ALCOY. Desarrollar soluciones agrovoltaicas, que permitan producir electricidad y alimentos al mismo tiempo, es la base de la 'startup' tecnológica PowerfulTree, nacida en Alcoy en 2021 y que se ha convertido en un referente en el sector, contando con una de las primeras plantas piloto de España en el viñedo del CIFP San Gabriel en Ribera del Duero.
Paneles fotovoltaicos que se elevan con el fin de poder desarrollar el suelo agrícola, y giratorios para regular la luz solar y con ello aspectos como la temperatura, son la base de una compleja tecnología que, tal y como explica Álvaro Soler, uno de sus fundadores, “los datos avalan la eficacia de nuestra solución, pues se incrementa la productividad del cultivo, que se prioriza, y reduce el impacto ambiental”. Además, apunta que mejora la aceptación social de las energías renovables y que cuentan con ayudas, que pueden llegar a cubrir un 70% de la inversión.
Corría el año 2018 cuando empezaron a trabajar en una solución para mitigar los efectos del cambio climático en el cultivo del café en Colombia, pero pronto se dieron cuenta de que este problema afectaba a muchos más cultivos. Un joven emprendedor colombiano, Juan Diego Díaz, y Álvaro Soler, con experiencia en la creación de empresas tecnológicas, abordaban esta cuestión cuando decidieron ir más allá y poner en marcha lo que han venido a denominarse soluciones agrovoltaicas, un mundo entonces desconocido en España. De hecho en las fechas en que empezaron “fuimos a un congreso en Francia y la única empresa española era de Alcoy”, como explica Álvaro Soler, quien no oculta que incluso barajaron la idea de marchar al país vecino.
Pero no lo hicieron y de la mano del Campus de Alcoy de la UPV han estado trabajando todos estos años y actualmente tienen el departamento de I+D en las dependencias de la Ciudad Politécnica de la Innovación del citado campus o, lo que es lo mismo, el Parque Científico de las Comarcas Centrales y que de momento está ubicado en el edificio que esta Universidad tiene en el barrio del Viaducte, a la espera de la rehabilitación del edificio del Bambú, un espacio al que “desde luego que nos gustaría ir”, apunta Álvaro.
Alrededor de año y medio después de su constitución, a mediados de 2022, PowerfulTree capta la atención de un empresario y traslada su domicilio social a Euskadi, concretamente a Vitoria, desde donde se trabaja en el montaje de las instalaciones, materiales, contratos, es decir, en todo aquello que no es I+D, puesto que ese departamento se mantiene en Alcoy, donde siguen desarrollando este y nuevos proyectos, como Urbivoltaics, que abre la posibilidad a generar energía en las ciudades y rebajar el calor en las mismas, mejorando el control climático, o Neotec, un innovador sistema agrovoltaico suspendido en cables.
Además, tienen registrado el ‘Bienestar Vegetal™, Vegetal Welfare™’, buscando hacer sostenible tanto el negocio energético como el agrícola pues, tal y como indican “la disponibilidad de energía eléctrica en el cultivo nos da la posibilidad, a través de la tecnología, de poder interactuar con la planta de manera que podamos atender sus necesidades específicas en cada momento, logrando que sean mas resistentes a posibles plagas, que estén más fuertes y vigorosas y que sus frutos sean de mayor calidad”.
En la actualidad y en cuanto a agrovoltaicas, están construyendo dos nuevos pilotos en bodegas de Novelda y Ribera del Duero, y viabilizando nuevos proyectos en cultivos, entre ellos el olivar, kiwi, cerezo, aguacate, piña y manzana, que les llevaría prácticamente por toda España.
Esta 'startup' cuenta ya con ocho profesional, cinco en Alcoy -todos alumnos del Campus de la UPV en la ciudad e incluso Álvaro fue profesor-, y tres en Euskadi, todos ellos ingenieros, así como como un soporte exterior para temas de contabilidad. Los dos profesionales que la pusieron en marcha coinciden en que “es muy difícil ganar dinero con una startup” y de hecho el año pasado fue el primero con un resultado ligeramente positivo. Con ello, la pregunta de si merece la pena emprenderes es obligatoria y ambos coinciden en que sí, a lo que Juan Diego añade que “tiene que ser un equipo de alto rendimiento, tener una posición, enamorarte de eso y de un problema buscar una solución”, a lo que Álvaro añade que “la motivación para emprender no tiene nada que ver con la económica”.
Destacan la importancia de las Universidades a la hora de formar en función de la demanda y saber entender al mundo industrial, y Álvaro Soler reitera el agradecimiento a la UPV y al Campus de Alcoy, “para nosotros ha sido fundamental su apoyo y solo hemos encontrado ayuda. Tenemos la suerte de tener una Universidad que, si sabes aprovechar, te da muy buenos resultados”.