Colorantes animales, ternera en el zumo, gelatina en el vino y algunas excentricidades más propias de experimentos que de la comida
Quizá empieces a leer y te preguntes, ¿pero por qué no iban a ser veganas unas papas, una cerveza o una tableta de chocolate? Precisamente de eso va el tema, de que lo que parece tan obvio no resulta serlo tanto. Hay alimentos que cae por su propio peso el no plantearse si son o no veganos, pero luego sucede que van con sorpresa en su interior. Seas o no un plant eater, ahí va una lista de los más curiosos.
Por ejemplo, ¿alguna vez te has planteado que una bebida alcohólica contenga ingredientes de origen animal? Supongo que no. Yo tampoco, pero resulta que sí. La primera sorpresa fue cuando descubrí que el vino, por regla general, lleva clarificantes como la gelatina, huevo o la cola de pescado.
Pues así cientos de alimentos más, cada cual más sorprendente. Pero hoy la cosa va de cuáles están libres de ingredientes de origen animal, aunque en su mayoría han sido, llamémoslos, errores, ya que nadie quiso de forma intencionada que lo fuesen.
¿Cómo podían las oreo estar libres de este pecado?¿Era posible?¿Era real?¿Acaso no es leche esa crema que llevan entre galleta y galleta? Pues no señores. Ojiplática me quedé, no al saber que eran veganas, sino al pensar que en su proceso de creación nadie pensase en meter mantequilla, suero de leche, leche en polvo o sucedáneos. Me flipa pensar que en la industria alimentaria alguien fue un rebelde que se saltó estas normas tan establecidas. Son las raritas del lineal. Y entonces, ¿qué llevan? Aunque la receta guarda ese secretismo típico de todas las multinacionales, ellos dicen que la crema está hecha de una combinación de azúcar, jarabe de fructosa, lecitina de soja, aromas artificiales y aceite de palma.
A estas galletas sumamos las Ritz saladas y las galletas Lotus
¿Cuántas veces hemos oído eso de que el RedBull lleva taurina? Muchas. Respecto a este producto, en su web dicen que “no contiene ningún producto animal o sustancia derivada de animales”. Pues sí, ahora va a ser que la taurina no es lo que nos dijeron siempre que era, aquello que dio tanto de qué hablar. Aún así es una bebida bastante controvertida ya que hay opiniones para todos los gustos. Si no es por la taurina, será por los colorantes que llevan algunas versiones del mismo. ¿Y qué pintan aquí los colorantes? Ojo que esto es divertido.
Muchos de los colorantes añadidos que tienen algunos productos alimenticios no tienen una procedencia natural, sino animal. Por ejemplo, el colorante rojo, o ácido carmínico si nos ponemos técnicos, es un colorante que procede de las cochinillas. Se seca a los bichillos al sol y luego se trituran, así conseguimos el color rosa de algunos yogures, galletas, etc. Sí, así es, sorpresas muy curiosas de la vida. Yo me pregunto en qué momento alguien tuvo la idea, la presentó ante el equipo y se aplaudió como fantástica. Obviamente lo es porque ha conquistado durante años a la industria de los procesados.
¿Qué pasa, que llevan carne o qué? Que no cunda el pánico. Pero es que nunca imaginé que llevarían algo de procedencia animal. Resulta que hace años se puso el grito en el cielo porque los zumos de la marca Golden Circle contenían trozos de ternera entre sus ingredientes. La imaginación al poder, sí señor. ¿En qué momento mete uno ternera en un zumo? Y yo que miraba raro a los que mojaban papas en Coca Cola.
Pues resulta que a raíz del revuelo que hubo, las bebidas más famosas como Coca Cola o Pepsi se pronunciaron diciendo que no se podían considerar veganas. En el caso de la Pepsi, no se supo qué contenían. Coca Cola fue algo más transparente y confirmó, una vez más, que algunos de sus productos contienen gelatina. Que para quien no lo tenga claro, la gelatina procede de una mezcla de huesos, piel y cartílagos tanto del cerdo como del pescado.
Por cierto, las chucherías están hechas de gelatina.
Vamos a ver, ¿pero por qué unas papas o unos fritos iban a tener ingredientes de procedencia animal? Básicamente es cosa de grasas animales, siendo la más común la manteca de cerdo. La mayoría de papas, snacks, fritos, etc. llevan, a parte de aceites vegetales, grasas animales. Para darles más saborcillo, ya sabéis. Que a veces el glutamato no es suficiente para engancharte.
Así que, allás van las pocas que se han librado del ingrediente animal. Las primeras, las Ruffles pero solo en su versión clásica. Pasa igual con las Pringles, solo valen las Original, las demás están descartadas. Y en el caso de las Lays, quédate con las “Al Punto de Sal” y las de sabor barbacoa.
Con lo buenas que salen con el aceite de oliva, ¿eh?
Siguiendo con los snacks y dejando de lado las papas, en el caso de los doritos solo nos quedamos con los que llevan chilli, y si son Fritos, una vez más, los “Original”. Me encantaría sentarme con estos señores y escuchar por qué motivo sólo las versiones más originales de sus productos no llevan grasa animal. Me fascina.
Realmente la gracia de todo esto no es exactamente cuáles de ellos son veganos, sino plantearse que el resto de productos de esas categorías no lo son y el por qué.