VALÈNCIA. El Centre del Carme establece el diálogo definitivo entre el desarrollo del arte digital y la creación artística contemporánea. Lo hace con Artistas y máquinas. Diálogos en el desarrollo del arte digital. Hasta el 22 de mayo se podrá visitar en la Sala 1 y 2 un recorrido que investiga el proceso de transformación de lo analógico a lo digital desde el punto de vista tecnológico. Lo hace a través de 52 obras físicas de copy-art, 15 de videoarte y 15 de arte en línea, entre las que se establece una red que relaciona a los artistas y las máquinas desde los años 60 hasta la actualidad.
La exposición retrata la visión y avance de los lenguajes de la red a lo largo de seis décadas. Durante estos años resurge un interés por los desarrollos tecnológicos y cómo estos dan pie a lo que a día de hoy prolifera como arte digital. José Ramón Alcalá, comisario de la exposición, explica que es una forma de aclarar los orígenes de este tipo de arte: “Sé que mucha gente joven que trabaja en digital vendrá a ver esta muestra para satisfacer su curiosidad sobre el tema. Resulta muy alentador que por fin puedan reunirse con sus antepasados del mundo del arte para comprender el origen de todo”. La exposición avanza a través de cuatro diálogos fundamentales que plantean varias cuestiones al visitante respecto a la fusión de la máquina y el artista: ¿Quién es el artista de los dos?, ¿Cómo se distingue la obra original de la copia?, ¿Hasta qué punto es importante el proceso?, ¿Cómo se generan las nuevas iconografías?... Todas estas incógnitas se exploran a través de varias obras e interpretaciones que dialogan entre sí para que sea el visitante el que elabore la respuesta.
Para Nilo Casares, comisario y experto en net.art. esta muestra establece un enfoque completamente nuevo en España, y que se hace de forma pionera en València: “Hay que atreverse a ahondar en el mundo de la web. Es completamente necesario para comprender las creaciones actuales que versan en lo digital, y que se expanden cada vez más”. Las obras muestran conexiones red que se enlazan entre países de todo el mundo, en experimentos de fax, serigrafía y creaciones simultáneas de diversos artistas desde lugares como Tokyo y Abu Dabi en conexión con museos españoles como el Thyssen. Para Alcalá este trabajo permite contemplar el desarrollo de las máquinas y cómo el artista adapta su trabajo a través de estas, contemplándolas tanto como herramienta como medio para llevar a cabo su trabajo: “El artista usa la máquina para su creación, desde diversas partes del mundo se hacen colaboraciones que conectan con el visitante vía online. Es muy importante tener en cuenta cómo los artistas intentaban capturar la inmensidad de la red en su trabajo”.
Ariane Thézé y la “digitalización” de la mujer
Una de las obras a destacar en Artistas y máquinas es Déportraitisation de la de la artista francesa Ariane Thézé. Su pieza representa como cada día de la semana debe ponerse un vestido diferente: de mujer trabajadora, de madre, de luchadora… La representación de estos “trajes” supone uno de los momentos más álgidos de la historia del copy art. La artista experimenta con las posibilidades de la serigrafía sobre polímero blanco para crear una puesta en escena que se asemeje a un armario real. Debido a la complejidad del montaje de la obra, Thézé ha viajado desde Francia para poder montarla ella misma. Para mantener la flexibilidad en la piezas ha tenido que trabajar con la impresión en polímero y, una vez ha montado la escena en la sala, ha tenido que dotarla de unas capas protectoras con un material de film elástico, para darle el toque final a la pieza conjunta.
Tal y como ha declarado para Culturplaza considera que el tinte de su obra es atemporal, y que puede leerse exactamente igual a día de hoy que en el año 1983, cuando la creó: “La obra no representa un cambio de vestimenta, sino el acople de una identidad. En los últimos 40 años la mujer se ha visto sometida a tener que cumplir cada vez un rol en la sociedad que la fuerza a tener que mostrarse de diferente forma según su contexto”. Déportraitisation reflexiona entre otras materias sobre la idea de la censura del cuerpo femenino y la presión que se establece sobre las mujeres y su lugar en la sociedad: “La obra es válida a día de hoy y tristemente seguirá siéndolo según avancen los años. He querido representarla a través de mi propio cuerpo con la idea de dar voz propia al discurso y defenderlo”. Para la artista el hecho de acercarse al Centre del Carme para montar ella misma la obra ha supuesto todo un honor, ya que ha podido contemplarla en relación con el resto de trabajos de grandes artistas como el Equipo DequeDéque, Ant Farm & T. R. Uthco, Jacques Fivel, Fischli & Weiss, Anna Bella Geiger, Emilio Gomáriz, Satoshi Hasegawa, David Hockney y Daniel Jacoby entre más de 80 nombres internacionales.