EMPRESAS DESDE EL INTERIOR | EVEVA GESTIONA BANCALES DONDE CULTIVA 2.000 PLANTAS DE LUFFA

Almedíjar impulsa un modelo sostenible con la fabricación de esponjas y estropajos vegetales

2/04/2023 - 

CASTELLÓ. La demanda de productos ecológicos mantiene su auge en los últimos años fruto de una mayor conciencia social ante el calentamiento global que sufre el planeta y el cambio en los patrones climáticos. Una secuencia de hechos que están detrás de tragedias naturales como, por ejemplo, las lluvias torrenciales en enclaves donde no son comunes o el incremento de las temperaturas a nivel mundial. La necesidad, por no decir casi la obligación, de construir un mundo más sostenible, además del respeto por la naturaleza y las tradiciones, son las premisas a partir de las cuales nace Esveva, Esponjas Vegetales Valencianas, un proyecto de vida que dio sus primeros pasos en 2022 en Almedíjar y que acaba de cumplir su primer aniversario.

"Tenía claro que quería desarrollar y vivir mi proyecto personal y lo quería hacer en Almedíjar y después de explorar diferentes opciones me decanté por la creación de una empresa de esponjas vegetales", explica Marcos Gijón. Fue después de dejar su trabajo en Picanya. "Me desplazaba todos los días y parecía que vivía en una casa dormitorio -asegura este ingeniero agrícola- y no quería vivir así".

Triple objetivo

De esta forma, unió su pasión por el territorio a una apuesta por una agricultura sostenible integrada en el medio ambiente y la lucha contra el fenómeno de la despoblación con el emprendimiento. "Me hice cargo de las tierras familiares, las recuperé y comencé a cultivar luffa, una planta de la familia de las cucurbitáceas como las calabazas o el pepino, de origen tropical, de la cual conocía el cultivo por mi profesión, y con la que elaboramos esponjas, manoplas y estropajos biodegradables que no generan residuos", asegura Marcos. 

No es un cultivo complicado y las plantaciones se asemejan mucho a las del tomate o las leguminosas, que tienen una barraca con cañas, según señala el responsable de Esveva. Las plantas se siembran en primavera para recolectarlas en otoño.

Alternativa al plástico

Marcos argumenta que uno de los objetivos de la iniciativa "es proveer al mercado de productos alternativos al plástico sin generar desperdicios, unos valores que también se trasladan a la fase de cultivo, ya que se realiza con prácticas ecológicas al no utilizar ningún producto químico. Hay que tener en cuenta que estamos dentro del Parque Natural de la Serra d'Espadà y queremos mantener el ecosistema en el que vivimos".

En la actualidad, la empresa de Almedíjar gestiona dos campos con 1.100 plantas pero para esta campaña contarán con una mayor superficie que les permitirá llegar a las 2.000. "La idea es crecer, poco a poco, y multiplicar por 5 o por 6 la producción para tener margen de maniobra, ya que hay que tener presente que las cosechas se pueden ver afectadas por plagas o alguna granizada y hay que garantizar el servicio a los clientes y consumidores".

Varios productos que se venden en toda España

Los productos de Esveva se elaboran de forma artesanal en su taller de transformación. Allí se pela la luffa, se limpia con agua y se deja secar. Más tarde se selecciona por fibras la materia prima y la más suave se destina a fabricar los productos de higiene personal como esponjas, manoplas o discos exfoliantes y el resto a productos de limpieza como estropajos. "Hemos patentado un estropajo más resistente que tiene más fibras del corazón de la planta, extrafuerte, que retiene más producto de limpieza y es más eficiente", explica Marcos.

La empresa de Almedíjar es la única en la Comunitat Valenciana de estas características y ha lanzado sus productos a toda España. Zonas como Canarias, Baleares, Soria, Almería, Gijón o Cáceres, entre otras, ya conocen las virtudes de los productos de Esveva, los cuales también se pueden encontrar en tiendas de las comarcas de Castellón y Valencia y a través de la tienda on line de la página web. "Estamos contentos con la salida al mercado", asegura Gijón.

El éxito del proyecto es una manera de trasladar el mensaje de que es posible emprender en los municipios rurales "y conseguir generar empleo digno y servicios en el pueblo, que vive la despoblación de una manera fuerte y dar a conocer la ruralidad". Esta filosofía que promulga Esveva ayuda a que la empresa tenga un impacto positivo en el territorio y a que la sociedad tenga una visión de los municipios rurales "como agentes capaces de contribuir a un cambio de modelo económico más sostenible".

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