VALÈNCIA. Cuestión del estado emocional que impera en el espectador, uno puede enfrentarse a un paisaje ruinoso desde dos puntos de vista: el de la posibilidad de recurso que se puede volver a explotar o el del desasosiego por el fracaso de aquello que se contempla. La gestión de la ruina cuenta, además, con unos nuevos ritmos en una época en la que se generan espacios abandonados a un ritmo mucho mayor. Comprar, usar, tirar. Es precisamente en torno a este concepto que gira la exposición colectiva Fragmentos para la eternidad. Poéticas en torno a la ruina, que se inauguró ayer en la sede de la Fundación Chirivella Soriano y que podrá visitarse hasta el 14 de enero. Son los encargados de reflexionar sobre esto los artistas Lida Abdul, David Bestué, Bleda y Rosa, Carmen Calvo, Óscar Carrasco, Antonio Fernández Alvira, Patricia Gómez y Mª Jesús González, Mª José Planells y Anna Talens, ésta última presente durante la presentación de la muestra.
La artista valenciana, residente en Berlín, presenta la ruina más cruda en Fragments of the Palace, una pieza en la que recupera algunos cristales de las ventanas del ahora desaparecido Palast der Republik, un destacado edificio de la Alemania comunista. Derruido por el gobierno en 2008, la administración se encuentra actualmente inmersa en un proceso de reconstrucción del Palacio Real que entonces ocupaba ese espacio, una suerte de fake con la que recuperar una identidad más antigua que moderna en una ciudad “ que ha sido destruida constantemente”, explica la artista. En este caso la creadora habla de “arqueología emocional”, entendiendo la ruina como una experiencia “sublime”.
“El pasado se está imponiendo al futuro”, reflexionaba Talens. Su segunda pieza, en esta caso, remite a algo mucho más cercano: a Carcaixent. “Cuando vivía en València mi relación con los objetos era más familiar, ahora trabajo más la memoria histórica”. La obra Mural de ausencia reproduce el suelo del estudio de la creadora en su pueblo natal a escala 1:1, una recreación que será cada vez más nostálgica. Por su parte, el artista oscense Antonio Fernández Álvira refleja la temática sobre la que gira la muestra pero desde el punto de vista del fraude visual con piezas que quieren engañar al espectador. De esta forma, el visitante contempla una suerte de construcción de madera derruida, una pieza de papel de nueva creación pintada con acuarela para simular la madera. Con este proyecto remarca la decadencia del sistema económico actual, que parecía inamovible y ahora se ha demostrado frágil.
“Hablar de la ruina es hablar de un concepto muy amplio, lo más interesante es que en ella se aúna pasado y futuro desde el presente […] lo que es noticia hoy mañana no va a existir”, indicó Manuel Chirivella, presidente de la Fundación Chirivella Soriano, al respecto de la exposición, comisariada por José Luis Giner. Cuestión de ruinas, la muestra colectiva recorre la arqueología emocional y, también, la explícita con proyectos como el de Bleda y Rosa, con fotografías que documentan parte de los restos arqueológicos del yacimiento de la Villa Pars Urbana Els Munts, en Tarraco, reflejando cómo le ha afectado la reconstrucción y conversión en espacio museístico; o proyectos como el generado por Patricia Gómez y María Jesús González, en cuyo trabajo realizan el arranque completo del cortijo de Lopera, un proyecto que conecta al arte contemporáneo con el patrimonio histórico, haciendo que dialogue con la villa romana El Ruedo.
La exposición se completa con obras de la afgana Lida Abdul, que presenta la película War Games; el catalán David Bestué muestra Trencadissa, una reflexión sobre la escultura en la que suma fragmentos de cerámica romana, vidriera modernista y de una botella de Xibeca; por su parte, la fundación muestra por primera vez dos piezas de Carmen Calvo pertenecientes a su colección, piezas en las que da “un paso más allá” en la tradición del objet trouvé; mientras que Óscar Carrasco viaja al presenta para trabajar sobre la ruina contemporánea, haciendo una suerte de ‘arqueología del presente’ en inmuebles de reciente construcción que hoy se presentan abandonados. Si la exposición fija su atención principalmente en la ruina del inmueble, la pieza que cierra el recorrido cambia el foco de lugar. La artista valenciana María José Planells presenta una serie de fotografías de un cuerpo fragmentado bajo el lema Vestigios biográficos, un proyecto que reflexiona en torno al paso del tiempo en las personas.
De igual forma, la Fundación Chirivella Soriano y el Máster Oficial en Producción Artística de la Facultat de Belles Arts de Sant Carles de la Universitat Politècnica de València presentaron ayer Chemtrails, un proyecto que habla sobre la información (o desinformación) en la era digital creado por la artista Cristina Santos (Vila-real, 1990), trabajo que ha resultado seleccionado en la VI Convocatoria Sala d’arcs. La obra, elegida entre las presentadas por los alumnos y alumnas del máster, ha sido ideada específicamente para este espacio, un proyecto que se podrá ver hasta el 14 de enero en la Sala d’Arcs.