando la depuración y reutilización de este bien tan preciado, que permite devolver el agua a su ciclo natural en condiciones de calidad óptima para mejorar el estado de los sistemas acuáticos y reducir el impacto de la actividad humana en la naturaleza.

Ojalá otros gobiernos entendieran la relevancia de potenciar el saneamiento, la depuración y la reutilización, como principio fundamental para proteger el ciclo del agua y los ecosistemas asociados.

Se trata de gobernar bajo la solidaridad medioambiental y social garantizando al mismo tiempo que los cinco millones de habitantes podamos disfrutar del acceso al agua, un servicio público capaz de hacer llegar el derecho al agua y saneamiento a todas las personas hoy y siempre, pues la gestión ha de tener visión de futuro. Este es un derecho fundamental reconocido por la Organización de las Naciones Unidas como “el derecho a disponer de agua suficiente, saludable, aceptable, físicamente accesible y asequible para uso personal y doméstico” y, cuyo día, hoy celebramos con los deberes cumplidos, garantizando su acceso a toda la población.

De igual modo, con la creación e impulso del Observatorio dedicado precisamente a garantizar transparencia y buena gestión del ciclo integral del agua, buscamos la implicación ciudadana y la protección de este derecho.

Precisamente, hoy empieza en Nueva York la Conferencia del Agua de la ONU con la intención de crear una agenda de acción que reúna compromisos concretos para conseguir que el acceso al agua sea real en todo el mundo. Estaremos atentos.