MADRID. La cotización de Indra aguardaba la publicación de los resultados de la compañía correspondientes al tercer trimestre del año en curso en una zona técnica muy significativa para la evolución del valor de cara al medio plazo.
La compañía anunciaba antes de ayer que obtuvo un beneficio neto de 59,3 millones de euros por encima de los 25,1 millones de euros esperados, mientras revisaba al alza su guidance de cara al presente año. Lo hacía estimando un ebit de 230 millones de euros, desde los 220 millones previos y un free cash flow de 140 millones respecto a los 130 millones anteriores.
De un simple vistazo vemos -en el primer chart- como es posible canalizar a la baja la evolución del valor desde el pasado año 2017, y como la cotización actual acaba de superar la parte alta del canal bajista. Todo ello después de haber experimentado una excelente recuperación desde los mínimos que marcaba en el pasado mes de marzo de 2020, tras la fuerte caída que causó la pandemia.
Pero antes queremos ver más cierres por encima del nivel de los 9,60 euros, que es la parte alta del canal bajista superada, para no sucumbir en un fallo al alza y poder ver como el valor consolida niveles antes de poder continuar su escalada. Por lo tanto, consideramos que Indra deja atrás su tendencia a la baja de largo plazo siempre que se mantenga por encima de este nivel durante al menos tres cierres consecutivos.
A su vez vemos como, desde hace un año, el valor experimenta un alza en su recuperación en un canal alcista perfectamente delimitado (marcado en verde). Indra se topaba antes de ayer con la parte alta de este canal como primera resistencia (zona de 10,40 euros).
Seguidamente tenemos el nivel de los 11,35 euros, máximos alcanzados por el valor en 2020. Más allá de ese nivel, no parece haber resistencias significativas que puedan frenar al valor hasta alcanzar el rango de sus máximos de 2014, entre los 13,85 euros y los 14,60 euros respectivamente.
Ignacio Zarza es analista de Auriga Global Investors