VALÈNCIA. El segundo aniversario del Centro de Arte Hortensia Herrero (CAHH) llega con sorpresa y nombre propio: Anselm Kiefer (Alemania, 1945). El centro renueva su oferta expositiva por primera vez desde que abriera sus puertas en noviembre de 2023, cuando desveló un renovado Palacio de Valeriola habitado por un buen puñado de nuevos vecinos. Alexander Calder, Manolo Valdés, Jaume Plensa o Cristina Iglesias pasaron a ocupar las salas del nuevo centro cultural, un recorrido en el que el alemán ocupa un espacio destacado, con tres espectaculares obras que coronan la sala noble del palacio. Y no serán las únicas.

Tras dos años en los que el centro cultural ha puesto el foco en divulgar los ‘greatest hits’ de la colección de arte, el espacio dibuja ahora su primera exposición temporal, un proyecto de producción propia que indagará en la trayectoria de uno de los nombres clave de la escena internacional del arte. No en vano, su obra su ha convertido en una de los pocos ejemplos de arte contemporáneo que se exhiben de forma permanente en el Louvre, para el que diseñó una pieza inspirada en las constelaciones y ritos funerarios, un listado que suma exposiciones en el Pompidou de París, el Metropolitan Museum de Nueva York o la Royal Academy de Londres, donde recientemente protagonizó una muestra que puso su obra en relación con la de Van Gogh. Y, ahora, llega el turno de València. 

La propuesta, que abrirá sus puertas el próximo mes de abril y supone su primera exposición en la ciudad, sumará una decena de piezas entre las propias de la colección Hortensia Herrero y otras tantas procedentes de su estudio, un listado que incluirá algunas realizadas expresamente para la exposición. Unas y otras mostrarán al Kiefer más “monumental”, con obras de gran formato cuyo discurso se comienza a construir, precisamente, desde aquellas que ya habitan el CAHH, un Kiefer influenciado por la poesía y la literatura y dominado por el paisaje.

En este sentido, las nuevas piezas se sumarán a las que ya exhibe el CAHH de forma permanente, una selección que plantea un viaje en el que caben figuras como Baudelaire, Schubert o a la mitología alemana del Walhalla. Dos de ellas incluyen su característico libro de plomo mientras que la tercera plantea una reflexión en torno a la figuración y la abstracción, una pieza que presenta unos paisajes sobre los que se ha vertido plomo. Como curiosidad, esta última es la obra más pesada de la colección y su dificultosa instalación -para lo que se tuvo que reforzar la estructura de la sala- limita sus movimientos. Por ende, solo en València se podrá ver esta exposición.

La muestra, además, incluirá una de las obras más grandes realizadas hasta la fecha por el artista, Danaë, de más de trece metros de ancho, una obra que reproduce el interior del aeropuerto de Tempelhof en Berlín y, al mismo tiempo, hace referencia al mito de Dánae en forma de una lluvia dorada que cae sobre el cuadro. No debemos olvidar que, según la mitología griega, Zeus se transformó en lluvia dorada para visitar y fecundar a Dánae, quien se encontraba recluida en una torre para evitar que tuviera descendencia. Esta obra tan solo se ha visto en una exposición en Nueva York en 2022 y podrá verse ahora por primera vez en Europa.

“Anselm Kiefer es uno de los pilares de la colección de Hortensia Herrero, pensamos que era una gran forma de arrancar con las exposiciones temporales del CAHH”, expresó Javier Molins, asesor artístico del CAHH y comisario de la exposición, quien presentó la exposición y actividades para el segundo aniversario del centro junto a Alejandra Silvestre, directora de la Fundación Hortensia Herrero.

El despliegue de la obra de Kiefer actualizará el discurso del CAHH y, por tanto, obligará a reordenar sus salas. En este sentido, las salas dedicadas a la colección del siglo XX, que presenta esculturas móviles de Alexander Calder o la revisión en clave pop de Roy Lichtenstein de los jardines de Monet, o la sala ‘Andana’, que presenta esculturas de Tony Cragg o Julian Opie, pasarán a ser ocupadas por la obra del alemán hasta octubre, cuando está previsto que clausure la exposición. El siguiente paso, con todo, no será volver a la disposición original, sino que se aprovechará para renovar algunas de las piezas y así mostrar nuevos fondos de la colección Hortensia Herrero. 

Balance de visitantes

El CAHH cerró su primer aniversario con en torno a los 200.000 visitantes y una misión: continuar con la internacionalización del museo. “Es un centro con una gran vocación internacional”, incide Javier Molins. En este sentido, los números hablan de una estabilidad incluso a pesar del ‘efecto’ post inauguración o los meses marcados por la Dana, que de hecho obligaron a cambiar las actividades programadas para su primer año, un balance que se mantiene en 200.000 visitantes en este último curso.

Hay, eso sí, un cambio de tendencia, con un aumento del público internacional, que ya supone el 21% del total, con Alemania, Italia y Francia como los países que más se interesan por el museo. 

Para la celebración de este segundo aniversario, el CAHH ha preparado una serie de actividades y eventos que se desarrollarán durante la semana hasta el domingo e incluye desde una conversación entre Jaume Plensa y Javier Molins, actividades familiares, visitas nocturnas e incluso un concierto del grupo a capella NoVI.