VALÈNCIA (EP). El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha negado este martes que el salario mínimo interprofesional (SMI) haya alcanzado ya el 60% del salario medio como defiende el Gobierno y le ha emplazado a subirlo desde los 1.134 euros actuales a 1.296 euros para cumplir realmente con ese objetivo, fijado en la Carta Social Europea.
"Ese es el compromiso que queremos que el Gobierno cumpla en esta legislatura porque no hemos llegado al 60% del salario medio", ha denunciado Álvarez, que ha señalado que, según datos de Eurostat de 2022, el 60% del salario medio equivale a 1.296 euros mensuales, cantidad en la que debería situarse el SMI.
"Los datos del salario medio en nuestro país, desde nuestro punto de vista, son los de Eurostat, Seguridad Social, y Agencia Tributaria y las tres están en esa dimensión. Todos los países de la Unión Europea que tienen los salarios mínimos más altos tienen mayores niveles de productividad", ha defendido Álvarez durante su intervención en Los Desayunos del Ateneo.
En todo caso, el líder de UGT cree que el problema en realidad no es el SMI, sino el salario medio, que debe subir en España para impulsar la creación de empleo, hacer más atractivos los puestos de trabajos y mejorar la productividad y la economía del país.
El dirigente sindical ha afirmado que la situación política actual "no permite que se pueda avanzar" en las mesas del diálogo social. "Hasta que no pasen las elecciones europeas, el clima político estará complejo. Vamos a ver si aprovechamos con la CEOE, nosotros trabajando en los temas, y si cuando pase todo este proceso los tenemos avanzados", ha subrayado.
Entre los temas que se están abordando actualmente en el diálogo social se encuentra la reducción de la jornada laboral. El Gobierno se ha marcado como objetivo rebajarla a 38,5 horas semanales este año y a 37,5 horas en 2025.
En este sentido, Álvarez ha asegurado que los sindicatos "se van a dejar la piel" para llegar a un acuerdo con la CEOE en esta materia, porque cerrar un pacto con la patronal "tiene más importancia que el cuánto", ya que el consenso genera "estabilidad, solera y acuerdos de por vida".
El dirigente sindical ha señalado que el objetivo de UGT en esta negociación es modificar la jornada en el Estatuto de los Trabajadores, es decir, por ley, porque la reducción del tiempo de trabajo en los convenios colectivos "se le hace muy díficil y cuesta arriba" a los sindicatos cuando lo negocian con los empresarios.
"Nosotros vamos con mucha ilusión a esa mesa, con muchas ganas de acordar, con una posición muy flexible desde el punto de vista de cómo organizamos el tiempo de trabajo", ha defendido Álvarez.
En declaraciones a la prensa tras su intervención en este acto, el dirigente sindical ha señalado que la negociación bilateral con la patronal sobre la reducción de jornada está todavía en un proceso "incipiente".
"Hay que darle un poco de tiempo y hay elementos suficientes que nos pueden permitir llegar a un acuerdo (...) Sería bueno que la mesa bilateral pudiera avanzar, porque así también avanzaría la mesa con el Gobierno", ha apuntado.
El líder de UGT ha señalado además que UGT quiere abrir un "gran debate" en España sobre las horas extraordinarias, ya que, según ha denunciado, más de la mitad de las horas extraordinarias o casi la mitad no se pagan o no se declaran.
"Por lo tanto, ahí hay otro debate que queremos introducir que tiene que ver con el control horario, y los empresarios tienen que estar de acuerdo con nosotros, porque eso va en contra del libre mercado. Hay empresas que lo hacen y hay empresas que no lo hacen. Nosotros, durante mucho tiempo, nos hemos emperrado más en cuál es el número de horas extraordinarias que se pueden hacer y menos en que las que se hagan se cobren y se cobren en unas cantidades razonables", ha afirmado.
El líder de UGT ha criticado que los hosteleros estén diciendo que, si se reduce el tiempo de trabajo, no van a poder abrir las horas que desean. "Pues yo digo que no pasa nada. Si es que yo me voy a Bruselas, me voy a París, me voy a Londres y esta hiperpermanencia que tenemos en España de horas de apertura no existe y no pasa nada. Ahí hay un margen que vamos a hablar. Es evidente que la historia está ahí y no la vamos a cambiar ahora. El tiempo de trabajo se ha ido reduciendo en el planeta siempre coincidiendo con los cambios tecnológicos", ha explicado.
Otro de los debates que UGT quiere impulsar en esta legislatura es el del precio del despido. El sindicato ha presentado una demanda ante al Comité de Derechos Sociales de la Unión Europea en la que denuncia que el coste del despido en España no se ajusta a la legislación europea y está a la espera de conocer la resolución final.
En este punto, ha criticado la actitud "bastante poco razonable" del Gobierno, que ha ido "poniendo trabas en todo el proceso de debate del propio tribunal" y ha subrayado que, a partir de que se conozca la sentencia, la indemnización de los despidos individuales sin causa se tendrá que calcular no sólo con la cuantificación económica que plantea la ley, sino introduciendo factores personales, como la formación que tenga el trabajador despedido y sus posibilidades de encontrar empleo.
Preguntado por los impuestos extraordinarios a la banca y a las energéticas, Álvarez se ha mostrado a favor de mantenerlos y ha aprovechado para calificar como "un escándalo" que las entidades financieras no estén remunerando los depósitos.
En este sentido, ha criticado que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) "no meta mano" a la banca o a las energéticas. "Parece un escándalo la inacción que tiene esta comisión, pero si tiene pocos medios que tenga más y si no, que la cierren", ha dicho.
Durante su intervención, Álvarez (UGT) ha considerado un "fracaso estrepitoso" el "pseudosindicato que montó la ultraderecha", en referencia a Solidaridad, impulsado por Vox, y ha indicado que una cosa es "ponerse ante las cámaras" y otra "bajar a las empresas e ir y currarse las candidaturas".
Álvarez ha defendido que las organizaciones sindicales han crecido mucho en los últimos años en las elecciones sindicales, hasta contar actualmente con casi 100.000 representantes en las empresas.
"Nuestra capacidad es superior a la Iglesia Católica. Tenemos muchos más delegados en los centros de trabajo que curas tiene la Iglesia Católica. Por tanto, tenemos un ejército de personas absolutamente anegadas, trabajadoras, que se mueven por el interés colectivo de sus compañeros. Estos son los que realmente están transformando el mundo y esa es la gran fortaleza de las organizaciones sindicales", ha apuntado.
Preguntado por las subvenciones que reciben los sindicatos, Álvarez ha indicado que los planes de igualdad que se pusieron en marcha hace un tiempo de manera generalizada en España y en los que los sindicatos están obligados a participar le cuestan a UGT en torno a 15 millones de euros, cuando la subvención total del sindicato en los Presupuestos Generales del Estado no llega a 6 millones de euros al año.
El dirigente sindical ha afirmado que España no es un país que tenga menos afiliación que Francia, pero la diferencia en que allí las organizaciones sindicales y empresariales se reparten el 0,7% de la masa salarial de los trabajadores franceses, permitiéndoles una gran "independencia". Trasladado a España, el 0,7% de la masa salarial supondrían en torno a 2.200 millones de euros, ha precisado Álvarez.