VALÈNCIA. El estado de los tinglados del puerto de València sigue siendo noticia, y no por su mejora. La entidad Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio valenciano ha vuelto a incidir en las críticas derivadas de los problemas de conservación de las construcciones, especialmente de los tinglados número 4 y 5, declarados Bien de Relevancia Local (BRL). Fue hace unas semanas que, al recibir las segundas recomendaciones del Síndic de Greuges, se colocó una lona “mágica” en el Tinglado nº2, unas “obras de urgencia”, “parche” o “chapuza”, indican los representantes de la asociación, que “no impide que entre agua a raudales y que el deterioro y la corrosión sigan estando allí”.
“El problema de los tinglados 4 y 5 es que quedan más alejados de la parte turística y visible. Por allí sólo van camiones de carga y descarga y algún despistado. En ningún caso turistas porque, como mucho, llegarían a pie a para coger el barco o los cruceros. Y están llenos de basura, suciedad, elementos rotos, deteriorados, agujeros…”, critican. La situación de los tinglados no es sencilla ni física ni administrativamente. El conflicto por las ‘llaves’ de los edificios lleva años coleando. Fue cuando se celebró la Fórmula 1 en València que el Ayuntamiento los cedió a la Generalitat para instalar los boxes, sin embargo la cuestión sobre quién debía asumir los costes de las obras de adecuación (aproximadamente 22 millones de euros) alargaron la tensión entre unos y otros, un problema que pasó del Partido Popular a los nuevos partidos gobernantes.