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¡Arde París!: Las casualidades no existen (dedicado a mi amiga A.)

Foto: ALBERTO ESTÉVEZ/EFE
11/12/2018 - 

Las casualidades no existen. Fue en Túnez, en el II encuentro anual de la Asamblea de Ciudadanos del Mediterráneo (ACM), en 2011, cuando terminé bailando con Edgar Morin, a sus 90 años y con una vitalidad digna de encomio. El filósofo francés, miembro de honor del Consejo Consultivo de la Fundación ACM, me viene a la memoria tras reencontrármelo en su twitter, donde sigue activo. “Hay de todo en los ‘chalecos amarillos’, granjeros, camioneros, comerciantes, jubilados, jóvenes, amas de casa, asalariados, furiosos, pacíficos fachas, anarcas, una muestra perfecta de nuestra gente. ¡Qué!”, dice en los 140 caracteres que le permite esta red social. Puede ser una respuesta, pero no es “la” respuesta. 

Tanteo a Vicent Garcés, ex eurodiputado socialista y presidente de la Fundación ACM, recién llegado de París. “Los compañeros franceses de ACM tienen tres cosas claras: es un movimiento popular que parece espontáneo, ha nacido por los recientes recortes de Macron y no tiene una cabeza visible ni una estructura organizada”. En la prensa francesa coinciden en estos tres puntos, señalando incluso algunos pseudo-interlocutores, mediadores o comunicadores que van apareciendo en las redes arrogándose cierta representación y desapareciendo al día siguiente. Me recuerda el movimiento de la Primavera Árabe en el Magreb, que acabó derrocando los gobiernos de Egipto, Libia y Túnez, y desestabilizando el Mediterráneo. Dijeron que este movimiento popular nació en las redes. ¿Justo en unos países con una importante brecha digital? Las casualidades no existen. 

Entre los pseudo-interlocutores de los gilets jaunes o “chalecos amarillos” -que vaya causalidad con el color…-, hay una mujer que pedía firmas en internet contra la subida del carburante desde la primavera pasada. Porque ésta ha sido la razón principal esgrimida para que el pueblo francés salga a la calle, tras el anuncio por parte de su gobierno de la enésima subida de la gasolina para pagar la transición ecológica, es decir, para maquillar de verde un impuesto que no ha parado de subir en ocho meses. Fue en mayo cuando esta mujer joven, que tiene una tienda de cosméticos on-line desde el año pasado, publicó la petición. Pero no fue hasta noviembre cuando se multiplicaron las firmas exponencialmente, junto con las protestas en las calles de Francia. Priscilla Ludosky trabajó anteriormente durante 11 años en el departamento digital de la web del banco BNP Paribas. Las casualidades no existen. 

Como no creo en las causalidades, expongo aquí algunas de ellas. Como que las protestas por los recortes de Macron aparecen justo cuando el Presidente francés se vislumbra como nuevo líder de la Unión Europea, claro heredero de la Canciller alemana Angela Merkel, que acaba de ceder el testigo de su partido y ha anunciado que terminará esta legislatura en 2021 para retirarse de la política. Justo el tiempo necesario para forjar un líder transnacional. Porque éste parece ser el objetivo: Bruselas. 

Siguen las causalidades con el nacimiento de algunas cuentas de twitter con el nombre Gilets Jaunes, una de ellas creada en agosto de este año, meses antes de que este movimiento “espontáneo” comenzara sus protestas, que se están llevando a cabo desde finales de octubre hasta el pasado sábado. Recordemos qué pasaba en agosto en Europa en titulares: “Los neonazis alemanes vuelven a manifestarse contra Merkel y los refugiados”, “Los neonazis buscan protagonismo en el auge de la ultraderecha alemana”, “Más de 600 neonazis homenajean a Rudolf Hess en una manifestación en Alemania”. Que esté detrás de los “chalecos amarillos” la ultraderecha, no es algo que se pueda afirmar con rotundidad. Especialmente porque tanto Marine Le Pen, de Reagrupación Nacional (antes Frente Nacional), como el líder de la Francia Insumisa, Jean Luc Melénchon, se aprestaron a reivindicar y convocar a sus partidarios a las protestas contra la subida del impuesto a a la gasolina. 

Pero este movimiento popular nace precisamente en una coyuntura europea de movimientos populistas de extrema derecha que buscan desestabilizar la Unión Europea con un “asalto" a sus instituciones. Recordemos aquí, de nuevo, El Movimiento -The Movement- del ex estratega electoral de Donald Trump, Steve Bannon, quien aterrizó hace casi dos años en Europa para reagrupar la ultra derecha con vistas a las elecciones al Parlamento Europeo del próximo mes de mayo. Por cierto, en España con quien se reunió fue con VOX. Y, qué casualidad, el movimiento popular en Francia que protagoniza las protestas, aún sin cabeza, sale a la calle justo cuando el Consejo de la Unión Europea declara en junio que Francia acaba de salir de la crisis del déficit excesivo, declarado en 2009. Es decir, cuando el país puede comenzar a respirar de los recortes. Y, también, cuando el mismo Consejo, en julio, recomienda a Macron “suprimir impuestos ineficientes” y reducir “los impuestos sobre la producción que gravan a las empresas”. Y, por tanto, cuando el país puede volver a respirar, por consejo de Bruselas… Las casualidades no existen.

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