VALENCIA. Aprovechando que el cierre del mes de junio ha sido tan movido, vamos a utilizarlo para hablar sobre el comportamiento de las personas, de los inversores, en la relación con el proceso de toma de decisiones. Y por eso el titular elegido porque habla a su vez del comportamiento, en este caso de las acciones en bolsa. Cuando suben lo hacen poco a poco en un espacio de tiempo que pone a prueba generalmente la paciencia de la mayoría de la gente, pero cuando bajan suelen hacerlo desplomándose en cuestión de horas o minutos sin el menor rubor. Lo que trae a colación las palabras que dirigió hace bastantes años Warren Buffett en la ceremonia de graduación de un máster en finanzas con las que recomendaba no encariñarse con los instrumentos de inversión como acciones o bonos ya que “el mercado no sabe nada acerca de mis sentimientos. Esa es una de las primeras cosas que hay que aprender acerca de una acción. Cualquier sentimiento que tengamos hacia el mercado no va a ser correspondido”.
Por un lado, el día 23 de junio hemos asistido, no sin sorpresa, a la victoria del leave (abandonar) en el referéndum que les preguntaba a los británicos sobre su futura relación con la Unión Europea. Al día siguiente, a las 9 de mañana del viernes 24 la bolsa europea se desplomaba con algunos valores ingleses como Sports Direct, empresa de ropa deportiva, cayendo hasta un 43%, o Barratt, empresa de construcción, cayendo durante varias sesiones a dos dígitos. ¿Reflejaba el precio en el momento de la caída el valor real del negocio o era simplemente el síntoma de un comportamiento irracional en manada?
Por otro lado, el pasado 26 de junio las elecciones españolas de nuevo ofrecían un elemento de incertidumbre para el mercado, y es que debemos tener siempre presente la frase que ha ganado protagonismo desde inicio del 2000 y una de cuyas primeras apariciones fue en el diario estadounidense Jersey Journal del 23 de octubre de 1884: 'Capital is a coward' ('El capital es cobarde'). La bolsa española al día siguiente de los resultados electorales corregía algunos puntos, como estaba previsto para una victoria del PP sin mayoría absoluta. Me atrevo a decir, nada comparable con lo que hubiera supuesto cualquier otro escenario, y ahí dejo que cada cual haga volar su imaginación.
En junio de 1995, hace 11 años exactamente, el socio inseparable de Warren Buffett en el exitoso conglomerado Berkshire Hathaway, Charlie Munger, dio una entrevista en la Universidad de Harvard que se ha convertido en todo un referente del estudio de lo que se ha venido a llamar 'behavioural finance', es decir, 'finanzas conductuales' según el término en castellano; por lo que para profundizar un poco más en su conocimiento vamos a comentar algunos aspectos de sus principales aportaciones en ella dado que es de total actualidad.
Cuando le preguntan sobre una conclusión a su teoría de las 24 principales causas que generan irracionalidad en nuestro comportamiento como inversores Munger considera que “no es tanto un comportamiento basado en una de las causas en concreto sino la combinación de varias de ellas lo que genera la mayoría de los problemas”. Se obtiene entonces el efecto que él denomina como Lollapalooza. Los seres humanos tenemos muchos sesgos inherentes y tendencias que pueden influir en nuestro comportamiento de una manera u otra. Cuando varios de ellos actúan en armonía para conducirnos hacia una acción en particular, tiene un efecto Lollapalooza.
Y todo ello viene según el economista porque el sistema de incentivos sociales destinado a la mejora de la posición económica está viciado en la manera en las que se obtienen las recompensas, lo que citando a Jacob Viner se conoce como 'truffle hound' o 'trufa de sabueso'. Un animal entrenado y educado para un propósito tan limitado que no es bueno para ninguna otra cosa. O lo que es lo mismo, Charlie Munger reivindica de esta manera lo mismo que el empresario valenciano Nicolau Primitiu Gómez Serrano escribió en su exlibris ya en el s. XIX: “Treballar, persistir i esperar” (Trabajar, persistir y esperar) para actuar con criterio propio, alejado del pánico y la euforia del rebaño.
Miquel Boix es director comercial de Buy & Hold Asesores EAFI