Foto: LIVE MUSIC VALENCIAVALÈNCIA. El viernes se celebra el primer concierto de abono de la temporada del Palau de la Música, con la Orquesta de València y la participación del oboísta François Leleux. Pero esta no será una noche más para la batuta que dirigirá la velada. Alexander Liebreich se pondrá al frente de uno de los programas con lo que comparte una conexión más personal.
Concretamente, el Estudio para orquesta de cuerdas de Pavel Haas, que abrirá el concierto, estuvo escrita en el campo de concentración de Theresienstadt, y tiene un significado especialmente profundo para él: "Mi bisabuela, Bertha Liebreich, fue deportada a Theresienstadt y después a Treblinka, donde murió en una cámara de gas. Haas también murió en una cámara de gas en Auschwitz. De alguna manera, comparten un mismo destino trágico", confiesa el director en declaraciones a este diario.
Theresienstadt fue un campo de concentración atípico en varios aspectos. Situado en la actual República Checa, se utilizó como un gueto y campo de tránsito para judíos, muchos de los cuales fueron luego enviados a Auschwitz. Aunque la mayoría de la gente acabó siendo víctima del Holocausto, el lugar se convirtió en una suerte de vitrina de la propaganda nazi. A diferencia de otros campos, se permitía cierta actividad cultural bajo una supervisión estricta, que los nazis explotaban para dar una falsa impresión de normalidad para el mundo exterior.
En Theresienstadt se celebraran conciertos, obras de teatro y otras manifestaciones artísticas, principalmente como parte de un engaño para las visitas de inspección de la Cruz Roja y otros organismos internacionales. "Estoy seguro de que mi bisabuela, de alguna manera, formó parte de esa vida musical”, explica el maestro.
La relación entre Haas y la familia Liebreich no es solo histórica, sino también geográfica. Pavel Haas era originario de Brno, la misma ciudad de donde proviene la familia paterna de Liebreich. El director de la Orquesta de València estuvo hace apenas unas semanas en la casa natal de Pavel y Hugo Hass. El primero fue asesinado en Auschwitz; su hermano, actor de profesión, consiguió exiliarse a Estados Unidos.
“El año pasado tuve también la gran oportunidad de hablar con Karel Ellinger, un superviviente de Theresienstadt originario de Brno, y me contó historias muy fuertes sobre el campo donde había una especie de vida cultural de la comunidad judía, a diferencia de otros campos de concentración donde solo había trabajos forzosos y cámaras de gas”, relata Liebreich.
Esta conexión no solo se refleja en el dolor del pasado, sino también en el presente artístico de Liebreich. El director comenta que, a pesar de las terribles circunstancias bajo las que fue compuesta, el Estudio de Haas no es una obra oscura. "Es una obra neoclásica, polirrítmica, muy en la línea de Bartók o Ligeti", destaca Liebreich, subrayando la energía y vitalidad de la música a pesar de las circunstancias que la rodean.
Por otro lado, el Concierto para oboe de Bohuslav Martinů será interpretado por François Leleux, amigo cercano de Liebreich desde hace más de dos décadas. Este lazo de amistad añade otra capa de significado al concierto, donde el oboísta y el director unen fuerzas en una obra que, según Liebreich, "es una obra virtuosa, pero ligera, con un segundo movimiento que tiene la calidad de una plegaria intensa".
La velada culminará con la monumental Eine Alpensinfonie de Richard Strauss, una obra que Liebreich describe como "la mejor lección de instrumentación, música espectral y música panorámica". Esta sinfonía, además de ser un reto técnico para la Orquesta de València, es un reflejo del vínculo personal del director con la naturaleza y la espiritualidad que Strauss plasma en esta partitura. Liebreich, que es también presidente de la Sociedad Richard Strauss, recuerda cómo esta obra “es muy delicada e íntima, quizás más que cualquier otra, porque no es heroica. Es una obra muy espiritual sobre la naturaleza y viene de donde yo vengo, de Baviera, un territorio con una conexión muy intensa con las montañas”.
El concierto del viernes será un viaje personal para el maestro Liebreich, que ha entrelazado su historia familiar y sus vínculos artísticos y pretende involucrar, desde la tarima, también a la Orquestra de València y al público.
