VALENCIA. Es extraño ese sentimiento que provoca al visitante estar rodeado de ruinas, de esa Historia con mayúscula sepultada por el paso del tiempo. Parece contradictorio que se pueda hacer arqueología del tiempo presente o, al menos, del pasado reciente, sin embargo la nueva exposición de fotografías de Óscar Carrasco (Cataluña, 1976) logra generar una sensación similar a esas visitas a espacios que han moldeado la civilización. En este caso, y aunque se trate de una vista de oficinas o de la sala de estar de una casa en lugar de un colosal teatro romano, también dice mucho de la sociedad actual unas fotografías que muestran una larga lista de lugares construidos no hace tanto y, aún así, echados a perder.
Entre lo romántico y lo tenebroso, la galería de arte contemporáneo Luis Adelantado (C/Bonaire, 6) mostrará hasta el próximo 17 de noviembre Cartografías del olvido, una exposición en la que Carrasco explora esos lugares que parecen haber sido apartados de una ciudad que se niega a fijar su mirada en ellos. Por cierto, esa ciudad es Madrid. Y es que no hay que irse muy lejos para encontrar esos inmuebles desconocidos, rincones inexplorados o paisajes periféricos que crean un particular catálogo que puede leerse como una única ruina contemporánea, un espejismo temporal de ese otro Madrid que bien podría trasladarse a otras ciudades.
Cartografías del olvido es la segunda exposición individual del artista en la galería, una muestra que traza una línea invisible entre una multitud de ruinas contemporáneas que ensalzan una modernidad caduca. Edificios emblemáticos que en su día fueron testigo de una cultura determinada, una civilización, y que ahora se convierten en un recuerdo. Aunque la mayor parte de ellos son inmuebles de uso común, lugares de trabajo, el abandono y esa luz característica que golpean sus muros hacen de ellos espacios casi sagrados, templos que invitan al recogimiento, un aura mística que congela en el tiempo los espacios.
Ninguno de estos espacios ha sido intervenido por el artista, con lo que la serie ha precisado de un intenso trabajo previo de selección de localizaciones. Como curiosidad, en el centro de una de esas imágenes, que captura un espacio de trabajo, está, a punto de caer, una fotografía del que fuera rey de España, Juan Carlos I. La ausencia es otro de los conceptos íntimamente ligados al propio olvido. La falta de presencia humana, dirige la mirada del espectador hacia estos lugares, convirtiéndolos en antitéticos a esos no-lugares —a los que se refería el antropólogo francés Marc Augé— en una reflexión propia de la posmodernidad.
"Me interesa la ruina como crítica a la civilización y al poder devastador del ser humano, como recordatorio de su vanidad y fracaso ante el tiempo y el entorno", explica Óscar Carrasco. El fotógrafo capta así la luz y la atmósfera, potenciando los detalles para crear con sus imágenes nuevas interpretaciones de los espacios reflejados. Entre sus premios, cabe destacar la Mención de Honor recibida en los premios Generación 2009 así como su selección para el Premio Arte Laguna de Venecia, así como su exposición individual en Madrid off en Tabacalera durante 2013, así como Mostra Espanha 2015, dentro del Centro nacional de fotografía de Oporto.
También hasta el 17 de noviembre, en el espacio Boiler Room de la galería, se puede visitar Rosetta del joven artista Alberto Feijóo. Rosetta es una investigación experimental que toma como punto de partida y referencia a la célebre estela egipcia expuesta en el British Museum, donde el artista ha residido y trabajado. La enigmática y célebre piedra egipcia, se erige pues como eje conductor de una reflexión materializada a través de la fotografía, la instalación y la escultura. Una lectura transversal que genera un código entre el pasado y el momento actual. De esta manera, la piedra aparece como símbolo cargado de significados y también como un objeto que cataliza relaciones de todo tipo, tanto históricas como autobiográficas.