Arte y fotografía

EN UN PROYECTO JUNTO A PHOTOESPAÑA

La Colección José Luis Soler vuelve a Bombas Gens

  • De izquierda a derecha: María Santoyo, Vicente Todolí, Susana Lloret, y Eva del Llano.
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VALÈNCIA. En 1905, Aby Warburg, un historiador del Arte interesado en la cultura clásica occidental, propuso en su Bilderatlas Mnemosyne, juntar y enfrentar una infinidad de imágenes de diferente naturaleza y tipología para que, a través de la observación, se activaran nuevas ideas y lecturas al conectar de manera intuitiva las imágenes.

La Colección José Luis Soler empieza una nueva etapa en Bombas Gens precisamente tomando como ejemplo la mnemosyne de Warburg. Ayer se presentó el nuevo espacio, una sala dentro del complejo cultural de Marxalenes, de acceso gratuito, que acogerá diferentes exposiciones que muestren la parte fotográfica de la colección.

Esta la primera reactivación en Bombas Gens del patrimonio de Soler desde el cambio de identidad del espacio cultural, que ya no funciona como el escaparate de la Fundació Per l’Amor a l’Art, sino que desde 2024 acoge un centro de artes digitales de la red de la empresa especializada Layers of Reality. Por eso ayer, precisamente, era un día importante para las personas que han estado implicadas en la formación y gestión de esta colección, como Susana Lloret, viuda de Soler y responsable de la colección, o Vicente Todolí, comisario independiente y asesor de la misma.

“Hoy la colección inicia una nueva etapa”, anunciaba Lloret, visiblemente emocionada. Tras el fracaso en las negociaciones con la Generalitat (“No prosperó. A la vista está. Pero ahora miramos al futuro”) para la donación del patrimonio artístico de Per Amor a l’Art, ahora las fuerzas se centran en “democratizar el acceso a la colección”. Por una parte, las obras fotográficas irán dinamizando el espacio permanente en Bombas Gens. Sobre la parte que forman las obras de arte abstracto, “se llegará hasta donde podamos”, aunque Lloret ya avanzó que próximamente se pondrá en marcha una página web para dar a conocer las más de 2.500 obras y que esto facilite “otros proyectos con instituciones”.

Un ejercicio de memoria

Todolí aprovechó su turno de palabra para recordar que la potente colección fotográfica de José Luis Soler fue fruto del convencimiento del primero para que el segundo empezara su proyecto filantrópico por un formato que “aún no estaba tan metido en el mercado” y que podría ser una inversión de poco coste. “José Luis me solía decir que no le gustaba. Yo le decía que acabaría gustándole, que se esperaba un par de años. Y siempre le acababa gustando”, comentaba como anécdota.

Tal fue el convencimiento, que la Colección José Luis Soler es una de las más potentes de todo el Estado. Y en esta nueva etapa, se ha elegido como acompañante el festival PhotoEspaña para darlo a conocer a través de un premio de comisariado novel —la primera iniciativa de la gran cita de la fotografía en España que recala en València.

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PhotoEspaña abrió una convocatoria con un documento con la colección fotográfica íntegra y cada participante debía proponer una exposición. El festival y el espacio quieren aprovechar así para apoyar “el inicio de la carrera de los comisarios”.

Y partiendo Warburg, la ganadora, Eva del Llano, ha propuesto en Mnemosyne. Derivas y fragmentos en la producción de memoria enfrentar y encontrar diferentes series de Ferrán García Sevilla, Hamish Fulton, Jonas Mekas, Iñaki Bonillas y Takuma Najahira para que el visitante busque puntos en común.

Esta lectura, como proponía el Bilderatlas Mnemosyne, depende de cada visitante, aunque Del Llano propone un par de puntos de encuentro. Por ejemplo, la serie Circulation de Takuma Najahira, tomada de manera espontánea en la Bienal de París de 1971 y la serie Flowers de Jonas Mekas, que captura los negativos de diferentes escenas en el campo tomadas a lo largo de varias décadas. Los dos diarios visuales, pero el caos de un día en París en blanco y negro se presenta, frente a frente, con el color y la calma de las escenas familiares en el campo estadounidense.

Otra relación podría ser la serie fragmentaria de Ferrán García Sevilla, que captura detalles de un árbol desde diferentes ángulos; y justo al lado, Hamish Fulton, que propone poner en el centro una reflexión sobre el cuerpo y la transformación física y mental que puede suponer el entorno. “Me interesaba mucho que también que se evidencien de incongruencias y roces entre las series”, resumió Eva del Llano.

Esa producción de memoria a la que alude el título es “por el proceso de interpretarla, de enfrentarnos a las imágenes y crear un discurso desde lo fragmentario”. “Me refiero a esa capacidad del espectador de crear un sentido desde un archivo disperso”, concretaba la comisaria. Pero la palabra memoria estuvo latente durante toda la presentación, desplegada de manera polisémica.

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