Arturo Torró: "Hay dos clases de políticos, los verdugos y los perseguidos"

En su “atalaya”, lejos del ámbito político, el expresidente del PP y exalcalde de Gandia, Arturo Torró, ha mostrado su alegría por la decisión de la juez de archivar el caso Tele7. “Me alegro por los técnicos que participaron en el proceso administrativo. Por ellos y por sus familias”, comenta Arturo Torró a Valencia Plaza sobre la querella que José Manuel Orengo y Vicent Mascarell presentaron en 2012 contra él y parte de su equipo de gobierno por presuntos delitos de prevaricación, malversación, fraude a la administración y tráfico de influencias. Posteriormente, se extendió a los técnicos que participaron en el pliego de condiciones y a directivos de las empresas adjudicatarias. 

Sobre el archivo de la causa, Arturo Torró recalca que “siempre he tenido plena confianza en la justicia, que es la que debe regir”. Sin embargo, ha lamentado que este tipo de situaciones son las que harán que las personas “no quieran estar en política” pues “el acoso y derribo a los políticos daña también a las familias”. Una postura que rechaza y que extrapola al reciente fallecimiento de Rita Barberá: “Ha tenido que morir Rita para que tengamos que poner la inocencia por delante. No la mató la prensa, como se insinúa, sino los políticos desalmados que se mueven perfectamente en el barro para suplir su incapacidad en la gestión y a los que se unió la cobardía de algunos de sus compañeros”.   

En la trayectoria política de Arturo Torró el caso Tele7 propició su adiós. El 28 de enero dimitió como concejal del Partido Popular para, asegura, “propiciar una posible moción de censura de Ciudadanos en el consistorio gandiense”. A los pocos días, dejó la presidencia del Partido Popular en Gandia, pese al voto en contra de su ejecutiva, tras ceder ante las “líneas rojas” de la presidenta del PP en Valencia, Isabel Bonig. Una postura que Torró considera que “afeó” su “salida voluntaria” del escenario político. “No estuvo fina pero cada uno tiene las formas que tiene” y recuerda que “me fui voluntariamente dejando paso a Víctor Soler, que es un excelente político, llevándome la única mayoría absoluta de la historia de Gandia y siendo el alcalde más votado de la Comunitat Valencia en las últimas elecciones en el mayor hundimiento del PP en toda España”.  

La resolución ha llegado tras seis meses de investigación sobre la supuesta relación de Torró con Tele7 (Inversiones del Mediterráneo) y después de que todos los implicados hayan pasado por los juzgados para prestar declaración. La juez de Gandia, en el auto, considera que compartir cargos en empresas no es, por sí mismo, constitutivo de infracción penal alguna, “si a ello no se acompaña de ningún otro elemento que permita apreciar, al menos de manera indiciaria, la comisión de infracción penal alguna”. 

Tampoco ve delito alguno en quienes realizaron, a través de Iniciatives Publiques de Gandia (IPG), el contrato con Tele7. “El expediente administrativo se llevó a cabo al amparo de los estatutos y las normas internas de funcionamiento de IPG, sin que se aprecie ninguna irregularidad o infracción en la tramitación de dicho procedimiento», dice el auto.  

Afirma que “no quiero volver, soy feliz y ahora tengo tiempo para estar con mi familia, que me echaba tanto en falta como yo a ella”. Sin embargo, sí que “me gustaría trabajar por Gandia porque le debo mucho a esta ciudad, pero como ciudadano, no como político, porque ahora la política se ha ensuciado mucho por la aparición de elementos de componente sólo ideológico, basado en el odio y el rencor, lo que hace que la gestión se quede a un lado y se de paso a los insultos y tribunales” y lamenta que “se está olvidando el verdadero espíritu de servicio al pueblo, que debería ser el único objetivo”.

Diana Morant, ejemplo de esa "nueva política"

Preguntado por el papel de Ciro Palmer, concejal de Ciudadanos en Gandia, Arturo Torró lo tiene claro: “Es esclavo de las decisiones de su partido en Valencia, que no les interesa Gandia para nada” y espera que “algún día sepamos qué tipo de pacto se realizó en Gandia y porqué”. Con cierto enfado sostiene que “Ciudadanos está permitiendo que la ciudad se radicalice con posturas de una izquierda rencorosa que menosprecia los valores católicos” y reprocha a Ciro Palmer que “le pida una líneas rojas al Partido Popular y no lo haga a quienes gobiernan, apoyando así a un gobierno de republicanos y separatistas”.

Se refiere a la primera edil de Gandia, Diana Morant, quién “logró el peor resultado de la historia de Gandia en unas elecciones y sin embargo es la alcaldesa”. En su opinión, la socialista es “un ejemplo de la nueva política que está imperando”: “Diana representa perfectamente los nuevos perfiles del político actual, que pierden y gobiernan, con la un pupurri de partidos sin orden ni concierto y saltan del ni oficio ni beneficio a la escena política utilizando el cargo como modo de vida” y se pregunta: “¿Dónde va a ganar este alma cándida cerca de 6.000 euros fuera de este entorno?”  

Y es que, para Torró, en el futuro existirán dos clases de políticos: “Los verdugos, políticos sin escrúpulos y poca gestión, que se mueven perfectamente en el barro, y los perseguidos, que viven en el susto permanente y que pese a ser mejor gestores que los otros desgraciadamente en pocas ocasiones lo van a poder demostrar”. Y prosigue: “Hoy lo importante es estar en el sillón y mientras estén los acomplejados, que se achantan, y los que prefieren estar en el barro no iremos nunca hacia adelante” y recrimina con vehemencia: “no puede haber políticos que nacen y mueren en su silla”.

Palabras, todas ellas, que Arturo Torró las dice con la firme convicción de que no desea regresar a la política.