Hoy es 4 de octubre
Enfrentamos las opiniones de un representante de la Universitat de València con la portavoz de la Universidad Católica
VALENCIA. Las becas de estudios han sido el gran objeto de polémica durante el curso que dejamos atrás. El cambio en la política de concesiones instaurado por la nueva Administración ha despertado el recelo de numerosos sectores, en especial debido al anuncio de que se excluiría a los alumnos de las universidades privadas de la concesión de ayudas. Pese a que el dictamen del Consell Jurídic Consultiu (CJC) fue contrario a la medida, la Generalitat no dio ningún paso atrás, e incluso amplió el criterio a Erasmus+.
Ha habido otras novedades. Entre ellas se encuentra la creación de las becas salario, que dotan al beneficiario de hasta 600 euros mensuales, o las de “no abandono”, ampliando el número máximo de créditos a cubrir en tercera o sucesivas matrículas. También ha destacado la inclusión del criterio de igualdad de género en las ayudas, de forma que, en caso de empate en la nota entre dos o más estudiantes, gana el sexo infrarrepresentado.
El tema ha sido discutido por políticos, consejos rectores, profesores e instituciones educativas, ¿pero qué opina el alumnado al respecto? Hablamos con sendos portavoces estudiantes de la Universidad pública y privada de la Comunitat, a fin de conocer la postura sobre la política de becas llevada a cabo por el actual Consell. ¿Le darán el aprobado?
La Universitat de València (UV) es una de las pocas instituciones que cuenta conla figura del Delegado para Estudiantes adherida el equipo de rectorado. Actualmente, el cargo lo desempeña Jordi Caparrós, quien además de pertenecer al Consell de Dirección, es estudiante de Filología Catalana. En su opinión, representativa del alumnado del centro público mayoritario, “todo aumento de ayudas al estudio público es bueno”, aunque cree que la auténtica necesidad es “la bajada de tasas a todos los niveles”.
“Me parece muy correcto que solo puedan acceder personas del sistema público a las ayudas de estudios superiores, porque es el que pagamos entre todos y el que mejor igualdad de oportunidades aporta a la sociedad”, comenta a propósito de la distinción realizada por la Generalitat. Habla de ayudas “coherentes a las necesidades de las personas”, y argumenta que las becas “no solo son premios a los mejores expedientes, “sino que mejoran las posibilidades de las familias que tienen problemas económicos”.
Por último, Caparrós alude a las becas-salario. En este sentido, espera que constituyan “un aliciente para que el alumnado viva en una situación más cómoda”, pero también critica que solo se puedan adherir al programa los alumnos de nuevo ingreso “creando un agravio comparativo”. En definitiva, su opinión es favorable las medidas del Consell, aunque considera que se debería profundizar más en el programa de becas en el futuro, “a pesar de los problemas de financiación que tiene toda la sociedad valenciana”.
Cabe empezar recordando que, frente a la moderación de otras instituciones, la Universidad Católica de Valencia (UCV) no dudó a la hora de presentar alegaciones al sistema de becas que excluye a las privadas. El vicerrector general, Ricardo García, llegó a afirmar que el proyecto “niega la posibilidad a los estudiantes de universidades privadas o de iniciativa social de acceder a los distintos tipos de ayudas al estudio, no se ajusta a derecho y es causa de exclusión y de discriminación arbitraria”. Asimismo, se llegó a amenazar con "tomar acciones legales" y llevar el tema ante los tribunales, incluso el Constitucional.
Pues bien, la opinión del alumnado no difiere demasiado. Marta A. Silla, delegada general de alumnos, pide “no olvidarse” de aquellos alumnos de la Universidad privada que también tienen necesidades económicas. “Debido a la existencia de recursos escasos y a la necesidad de ayudar a los que menos tienen, entendemos que se les dé prioridad a los universitarios con una renta más baja”, argumenta, y añade: “Por esa razón, no se debe apartar a aquellos estudiantes que forman parte del mismo sistema universitario - en una Universidad de iniciativa social- y se encuentran también en una situación de necesidad”, afirma.
Por todo ello, exige la aplicación de los mismos criterios a los estudiantes de la Universidad privada y pública, siempre que el nivel de renta sea equiparable. “Es un deber del Consell tratar a dos situaciones de renta iguales de la misma forma: un estudiante no puede ser ignorado solo por haber hecho uso de su libertad de elección”, insiste. “Las becas deben ser un bien para todos los estudiantes universitarios, y siendo el baremo de su obtención las necesidades de las personas, dos personas con la misma renta y el mismo rendimiento académico se merecen la misma beca”, concluye Silla.