La estatua que presidió la plaza del Ayuntamiento de Valencia ha acabado dentro de un arcón de metal en la base militar de Bétera, tras su paso por Capitanía. El Ayuntamiento (propietario del monumento) prefiere que siga allí
VALENCIA. La estatua ecuestre de Francisco Franco lleva cinco años en la USBA, Unidad de Servicios de la Base Jaime I de Bétera, en un polvoriento almacén (a cielo abierto en su fachada delantera y cubierto con techo de uralita a dos aguas). Nada hace intuir que dentro de ese impresionante arcón de metal formado por una estructura de tubos de hierro y completamente sellado gracias a 24 planchas atrornilladas de metal galvanizado se halla la figura del dictador, ‘amortajada’ con mantos blancos. Y todo apunta a que seguirá allí por mucho tiempo, ya que según fuentes de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Valencia (propietario de la figura), "ahí está bien; ya ha pasado su tiempo".
El jueves 27 de octubre Plaza pudo fotografiar la estatuta tras gestionar su localización y obtener el permiso preceptivo del Ayuntamiento de Valencia y del Ministerio de Defensa. La mayoría de militares que acompañaron al equipo de la revista en el laborioso proceso de desembalaje y vuelta a embalar de la estatua, dijeron desconocer que dentro de aquella gran caja metálica estuviera la figura del Generalísimo y más de uno inmortalizó el momento con el inevitable selfie. El jefe de la base, coronel Miguel Pareja, certificó que había tenido que mirar los inventarios para confirmar el depósito de la estatua tras el traslado en 2010 desde Capitanía General de Valencia —en aplicación de la Ley de Memoria Histórica—, de donde fue sacada por una gran grúa del patio desde el antiguo Convento de Santo Domingo. El coronel es hijo de militar y, a la pregunta de dónde estaba aquel 20-N, recuerda que tenía 14 años y que estaba internado en Ronda. Su padre fue a por él y se lo llevó a casa, aunque a los pocos días regresó.
La estatua de bronce es obra del escultor José Capuz Mamano. Fue instalada en la entonces plaza del Caudillo en abril de 1964 con motivo de los 25 años del fin de la Guerra Civil y estuvo allí hasta 1983, cuando se trasladó a Capitanía tras un accidentado desmontaje —se partió por la cintura de Franco— ordenado por el consistorio que presidía el socialista Ricard Pérez Casado. Y de ahí, a su estación término: Bétera.