VALÈNCIA. Tras la pandemia, el Bosque Mediterráneo de Albal ha reabierto sus puertas dentro de su horario habitual: los lunes, miércoles y viernes. Además, durante esta legislatura, el gobierno de la localidad se ha marcado como objetivo ampliar el uso de este espacio que dispone de más de 30.000 metros cuadrados de vegetación y fauna autóctona. El bosque fue inaugurado en 2012 y es una de las zonas municipales de mayor potencia estética, patrimonial y ambiental. "Se trata de un centro sostenible, accesible y sobre todo didáctico", ha enfatizado el alcalde, Ramón Marí.
De inmediato, el consistorio comenzará a rehabilitar algunas zonas que se han deteriorado con el paso de los años. "Se van a invertir más de 30.000 euros en modernizar las aulas medioambientales, se va cambiar la señalética que ha perdido color, se va a repintar la señalización de todos los espacios y también el mobiliario", ha relatado por su parte Ramón Tarazona, concejal de obras y servicios. Del mismo modo, dentro de este proyecto también se aumentará el número de cámaras de video-vigilancia.
Junto con todo esto, el ayuntamiento también firmó la semanada pasada un convenio con la asociación Del camp a la taula, que incluye la cesión de una parte del Bosque Mediterráneo para el reciclaje de la materia orgánica que recogen dentro del proyecto Albal circular.
Ahora se han cumplido tres meses desde el que el colectivo impulsó esta iniciativa, instalando contenedores marrones en el municipio para el reciclaje de la materia orgánica y así convertirla en compostaje que revertirá en las zonas verdes municipales a partir de abril. "Se han recogido más de una tonelada y media de materia orgánica, el primer compost alimentará una zona del mismo Bosque Mediterráneo", según ha explicado David Chiralt, presidente de la asociación local.
Sobre las peticiones vecinales para la ampliación del horario de visitas, el primer edil ha explicado que se van a seguir dedicando "recursos y cariño durante los próximos meses, para responder a las peticiones ciudadanas pero manteniendo la idea de que sea un centro de conservación y no de ocio". De este modo, ha matizado que el paraje no es una zona de de pasatiempo sino un espacio de divulgación ecológica.