Ansiedad y cerebro, una relación compleja

17/01/2025 - 

VALÈNCIA (EP). La ansiedad es una respuesta natural del cerebro ante situaciones estresantes, sin embargo, cuando se vuelve crónica y aparece de forma independiente a factores desencadenantes, tiene un impacto importante en la salud física y mental. Esta patología puede afectar ampliamente a nuestro organismo desde el sistema nervioso hasta el sistema inmunológico generando entre otros; problemas cardiovasculares, respiratorios, digestivos, incluso insomnio o disfunción sexual.

Según explica el doctor Jorge Mañez, neurólogo del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre e integrado en el Instituto de Neurociencias Vithas (INV), “es habitual encontrar pacientes con ansiedad en la consulta y no es excepcional que la ansiedad sea una manifestación inicial de una enfermedad neurológica”.

El cerebro es el órgano responsable de organizar la conducta y el comportamiento y, en ese sentido, la ansiedad es un trastorno de la manera en la que el paciente reacciona a eventos vitales y particularmente al manejo de la incertidumbre. Tanto es así que “cuando un paciente previamente sano debuta con ansiedad debería considerarse acudir a un especialista en neurología” subraya el Dr. Máñez.

Existe un gran número de centros nerviosos que participan en la producción y modulación de la ansiedad en el cerebro. “Cuando hablamos de ansiedad y cerebro, -comenta el profesional-, un área crucial es el córtex prefrontal, que se encarga de regular las emociones. En la ansiedad, esta área se encuentra hipoactiva, lo que genera que la regulación de las emociones no se lleve a cabo del modo correcto”.

Conviene matizar que en la gran mayoría de los casos la ansiedad es “primaria” y no parte de un proceso neurológico más amplio como la enfermedad de Parkinson o la epilepsia, ni consecuencia de una lesión cerebral tumoral o vascular y, en estos casos, el abordaje terapéutico principal es por parte de profesionales del ámbito de la salud mental.

Sin embargo, incluso cuando la ansiedad es la enfermedad en sí misma, también las consultas al neurólogo son algo habitual. “No es raro, aunque quizás sí poco conocido en comparación con la imagen de la opresión torácica o la sensación de ahogo de la crisis de pánico, -afirma el profesional-, que como consecuencia de la ansiedad crónica los pacientes puedan notar hormigueo en algunas zonas del cuerpo, sensación de mareo e inestabilidad, fatiga mental con problemas de concentración y fallos de memoria o incluso dolor de cabeza”.

Evaluación y diagnóstico

Las pruebas neurológicas deben realizarse para evaluar la función del sistema nervioso y descartar que la ansiedad pueda estar relacionada con una condición neurológica subyacente. “Para aliviar los síntomas de la ansiedad se emplean antidepresivos, ansiolíticos o eventualmente tratamientos específicos para la enfermedad neurológica en cuestión (por ejemplo, levodopa para la enfermedad de Parkinson o antiepilépticos) y de esta manera impactar también positivamente sobre la ansiedad”, añade el especialista.

En muchas ocasiones, es importante un tratamiento multidisciplinar para asegurar que los pacientes con afecciones neurológicas reciben un tratamiento integral que incluya el manejo de cualquier problema de ansiedad. “Trabajar con psicólogos y psiquiatras que apliquen terapias cognitivas y conductuales ayudará al paciente a tratar los episodios de ansiedad, incluso en casos refractarios se puede valorar la Estimulación Magnética Transcraneal (rTMS) que es una técnica no invasiva en investigación que utiliza campos magnéticos para estimular áreas específicas del cerebro”, concluye el doctor Máñez.

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