Para entender el fiasco de la suspensión de la salida a bolsa de Ant Group traigo a colación una de las más memorables escenas de la mítica Casablanca (toda ella plagada de momentos inolvidables). Tras la emocionantísima irrupción de la Marsellesa cantada por la mayoría abrumadora de los clientes del Café de Rick y espoleada por el disidente Victor Laszlo como un desafío romántico e imbatible a la fuerza de la ocupación alemana, el Mayor Strasser, claramente humillado, ordena al Capitán Louis Renaut proceder al cierre del Café. El capitán Renault ante la ausencia de motivos reales para ello, al ejecutar dicho cierre exclama “qué escándalo, qué escándalo, he descubierto que aquí se juega” y poco después aparece el jefe de sala entregándole una cantidad de dinero a la vez que le decía “sus ganancias señor”.
En el drama de Ant Group también nos encontramos con una autoridad suprema desafiada (el todopoderoso gobierno chino) y una orden algo arbitraria que tiene que tomarse necesariamente y que consiste en desactivar la salida a bolsa de Ant Group. También es un relato más, como dicen los modernos, que permite comprender a esa sofisticada y contradictoria maquinaria que configura al capitalismo chino de Estado.
Empecemos, como siempre por el principio. ¿Qué es Ant Group? ¿Quién está detrás? Más adelante hablaremos de los detalles de la salida a bolsa que se frustró y de la razones de esta situación.
Ant Group es Jack Ma. Y Jack Ma es uno de los empresarios más exitosos del mundo. Es el fundador de Alibaba (el gran conglomerado tecnológico chino). También se ha convertido en uno de los hombres más poderosos del planeta y una de las grandes fortunas de China. Su trayectoria vital ("don’t print the fact, print the legend") es una historia de éxito rotundo, ejemplo del self-made man chino. El pequeño Jack empezó a estudiar inglés cuando era muy joven. Era intuitivamente consciente que el dominio del inglés era clave para su futuro. Así con 9 años, recorría 27 kilómetros diarios en bicicleta para guiar a turistas y tener de esta forma la posibilidad de practicar su inglés. De hecho, mantuvo correspondencia escrita con numerosos turistas para poder seguir escribiendo en inglés y practicarlo. Es en esta época que pasó a llamarse Jack ya que a uno de los turistas con el que se escribía le costaba mucho escribir su nombre chino y decidió dirigirse a él como Jack. En 1998, se graduó en Arte con especialidad en la lengua inglesa. Tras su graduación empezó a enseñar inglés y comercio internacional en Hangzhou. Intentó por todos los medios que lo admitieran en Harvard (hasta 10 veces) pero fue rechazado. De hecho también curso 30 solicitudes de trabajo para diferentes puestos y no fue admitido en ninguno. Intentó también trabajar como policía y cubrir una vacante y se le dijo que carecía de aptitudes. Incluso lo rechazaron en Kentucky Fried Chicken a pesar de que los otros 24 candidatos que se presentaron sí fueron seleccionados. Por lo tanto, al final la vida le forzó a convertirse en emprendedor. No fue por inclinación natural. Y donde se centró fue en el mundo del internet que le fascinaba. Y acertó.
A partir de este momento, se embarcó en diferentes empresas que resultaron exitosas (la Hangshou Haibo Translation Agency, China Pages) hasta llegar al triunfo de Ali Baba que fundó con 18 amigos. Alibaba inicialmente era un market place para la venta entre empresas (b2b) cuya finalidad esencial era conectar a exportadores chinos con importadores del resto del mundo. El concepto del negocio tuvo un estupenda acogida en los mercados hasta el punto que pronto Goldman Sachs y Softbank realizaron una fuerte inversión. Luego vino la inversión en 2005 de Yahoo, de naturaleza estructural que adquirió por 1.000 millones de dólares, el 40% de las acciones de Alibaba. A pesar de que el final (como todos los finales) fue triste, para Yahoo supuso una gran inversión ya que cuando salió a bolsa Alibaba el precio de su participación rondaba los 10.000 millones de dólares. También en esta época, Jack Ma decidió, ante los anuncios del regulador chino de que iba a endurecer la participación extranjera en empresas tecnológicas, de forma sorpresiva y tremenda, pero eso sí, en su total beneficio, separar a sus servicios de medios de pago a través de la plataforma Alipay de Alibaba. Este movimiento corporativo se hizo, al parecer sin informar a Softbank y a Yahoo (sus otros dos socios) ya que probablemente no habrían estado conformes con la operación. Sin embargo la venta al final se llevó a cabo aunque Softbank y Yahoo fueron debidamente compensados. Este episodio que fue muy comentado no contribuyó especialmente a consolidar a China como un lugar serio y seguro para hacer negocios.
Así empezó la triunfal singladura en solitario de Alipay (desgajada, como he comentado antes) de Alibaba hasta convertirse en la plataforma de medios de pago más importante de China y compitiendo con Wechat de Tencent. Y además amplió sus actividades a otros servicios financiero diferentes: ofrecía créditos, servicios bancarios etc. Por esta razón, pasó en 2014 a denominarse Ant Financial Services (con el uso del término hormiga Jack hacía alusión a que no hay operación financiera demasiado pequeña para no tener una rentabilidad). En la actualidad Ant Group ofrece servicios en 5 ámbitos: pagos, gestión de patrimonio, préstamos, calificación crediticia y seguros. Además ofrece productos financieros propios y de otros proveedores. De alguna forma Ant Group ha conseguido configurar un ecosistema financiero propio que le ha permitido incrementar su valor de forma exponencial.
Los datos son tozudos. En 2020, Ant Group facturó cerca de 17.000 millones de dólares con unos beneficios de 2.600 millones de dólares. Además Ant Group tiene un potencial enorme de crecer fuera de China en mercados como Tailandia, la India y México. Por otro lado, para que su oferta de servicios resulte más completa Ant Group ha desarrollado un porfolio integrado por capacidades tecnológicas incluyendo servicios de nube y plataformas blockchain.
Así Ant Group con esa potencialidad de incremento de su valor con el consiguiente atractivo para los inversores se convertía en el mejor candidato para una salida a bolsa. Y no iba a ser una salida a bolsa cualquiera. Iba a ser la salida a bolsa más importante de la historia. La madre de todas las salidas a bolsa. Las expectativas fundadas de Ant Group era levantar más de 34.000 millones de dólares superando la salida a bolsa de Saudi Aramco (por 29.000 millones de dólares) y la de Alibaba (por 25.000 millones de dólares). El valor que se daba en la salida a bolsa de Ant Group estaba cercano a los 313.000 millones de dólares. En pocas palabras, Ant Group se había convertido en el gigante del fintech. Y todo estaba listo para la gran fiesta: asesores trabajando a destajo para llegar a tiempo, los bancos de inversión implicadísimos, montañas de dinero habían entrado en Hong Kong.
Y sin embargo, poco antes de la salida a bolsa en noviembre de 2020, los reguladores chinos citaron a Jack Ma y dos más de sus directivos principales y, tras dicha reunión, se anunció la suspensión de la operación. ¿Qué había pasado? La explicación es más sencilla de lo que parece. Y hay razones de fondo que puedo compartir y las razones reales que son inherentes al sistema económico chino. En cuanto a las razones de fondo, es cierto que Ant Group estaba prestando servicios financieros plenos como si fuera un banco pero sin las garantías que son propias de los bancos. Esto hace que los riesgos pueden resultar considerables. Y en este sentido, las autoridades chinas están trabajando en implementar nuevas normas para, por ejemplo, los microcréditos online que potencialmente podrían afectar a Ant Group y que podrían aconsejar la suspensión de la salida a bolsa. En cuanto a las razones inherentes al sistema económico chino, parece que el Sr. Jack Ma ha olvidado la lección número uno.
Se puede operar en china con agente económico con total libertad siempre y cuando se cumplan las normas y, sobre todo, no critiques al Partido Comunista de China ni a las instituciones más relevantes. Es curioso que la decisión de suspender la salida a bolsa tuvo lugar poco después de algunas especialmente incendiarias declaraciones de Jack Ma contra el sistema financiero chino. No fueron coincidencias, fue, como diría Ian Fleming "ennemy action". Así Jack Ma se despachó a gusto al afirmar que el modelo de negocio de los bancos tradicionales chinos era el de “una casa de empeño” o que el interés insistente de Pekín por evitar riesgos financieros le hacía perder el rumbo o que los acuerdos de Basilea eran un “club de personas mayores”. Parece que incluso personas con un talento endiablado como Jack Ma se pueden equivocar y en este caso, el error ha resultado colosal. Tras su reunión con los reguladores chinos, hubo la clásica, disculpa por parte de Ant Group por cualquier inconveniente causado, que iban a seguir en pocas palabras, flojito y cooperando y reiterando sus confianza en las instituciones y el sistema. Y de la salida a bolsa, como en el narcocorrido de los Tigres del Norte, nunca más se supo nada.