VALÈNCIA. (EP) Alrededor del siete por ciento de los hombres en España sufre pérdidas de orina, según ha informado el médico rehabilitadora y miembro de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF), Laura Morales Ruiz, con motivo de la celebración de la Semana Mundial de la Continencia.
En concreto, está descrita su incidencia en el 0,5 por ciento en varones laboralmente activos, aumenta a un 5 por ciento en el rango de 50-64 años, pudiendo alcanzar en personas mayores de 65 años el 14-29 por ciento. Asimismo, puede llegar a ser mayor del 50 por ciento en personas mayores de 85 años y que viven en una residencia.
"Cuando hablamos de incontinencia urinaria la mayoría piensa en las pérdidas de orina que presenta la mujer, habitualmente alrededor de la menopausia o en el postparto. Pero la realidad es que la incontinencia puede ser un importante problema de salud, con repercusión en las relaciones sociales, también en el varón", ha dicho la experta.
El hecho de que una mujer utilice un absorbente se ha normalizado y está socialmente aceptado. "Pero cuando un hombre necesita un protector, tiende a quedarse en su casa. Igual que en la mujer, la incontinencia se debe tratar. Pero, mientras el problema exista, sería deseable que utilizar pañal o compresa no condicionara vida personal, laboral o social de la persona que lo sufre", ha afirmado.
En este contexto, Morales Ruiz ha explicado que la mayor parte de los casos de incontinencia en el varón están relacionados con la edad y con las secuelas derivadas del tratamiento de cáncer de próstata, que es uno de los tipos de tumor más frecuentes en el varón.
"Afortunadamente, con tratamiento quirúrgico un elevado porcentaje de los pacientes con cáncer de próstata sobrevive y se cura. Pero durante la intervención en ocasiones es inevitable lesionar determinadas estructuras que provocan disfunción eréctil en prácticamente todos los pacientes, e incontinencia urinaria persistente en un porcentaje más reducido", ha desgranado la experta de la SERMEF.
Además, ha hecho un especial hincapié en que estas consecuencias son aceptadas por la mayoría de los pacientes, puesto que son los daños colaterales de sobrevivir a un cáncer, pero la realidad es que para muchos de ellos son problemas muy limitantes porque interfieren en la vida personal, social y laboral.
"Existen opciones de tratamiento tanto para la incontinencia urinaria como para la disfunción eréctil secundarias a la cirugía del cáncer de próstata. Algunos pacientes pueden beneficiarse de tratamiento de rehabilitación, combinando modificaciones en el estilo de vida, fármacos, reeducación de la musculatura del suelo pélvico y del abdomen, y mejora de la gestión de las presiones durante los esfuerzos (levantarse de un asiento, toser, reírse, etc). Estos tratamientos han de ser guiados por personal experto, y suelen complementarse con el uso de aparatos de ecografía, biofeedback, electroestimulación, etc.", ha detallado.
Al mismo tiempo, la especialista de la SERMEF ha descrito otro tipo de incontinencia, conocida como de urgencia, provocada por una vejiga hiperactiva. En el varón la causa más común de este tipo de incontinencia es la obstrucción a la salida de la orina a través de la uretra, provocada, en la mayor parte de los casos, por un crecimiento de la próstata (hipertrofia benigna de próstata).
"En pacientes con vejiga hiperactiva, se produce un aumento de la frecuencia miccional (necesidad de orinar muchas veces), que habitualmente se acompaña de urgencia (necesidad imperiosa de vaciar la vejiga) y nocturia (levantarse por la noche varias veces). En algunos casos se pueden producir pequeños escapes antes de llegar al servicio (incontinencia de urgencia). Dependiendo de cada caso, se puede tratar con fármacos y/o Rehabilitación", ha explicado Morales Ruiz.
Por último, la incontinencia urinaria del varón también puede deberse a la denominada vejiga neurógena, que consiste en una alteración en la función urinaria debida a un daño en el sistema nervioso central, en procesos como el ictus, la enfermedad de Parkinson o la esclerosis múltiple.
"En casos de enfermedad neurológica tratar la incontinencia es más difícil. Ésta se produce por mecanismos más complejos: a una alteración sensitiva se puede añadir debilidad o exceso de activación, o incluso coexistir ambas. En estos casos, desde Rehabilitación podemos dar pautas y en ocasiones hacer reeducación, pero suele ser necesaria la intervención de otros especialistas como Urología", ha zanjado la doctora.