VALÈNCIA. La verdad es que resulta un poco presuntuoso hablar de tendencias en un momento en el que la tecnología está cambiando a todos y cada uno de los sectores así como los hábitos de consumo y comportamiento tradicionales. En casi cualquier área queda mucho por hacer por eso, más que de tendencias sectoriales, se habla aquí de algunos movimientos generales que podrían aplicar a cualquier emprendedor.
Entre las tendencias que llevan avanzando un tiempo, se encuentran el teletrabajo y la nube. Aunque son muchas las empresas que, una vez superados los meses más críticos de la pandemia, han vuelto a implantar la presencialidad en los lugares de trabajo, muchas otras se han adaptado a tener a los equipos deslocalizados sin que ello haya mermado la productividad ni la la buena marcha de la empresa. Es cuestión de tiempo. Estudios, como el elaborado de manera conjunta por Logitech, Microsoft e IDG Research, apuntan a que en 2023 el 85% de las empresas españolas dispondrá de modelos híbridos de trabajo.
Para facilitar la configuración de empresas distribuidas no paran de surgir propuestas. En este asunto han encontrado su oportunidad de negocio soluciones como la de Teemyco, con una aplicación capaz de generar una oficina virtual idéntica a una física; Boldly, especializada en la captación de talento en remoto, Togg, que monitorea la productividad de los empleados u Ontop, que posibilita la contratación online de profesionales de todo el mundo conforme al compliance de cada mercado.
La expansión del teletrabajo ha impulsado a la vez el cloud computing, un mercado que moverá en 2024, la cantidad de 1.500 billones de dólares. Jotelulu, una plataforma que transforma empresas de IT en proveedores de cloud, o Gigas, empresa internacional de servicios de computación en la nube con sede en Madrid, son solo dos ejemplos de organizaciones que han sabido hacerse un hueco en este suculento mercado.
No obstante, para la consultora estadounidense Gartner, el gran impulso en 2023 llegará de la mano de lo que se conoce como la nube distribuida, es decir la división de servicios de nube pública en diferentes ubicaciones físicas. Otra tendencia corresponde a las plataformas verticales de la nube donde se trabaja solamente para uno o unos pocos sectores determinados.
La emergencia climática y la necesidad cada vez más evidente de que debemos congraciarnos con el planeta es también fuente de inspiración para cada vez más emprendedores. Es la apuesta, por ejemplo, de Iker Marcaide quien, al frente de Zubi Group, construye empresas “con un foco muy concreto: crear un futuro mejor”. Desde esta perspectiva, crea modelos de negocio innovadores “que sirvan para dar respuesta a los problemas de clientes y a los desafíos sociales y ambientales a los que nos enfrentamos”. Mantiene así su espíritu emprendedor alineado a las temáticas que más le motivan personalmente como son la economía circular, el cambio climático, la inclusión social o el desarrollo de talento infantil.
También Vincent Rosso, quien fuera fundador de Blablacar España y ahora al frente de Consentio, entiende que “el camino en cualquier negocio es la sostenibilidad. Antes igual había alguna excusa para no serlo, pero con la tecnología ahora existente, no”.
En la misma linea entiende el CEO de Closca, Carlos Ferrando, que las marcas tienen poder para inspirar un cambio social apoyándose en valores. “Crear una red de embajadores de sostenibilidad a través de la belleza, la innovación y la tecnología es una de las grandes oportunidades para conseguir que millones hagan pequeños cambios en lugar que unos pocos hagan grandes cambios. Esto tiene mayor impacto y de forma más rápida”, sostiene.
Aunque llevemos años hablando del crecimiento de la compra online en detrimento de la tienda física, lo cierto es que todo el que puede acaba compaginando ambos canales. Ni siquiera las marcas nativas digitales se libran de esta tendencia. Lo han hecho Singularu, Hawkers, Padel Nuestro, We are Knitters e incluso Footdistrict, el ecommerce español que más creció en Europa el año pasado, con la apertura de dos tiendas gigantescas.
La excusa suele ser aportar una experiencia diferenciadora, como reconocían los fundadores de Footdistrict, al afirmar que la apertura de las tiendas físicas les sirvió como palanca para consolidar su imagen de marca y enriquecer la experiencia de usuario.
Se sabe que la presencia de intermediarios en la cadena de valor encarece el producto y que no siempre aportan valor. Tecnologías como la blockchain propician la desaparición de muchos de ellos dando paso a lo que algunos llaman cybermediarios a favor de, se supone, precios más justos. Con este discurso triunfan ideas de negocio como la de Consentio, una plataforma digital para el comercio de productos frescos B2B que, además, evita el desperdicio alimentario, otra de las tendencias en boga.
La misión principal de las plataformas de intermediación es conectar a los proveedores con el cliente final a cambio de una pequeña comisión. La economía, en opinión de muchos, se hace así más justa y equitativa para determinados productores.
Ello ha derivado, ta su vez, en impulso a la autogestión de determinados servicios. Se usa el término autogestión cuando se habla de la contratación de viajes de empresas, de nuevas formas de aprendizaje, del consumo energético, de productividad, de las finanzas, de la vigilancia de nuestra salud…Es como si la tecnología y la red pusiesen en manos de todos las herramientas necesarias para el control absoluto de nuestras vidas.