opinión

El ahora o nunca de Europa en sus relaciones con América Latina

Bruselas busca fortalecerlas para frenar el avance político/comercial de China y Rusia en la región, tal y como explica el consultor

6/10/2022 - 

VALÈNCIA. Bruselas lleva meses preparando un documento para 2023 con el fin fortalecer de manera urgente las relaciones diplomáticas y comerciales con América Latina para frenar el avance político/comercial de China y Rusia en la región. Pero la gran pregunta es ¿por qué hemos descuidado tanto las relaciones con esta parte del mundo durante tanto tiempo y porque ahora urge tanto?

Esto es algo difícil de entender y contra lo que algunos (pocos) políticos han luchado muchos años; especialmente porque probablemente sea la parte del mundo con la que más similitudes tenemos a todos los niveles. Y esto no es una perspectiva socialdemócrata tradicional sino más bien algo de principios básicos.

Hay tres razones principalmente por las que hemos descuidado las relaciones con la región:

  • Un problema es que los estados miembros individuales de la Unión Europea (UE) eligen los países comercial y económicamente más interesantes, mientras establecen sus relaciones bilíteras entre ellos.
  • En la UE ven la política latinoamericana como una prolongación de las relaciones exteriores hispano-portuguesas, solo que con una dimensión europea.
  • Especialmente en los últimos años, hemos estado inmersos en reflexiones y negociaciones sobre cómo reenfocar internamente la UE. Todo ello sin entender qué parte de ese enfoque debe ser como trasladamos nuestra influencia fuera de las fronteras europeas.

Si miramos lo que está sucediendo en el último año y medio, especialmente en Chile o Colombia y todavía más en Brasil y México como economias tractoras de la region. Los gobiernos progresistas en Europa harían bien en hacer esfuerzos más significativos para llegar y profundizar en América Latina. El peligro inminente -y la razón de las prisas actuales- es que algunos estados latinoamericanos se están alejando de la UE y acercándose peligrosamente a Rusia y China, sobre todo en la inversión y los acuerdos comerciales.

Colapso en las clases medias

Si bien los políticos latinoamericanos -especialmente los de izquierdas- condenan esta guerra vergonzosa, muchos no apoyan las sanciones impuestas a Rusia. Pese a todo para la UE el aumento de precios de energía y alimentos es soportable, pero para las economías latinas supone hambre para muchos sectores poblacionales y colapso en las clases medias.

La UE necesita a América Latina como un socio estratégico. Y muy especialmente en la actual coyuntura donde la democracia y las instituciones occidentales están bajo amenaza. En su mayor parte, los gobiernos de la región favorecen el multilateralismo y respaldan firmemente a las Naciones Unidas. Todos son gobiernos que quieren ver los derechos fundamentales individuales consagrados como principios, incluso los nuevos gobiernos de Colombia y Chile. En este contexto, la UE haría bien en garantizar que no perdamos a estos países como socios preferentes.


La UE debe ser hábil e introducir una política económica que permita a los estados latinoamericanos llevar a cabo una asociación justa e igualitaria. Para ello, se necesita apoyo financiero mediante y una política comercial que no solo se base en la apertura de nuevos mercados y busque alianzas estructurales y de largo plazo. Esto no es fácil, ya que las alianzas económicas regionales como Mercosur o la Alianza del Pacifico no terminan de cohesionarse ni de integrarse como un único interlocutor regional. 

Por otro lado, el acuerdo de libre comercio entre Mercosur y la UE lleva parado hace más de un año. En este sentido, las principales economías de la región -Brasil y México- serán fundamentales como elementos tractores para el resto de países. Bien es cierto que en ambos casos viven momentos políticos muy complejos con presidentes populistas aunque de sentidos opuestos como Bolsonaro y López Obrador. La segunda vuelta de las elecciones brasileñas será fundamenta para el devenir de la región latina.

Ofensivas diplomáticas unilaterales

La UE debe actuar en bloque y no de manera aislada, según interesas y relaciones históricas de cada país. En este momento, a la vez que trabaja en un documento para cómo fortalecer las relaciones con la región, España o Alemania, lanzan ofensivas diplomáticas unilaterales, lo cual no facilita el estrategia común ni los acuerdos de bloque. 

¿Cómo hacerlo? Primero, y hablando claro, los países latinoamericanos necesitan dinero. Algunos de ellos no lo tienen y, por lo tanto, dependen del Banco Mundial (BM) o del Fondo Monetario Internacional (FMI). Argentina es un buen ejemplo porque próximamente le vence la próxima cuota con el FMI a la que muy probablemente no podrá hacer frente. El país se encuentra actualmente en una profunda crisis, luchando contra una inflación vertiginosa y con una acuciante necesidad de usar su dinero para acumular suministros y alimentos en el país para evitar la escasez en otoño.


El presidente de la República de Argentina, Alberto Fernández, también aborda el problema con bastante claridad al decir que se necesita el dinero del FMI para evitar que la crisis se agrave en la situación actual. Enfrentar la crisis de la deuda que afecta a algunos países latinoamericanos es un tema apremiante. Europa y Estados Unidos deben echar una mano aquí. Las empresas europeas también juegan un papel crucial y podrían ayudar a cerrar las brechas de inversión.

Igualmente importante en este contexto es la política de habilidades y educación, tanto a nivel escolar como universitario. Invertir en la formación de los jóvenes es un requisito previo esencial para las inversiones financieras. La UE debe volverse aún más activa en este campo.

Más prácticos y directos

Este tipo de acciones se alejan bastante de las estrategias de buscar influencias en la zona por parte de Rusia o China. Ambos países no entran en disquisiciones de contenido político ni de derechos humanos o de otras índoles. Son más prácticos y directos lo cual ha hecho que especialmente China -y en los dos últimos años también Rusia- hayan sido los socios comerciales e inversionistas más fuertes de la región.

Desde Europa estamos actuando tarde y mal una vez más, y de manera descoordinada en un momento donde la región latina está especialmente convulsionada a nivel político y al borde de estallidos sociales en muchos de los países de la zona. Pero al mismo tiempo, nunca ha sido tan importante como ahora erigirnos como el socio de referencia de la región, Si perdemos influencia en América Latina también perderemos muchísima relevancia a nivel global, de la misma manera que la región correría un grave riesgo de estabilidad política.

Ignacio González Ochoa es socio director de AVD Consultores

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