MADRID. La multinacional estadounidense, que tiene su sede en Atlanta, ostenta una de las marcas más reconocidas y con mayor implantación a nivel global. La empresa de bebidas produce un concentrado de jarabe que distribuye a empresas embotelladoras exclusivas por más de 200 países.
Es una compañía muy apreciada por los inversores de dividendos, ya que lleva más de 50 años incrementándolo, con pago trimestral al accionista.
Al abrir un gráfico de largo plazo podemos cotejar que realizó mínimos en el mes de marzo de 2020, llegando a cotizar en los 37,51$. Desde ahí inició un movimiento alcista de 25 meses de duración, hasta registrar máximos en el mes de abril de este año 2022 en los 67,11$. Dicha alza del precio supone una revalorización de casi un 80%.
Durante este movimiento alcista, el valor ha testeado de manera reiterada -tanto en 2020 como en 2021-, los 52-52,50$, niveles que podemos considerar son un soporte clave de largo plazo. Estos precios son coincidentes con el gap bajista generado en el momento más álgido de la pandemia de la covid, tal y como lo delata el rectángulo azul del gráfico de arriba.
Desde que la acción marcó sus máximos en abril de este año, ha iniciado un proceso correctivo que le está llevando a cotizar por debajo de la media móvil de largo plazo (50 sesiones)
Mirando el gráfico de medio y corto plazo comprobamos que el valor se encuentra en una fase correctiva dentro la estructura de un canal, con máximos y mínimos decrecientes en las velas.
Dentro de este movimiento correctivo, la acción marcó sus mínimos más recientes en los 58,25$ el día 16 de junio, para desde ahí efectuar un rebote de corto plazo de más de un 6% hasta los precios actuales.
En el supuesto de que el movimiento de rebote actual tuviese continuidad, lo primero sería superar con solvencia la resistencia del techo del canal (niveles de 63,50$), para desde ahí intentar acercarse a sus máximos históricos de abril de este año, que están situados en los 67,11$ por acción.
Raúl Calle es analista de iBroker