VALÈNCIA. La artista Mónica Jover (Alcoy, 1973) se convirtió el pasado viernes el la gran vencedora de la IV Bienal Mª Isabel Comenge, certamen impulsado por la Fundación Juan José Castellano Comenge. Lo hizo con una obra que representa el presente de su creación, Campo encriptado, un premio que recibe en un curso que por muchos motivos es especial para la creadora.
No es, de hecho, la única pieza con la que engrosa colecciones de arte valencianas, pues recientemente el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) anunció la adquisición de su obra Espacio hilado en verde, una tela cosida, bordada sobre pintura, que “evidencia las posibilidades expresivas del hilo y su armonía con el universo poético”, explican desde el museo.
La pintura atravesada por el hilo ha sido su seña de identidad en los últimos años, un trabajo que remite a sus propios orígenes familiares y que la ha llevado a explorar nuevos caminos en los que en lienzo es punto de partida de mucho más aunque sin renunciar a él. Momento de hacer balance, en este 2025, además, se cumplen 25 años desde que protagonizara su primera exposición individual, que celebró con la exposición La pintura cosida: relato de una trayectoria, que inauguró a principios de año en la Fundación Mutua Levante de Alcoy.
El presenta la lleva al Centre del Carme, donde actualmente se pueden ver expuestas las distintas piezas seleccionadas por la presente Bienal Mª Isabel Comenge, mientras que el futuro inmediato llevará su obra a Barcelona, donde el próximo año protagonizará una muestra comisariada por José Luis Pérez Pont en la galería Seltz.
- ¿Cómo recibe el premio de la IV Bienal Mª Isabel Comenge?
- Con mucha sorpresa, no me lo esperaba, a veces cuesta mucho en estos certámenes. Nunca sabes lo que puede suceder. Las piezas y la colección que hay expuesta es toda maravillosa y cualquier obra podría ser ganadora. Estoy muy feliz.

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- Foto: JUAN PEIRÓ
- Su obra pasa a formar parte de una colección dedicada a la pintura, algo que hoy en día podría ser una rareza.
- Sí, a veces parece que la pintura cuesta más verla en conjunto. Hay muchas opciones, muchos lenguajes hoy en día y es verdad que a veces cuesta centralizar. Es fantástico que pertenezca a este tipo de colecciones porque al final son ejemplos de cómo se está moviendo el arte en la comunidad.
- Ha vencido con la obra Campo Encriptado, hábleme de ella.
- Es una pieza que enlaza con el proyecto que estoy haciendo desde hace unos meses, partiendo siempre de la pintura porque yo me considero pintora y yo soy pictórica en la base, lo que pasa es que desde desde hace unos años ya introduje poco a poco el hilo en mi trabajo. A partir de ahí vas experimentando e investigando esa mezcla. Esta obra es muy reciente y se enmarca en un trabajo de deconstrucción de las piezas, también metafóricamente, porque habla de la deconstrucción y luego construcción del ser humano, también en relación con el mundo digital, cómo nuestra identidad se construye y se fragmenta en ese mundo saturado de información.
Una de las cuestiones que plantea es ese cuestionamiento sobre qué es verdad y qué no lo es, que es cada vez más complejo. A final yo abogo siempre al ser, a la búsqueda de sinceridad. Yo intento ser sincera conmigo misma, en mi forma de trabajar, ser honesta. Y eso me lleva, precisamente, a esa conexión con el mundo textil, con la que también explico de dónde vengo, mi tradición familiar.
- El jurado destacó que había hecho un "cambio radical" con un "avance espectacular" que había que premiar, ¿usted también ve ese cambio radical?
- Es curioso, muchas veces es la gente externa la que te va dando claves en algunos aspectos. Para eso están los comisarios y gente entendida, que son lo que te dan claves, te ayudan a aclarar tus ideas o tu trayectoria. Sí que es verdad que muchas veces estás desarrollando un tema determinado o trabajas de una manera determinada en tus piezas y, aun estando contenta con el resultado, al final cambias a otra cosa. Necesitas hacer algo diferente. Puedes pensar que está bien, pero, a partir de ahí, ¿qué más? Eso es lo que me ha llevado a trabajar de diferente manera esa unión entre la pintura y el hilo.
Empecé muy discretamente el tema del hilo a modo de dibujo, después las manchas se hicieron más rotundas hasta la expansión del hilo de la pintura al exterior, realizando trabajos site-specific que me han dado una visión totalmente diferente. Estos últimos me han permitido abrir totalmente el lugar de exposición, abarcando todo el espacio. Ya no solo estás exponiendo una obra de arte, sino que esa obra está hablando de la historia que rodea al edificio, por ejemplo, donde está ubicada o lo que significa para la persona que te ha encargado esa pieza, una una obra exclusiva que solo puede verse ahí. Toda esta evolución que vas haciendo se ve en estos últimos trabajos, como en Campo encriptado, que se plantea a modo de tapiz. Todo va muy rápido y, por el contrario, estas piezas necesitan mucho tiempo de ejecución. Yo abogo por pararse y dedicar el tiempo que se necesita a esas cosas.

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- Foto: JUAN PEIRÓ
- Es curioso porque hablas de esa rapidez, o de ir en su contra, tanto en la propuesta intelectual de la obra como en los propios procesos.
- Es tanta la información y la sensación de que todo tiene que ser para ya... Con este ritmo puede costar saber dónde se sitúa unos mismo. Esta es una manera de trabajar, precisamente, a mi manera, sin pensar en lo que pasa alrededor. De decir: voy a hacer lo que siento. Eso es lo mejor que podemos hacer los artistas: ser sinceros con nosotros y con nuestro lenguaje.
- Cuando aparece el hilo en tu obra, ¿seguimos hablando solo de pintura?¿le ponemos algún apellido?
- Cuando hago las instalaciones podríamos hablar de la pintura expandida, pero tampoco nada rebuscado. La pintura siempre se ve en mis obras, siempre es la base. Me encanta trabajarla. De momento no puedo evadirme de eso porque soy parte de eso. Y luego el hilo es una herramienta que utilizo, en conexión con de dónde vengo y que me ayuda también a mezclar diferentes técnicas que enriquecen y refuerzan esa historia.
- La naturaleza es uno de los elementos que más le inspiran, ¿pero es la real o la imaginada?
- Yo creo que al final todo mi trabajo se conecta mucho con mi vida personal y a veces me cuesta mucho separarme de ella. En el caso de la naturaleza, recuerdo esa naturaleza pura que es estar en medio del campo y de la nada cuando yo era pequeña, que es una época crucial en tu vida, en la que te estás formando como ser humano. Recuerdo veranos enteros donde solo había montañas, campos, bancales y poco más. Todos esos recuerdos se quedan en tu memoria y surgen, son parte de ti. Como seres humanos la necesitamos, somos parte de la naturaleza.