Artesia Gallery, la sede del arte ucraniano en València

VALÈNCIA. En el número 37 de la Avenida del Oeste hay un pedacito de Ucrania. Una galería se ha convertido en la sede cultural del país en València, un proyecto que se levanta bajo el nombre Artesia Gallery. Detrás de esta galería está Nina Malovana y su ayudante Lina Shuliak, quienes se embarcaron en el proyecto con el objetivo de contar la historia de los ucranianos -y de su lucha- a través del arte. Lo hacen desde tres ejes clave, sobre los que sustentan todas sus exposiciones: apoyar a Ucrania, representar la protesta contra Rusia y contar la historia de su país, una fotografía que realizan con obras que van desde 1970 hasta la actualidad. Entre sus muros hay más de una veintena de nombres entre los que destacan los artistas Mykola Zhuravel, Boris Buryak y Oleksandr Golynsky, entre otros.

Nada más entrar, en la primera sala, uno se encuentra con las esculturas de Yurik Musatov (1981), quien aterriza en la galería una serie de cabezudos de cerámica que representan astronautas y alienígenas. Sus esculturas se rodean de piezas de arte abstracto que representan pequeños poblados. Shuliak explica que en esta diversidad está una de las claves del proyecto, para ella y para Malovana lo importante es hablar de conquistas, de guerras y de los paisajes que hay que proteger. Los artistas a los que exponen lo hacen de diversas maneras: “Todos ellos cuentan la historia del país, de su forma más personal y a través de su propia lucha. Nosotras lo que hacemos es reunirlos en un mismo espacio, para que quien venga pueda comprender la lectura sin ningún tipo de problema”. Estas impactantes esculturas se rodean de obras abstractas y realistas, que se tiñen de los colores ucranianos para contar la historia de su lucha: el naranja, el azul y el verde.

Explica Shuliak que estos tres son los colores que más abundan en sus pueblos y los que cuentan la historia de la libertad, aunque no necesariamente se muestran en todos los relatos. “Hay ejemplos como el de Marchuk que son bastante claros, emplea el rojo y los hilos para contar una historia de encierre”, explica la joven galerista, “tenemos que traspasar la cortina para comprender qué es lo que está pasando”. Para ello ofrecen visitas guiadas (con reserva previa) con motivo de poder explicar la historia de Ucrania, a través de los ojos de sus artistas. Sus obras contrastan en lo visual, pero muchas veces cuentan lo mismo. Para Shuliak todas se pronuncian contra la censura, hablan de “un enfrentamiento ideológico” y pelean por un espacio donde se les escuche. “A lo largo de la historia de Ucrania siempre han venido los rusos a intentar hacernos de menos. En el caso de estos artistas intentaron encarcelarlos, y ahora cuentan su historia de revolución estando expuestos aquí”, explica la galerista.

En la gran planta baja de la galería está la muestra en la que Marchuk y Skarubsky dialogan sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania, a su manera: “Lo que hacemos es contar la historia de la guerra y la revolución a través de artistas ucranianos. Ya sea desde lo abstracto a lo más realista, es al final una historia del país y de sus costumbres”, explica la galerista. Los elementos que más se repiten en el relato son las mujeres ucranianas y los motivos religiosos y la representación de lugares emblemáticos. 

“Queríamos contar la historia del país a través de algo nuevo aportar nuestra cultura. Nosotras llevamos aquí varios años y nos encanta empaparnos de lo que sucede a nuestro alrededor, y pensamos que de alguna manera teníamos que hacernos conocer a través del arte”, explica Shuliak mientras pasea por la sala. Esta acción no se queda solo colgada en las paredes, de lo que ganan de las ventas destinan una mitad a los guerreros de Ucrania y se quedan la otra mitad para contribuir a la galería. Con este broche logran cumplir los tres objetivos con los que se creó la galería: contar su historia, defenderla y apoyar a Ucrania desde València. Más concretamente desde un espacio en la concurrida Avenida del Oeste.