VALÈNCIA. La reforma de la Ley Electoral Valenciana (LEV) era uno de los principales objetivos de la legislatura para los grupos que sustentan el Gobierno valenciano, especialmente, por la pretendida bajada del listón electoral del 5% al 3%. De hecho, Podem, PSPV y Compromís fijaron en el eje de Regeneración democrática del Pacte del Botànic que la norma valenciana requería de una modificación "para hacerla más representativa y proporcional".
Las escasas -por no decir nulas- posibilidades de que la modificación saliera adelante, no obstante, hicieron este miércoles que uno de los debates más esperados en estos cuatro años sobre una de las leyes más relevantes se tornara irrelevante para el grueso de los diputados. Tan solo 37 de los 99 permanecieron en su escaño durante la totalidad de este punto en el orden del día; poco más de un tercio de la representación parlamentaria, incluida la Mesa de Les Corts.
Significativas resultaron al menos tres cuestiones: al inicio del debate tan solo se hallaban en su sitio dos síndicos -Fran Ferri (Compromís) y Mari Carmen Sánchez (Cs)-; consellers, ninguno. Y solo dos cargos del Ejecutivo valenciano -entre los que no se encontraba el jefe del Consell- participaron en las votaciones. Si bien una de las que más destacó fue el número de ausencias en la coalición valencianista.
El grupo que lidera Fran Ferri ha sido el que más hincapié ha hecho en la necesidad de rebajar la barrera para hacerla democrática y el que en los últimos meses se ha mostrado con mayor predisposición a negociar con Ciudadanos para conseguir que el partido de Albert Rivera en la Comunitat cambiara de posicionamiento y estuviera dispuesto a negociar su apoyo a la ley.
No obstante, tan solo cinco parlamentarios de este grupo integrado por 19 diputados estuvieron junto al síndic en el debate. Los 14 restantes, se sumaron progresivamente al final del punto para votar a favor de la reforma de la ley.
Los episodios que han precedido a este debate han sido numerosos. En febrero, los planes del Botànic sobre esta cuestión se truncaron. Después de meses trabajando en la comisión del parlamento valenciano y de tener ocho puntos de la reforma consensuados para cambiar la LEV, Ciudadanos incluyó un nuevo condicionante que hacía inviable que se aprobara la modificación legislativa que incluía la rebaja del listón electoral al 3%. Pedían el cambio de la circunscripción provincial para que fuera única. Es decir, alterar el artículo 24 del Estatut de Autonomía.
Una opción inalcanzable en esta legislatura debido a los plazos que requiere –incluye la obligatoria realización de un referéndum– y que bloqueaba los cambios en la Ley Electoral Valenciana, ya que con la negativa de Ciudadanos el tripartito no sumaba los 66 apoyos que son necesarios para acometer tal reforma. Pese a ello, PSPV, Compromís y Podemos registraron el texto legal que habían elaborado a partir de las conclusiones extraídas de la comisión.
Meses pasaron desde entonces hasta que en octubre de 2018 Ciudadanos puso sobre la mesa una propuesta para reformar la Carta Magna valenciana. Una redacción que recogía el cambio de la circunscripción como venía solicitando, y que plantearon que debía aprobarse en el Parlamento valenciano y en el Congreso de los Diputados para, posteriormente, ellos secundar la modificación de la LEV de socialistas, valencianistas y morados.
Una moneda de cambio que Compromís aceptó –firmó la iniciativa del partido de Rivera, ya que sin ella no podía tramitarse porque una reforma estatutaria requiere de la rúbrica de al menos dos grupos parlamentarios– con la pretensión de negociar y hacer cambiar de opinión a los naranjas. Es decir, con la expectativa de que Cs accediera a apoyar también la reforma legislativa que contempla la rebaja del listón electoral.
El gesto molestó especialmente al PSPV, su socio de gobierno, por no consensuar la postura como habían hecho con cada decisión -o al menos con la mayoría- a lo largo de la legislatura. El portavoz en Les Corts, Manolo Mata, advirtió que era un "error" hacerlo.
Con todo, el debate que pudo seguirse en la comisión el pasado 31 de octubre en el que se debatieron las enmiendas a la ley ya dejó sin opciones ni esperanzas a los grupos del Botànic. Ciudadanos votó en contra de todas las enmiendas y el articulado de la ley, dejando la cuestión en jaque mate. A pesar de que el resultado era sabido y esperado, los asientos vacíos no lo eran tanto.