Arte y fotografía

El tatuaje como terapia: arte para sanar las "cicatrices" de la Dana

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VALÈNCIA (EP). La Dana que dejó 229 víctimas mortales en la provincia de Valencia el pasado 29 de octubre ha dejado marcas físicas y piscológicas, pero también dibujos que quedan en la piel para la posteridad a través de tatuajes que muchos afectados utilizan como "terapia" para curar "cicatrices". Y entre los elegidos, la palabra 'resiliencia' es de las más utilizadas.

Así lo explica el tatuador Pascual Julián, afectado por la dana ya que tenía previsto abrir su local en Alfafar, 'Señor Lobo Tattoo Studio', una semana después del 29 de octubre. La apertura se tuvo que aplazar meses tras quedar el establecimiento arrasado por el agua. Julián defiende que el tatuaje es "una cicatriz que cura otra cicatriz" y tiene un "punto terapéutico" tras la tragedia.

Además de la palabra 'resiliencia', una firma de un familiar, una palabra escrita en un papel, un garabato, cualquier retrato de animales, de personas, frases motivadoras o un ave fénix son los motivos seleccionados por los clientes para "resurgir" de la tragedia.

En una entrevista a Europa Press Televisión, Pascual Julián relata que la catástrofe estalló la semana de antes de la inauguración del estudio, cuando acababan de trasladarse al local tras cinco meses de reformas para habilitarlo. "Llegó la dana y arrasó todo, arrasó desde paredes, techo, hasta todo el equipamiento que teníamos nuevo. No se salvó nada", ha resaltado.

El agua llegó a 1,6 metros y tiró paredes y arrasó todo. A mitad de febrero tenían ya habilitada una cabina y pudieron arrancar gracias a la ayuda de "toda la gente, familiares, amigos y muchos voluntarios", ya que limpiaron "bastante rápido". "Comparado con muchos negocios que a día de hoy todavía están con la reforma intentando abrir, pudimos hacerlo relativamente rápido. Mucho trabajo, pero lo conseguimos", ha subrayado, aunque todavía no está todo el local completamente habilitado.

En concreto, ha lamentado que "a día de hoy sigue habiendo problemas de infraestructuras, alcantarillado y humedades", por lo que, aunque tiene listas dos cabinas, "falta rematar alguna cosita". "Aquí no se acaba", ha remarcado. "En cuanto llueve, ahora estás temblando porque hace poco, en las últimas lluvias, nos volvió a salir agua del garaje. No es que entre el agua, pero vuelve a salir", ha resaltado, al mismo tiempo que ha indicado que "falta mucho por hacer".

En cuanto a los tatuajes que realiza tras la dana, Pascual asegura que el 90 por ciento tiene relación con este episodio. "Con la dana y con no dejarse un trauma", ha especificado porque el tatuaje "es una cicatriz para curar otra cicatriz", con la que se tapan "muchas cicatrices internas que cada persona tiene que afrontar. Y ese tatuaje es la fuerza que le va a dar para poder afrontarlo", ha añadido.

El tatuador ha contado que "hay mucha resiliencia" de los vecinos para superar el trauma de la catástrofe. "El tatuaje te aporta mucha fuerza. Tiene un punto terapéutico que es lo que me enamora de mi trabajo. Lo que te proporciona un tatuaje, solamente llevar una palabra, una firma, un diseño, un retrato que te transmita lo que necesitas en ese momento, da mucha fuerza", ha manifestado. En cada trabajo que realiza después de la barrancada, el tatuador señala que existe "empatía recíproca" porque "todos nos entendemos", ya que es "otro lenguaje". "Está siendo duro, muy bonito, pero muy duro también", ha declarado.

Al hilo, Pascual ha explicado que, cuando tatúa a una persona, esta "anda de otra manera" y "tiene otra actitud en la vida". "A la persona le haces el tatuaje que necesita y, al día siguiente o a los días, es otra persona", ha revelado. "Hasta cambia muchas veces de forma de vestir y es ese pequeño empujón, que muchas veces necesitan para levantarse y decir 'bueno, hay que seguir, no hay otra'", ha explicado. En la misma línea, ha detallado que "muchas veces", cuando vuelve a ver a un cliente, ambos terminan "abrazados" y "llorando", lo que ha calificado como "lo más" porque se convierten en "amigos y casi familiares".

Con "casi 30 años" en este oficio, en el que ha tatuado a "casi tres generaciones", "muchas veces vienen los padres, han venido los abuelos, que vienen los hijos, los nietos, y piensas que esa persona se va a acordar siempre de ti, de lo que le hagas, de que lo estás marcando para toda la vida, se va a acordar del día, de por qué se lo hizo, de cómo se lo hizo y del diseño", ha reconocido.

Por ello, ha explicado que existe un trabajo previo con el objetivo de conocer al cliente y tratar de identificar lo que necesita. "Muchas veces te viene (cliente) con el diseño, pero realmente lo que va a representar, lo que quiere, muchas veces termina siendo completamente diferente, al hablar con ellos de lo que en un principio tenían pensado", ha apuntado.

En cuanto a estos meses después de la dana, el tatuador los ha calificado de "indescriptibles". "Han sido tantos meses de trabajo, 24 horas, trabajo físico y mental. Mucho esfuerzo para poder reabrir, porque empiezas a ver a los compañeros, a los amigos, otros negocios, que directamente tiran la toalla y te lo replanteas", ha argumentado.

Al mismo tiempo, ha revelado que se replantearon volver a abrir "desde el principio", y ha agradecido al "empujón de toda la gente", que "nos obligaron a reabrir". Sobre el primer tatuaje, Pascual ha recordado que se lo hizo a una amiga y acabaron "abrazados y llorando", con una sensación de "volver a empezar con mucha incertidumbre".

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