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Álex Marco pone en diálogo la pintura y el vídeo en el E CA de Riba-roja

23/03/2022 - 

VALÈNCIA. Utilizando la máxima del filósofo Marshall McLuhan, cuando dijo que el medio era el mensaje, Álex Marco renuncia, efectivamente, a mensaje alguno, para crear una obra en la que prima el gesto, la mancha y el trazo, sobre soportes pictóricos o cintas magnéticas. De todo ello da buena cuenta en la exposición Tiempo produce pintura – pintura produce tiempo que este viernes 25 de marzo se inaugura en el Espai d’Art Contemporani ‘El Castell’ (E CA) de Riba-roja de Túria.

“Es una exposición bastante dinámica, en la que hay dos cuerpos de trabajo -piezas de pintura y de video-, para que el espectador disfrute visualizándolas y reflexionando sobre ellas”, señala Marco de una muestra que, siguiendo al propio McLuhan -en una vuelta de tuerca a su famoso enunciado-, pretende hacer del medio el masaje. Un masaje cerebral mediante pinturas y videos que, repartidos por los diversos espacios del E CA, buscan la complicidad de un público abierto a las formas, más allá del estricto contenido.

“El medio es el mensaje”, evoca Álex Marco, para sugerir que le importa tanto el contenido, “como el regocijo de las características del propio medio”. “A través de lenguajes artísticos como la pintura, el collage o el film, las imágenes emergen en la obra de Álex Marco (Valencia, 1986)”, subraya Mariano Mayer, autor del texto que acompaña a la exposición que se prolongará en ‘El Castell’ de Riba-roja hasta el 26 de junio.

“Su estilo es abstracto, fragmentario y gestual. Tanto cuando superpone papeles pintados como cuando descubre en el espacio cinético elementos pictóricos, reúne constelaciones de fragmentos”, resalta Mayer, para quien la muestra “es un acto de visión que refleja un modo, entre otros, de producción de imágenes”. Imágenes para las que Marco recurre a los periodos de la experimentación cinética -finales de los 60 y principios de los 70-, que siguieron a las propias investigaciones formales de la pintura.

“Mi discurso antes era mucho más académico”, reconoce Marco, apuntando al bodegón, el retrato o el paisaje, sin cuyo “estudio primigenio del color”, dice, “no hubiera sido capaz de hacer lo que hago ahora”. “Le debo mucho a esa etapa de análisis del color”, añade, para acabar señalando cómo del paisaje fue “quitando elementos hasta quedarme con la materia”.

Así, apartándose de la narratividad y centrándose en el propio lenguaje plástico y fílmico, es como Álex Marco presenta su obra en el E CA, animando al espectador a que le siga en su aventura de exploración del medio como mensaje. De manera que si el medio, de nuevo asociado al masaje, se convierte en el vehículo principal de la emoción que suscita su sola contemplación, se debe a su poder para golpear la mirada de quien se deja llevar por la exaltación de la forma que caracteriza el trabajo de Marco.

“Las imágenes surgidas a partir de moduladores de señales o canales de circuitos cerrados de video conforman una trama visual específica”, señala Mayer, para quien el artista lo que hace es revisar “la capacidad de ciertos procedimientos de distorsión de señales de video” a la hora de “crear formas visuales autónomas”. “Esta estética, deliberadamente analógica, convierte al ojo en un selector de constelaciones abstractas”, agrega Mayer.

A ese ojo, completamente volcado hacia la percepción de ritmos, armonías y repeticiones, y tradicionalmente reacio a abandonar el universo de los significados que le propone la narración clásica, es al que apela el artista con su exposición ‘Tiempo produce pintura – pintura produce tiempo’. Un tiempo del que el E CA, valga la cacofonía, se hace eco, para dar pie a una experiencia plástica y audiovisual que nos remite al arte primitivo. 

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