El Consell ha anunciado que estudia personarse en el caso Valmor tras haber transcurrido tres años sin carreras de F1, cuatro años desde la compra de Valmor por la empresa pública Circuit del Motor y un año desde que la Fiscalía Anticorrupción presentara la denuncia ante el juez
La gente está más que harta de que no les pasa nada a los que se han servido del dinero público para realizar actividades privadas que en muchos casos les daban beneficios importantes directa, indirecta o circunstancialmente. Antes de entrar en materia, vaya por delante que no entiendo lo que está estudiando el Consell para personarse a estas horas en un asunto tan claro como el de la compra por parte de una empresa pública (Circuit del Motor) de una privada con sus socios y sus estatutos, que acabó con una deuda descomunal.
Sabemos que hubo muchas exigencias por parte del amo del circo de la F1 para que la presidencia de la Generalitat avalara la operación, que se cambiaran acuerdos, que se saltaran la ley con artilugios o quién sabe qué, pero lo que está muy claro es la utilización desde el primer momento de la caja del `Circuit de Cheste por las vinculaciones que existían entre sus gestores. Era muy difícil trazar una línea entre los directivos de una y de otra. Jorge Martinez Aspar y sus más directos colaboradores fueron los que ejecutaron todo. Las negociaciones, las compras, las contrataciones, qué empresas trabajan y cuáles no, etc., etc... El entonces director del Circuit del Motor, Julio García, estaba a las órdenes de Valmor y accedía a todo lo que se le ordenaba. Él sabrá la cantidad de facturas que ha pagado y no han cobrado en nombre de ellos.
Cuando se consigue la gran prueba para la promoción mundial de la ciudad de Valencia, dentro de la euforia que invadía a tirios y troyanos, ya algunos clamamos de las desorbitadas condiciones y cánones que se exigían. Entonces aquello quedaba muy mal.
Se montó una sociedad en la que aparecían como titulares, Jorge Martinez Aspar, su amigo organizador del mundial de motos Carmelo Ezpeleta con su empresa Dorna, Fernando Roig - que nunca entenderé qué narices hacia ahí- y José Luis Olivas representando a Bancaja que iba a financiar la movida.
Dorna no pareció gustarle a Berni Ecclestone por diversos motivos y desapareció del registro mercantil. Todos disfrutaron de lo lindo en sus paseos por el padock durante el tiempo que duró, pero seguramente no eran conocedores de la que estaban liando sus ejecutivos agresivos y los números rojos que se les avecinaban.
No estaría mal que el que fuera director general de Bancaja hasta el 2012, Fernando Garcia Checa, y que desapareció del mapa, contara lo que sabe del asunto. Según parece no estuvo muy de acuerdo con algunas decisiones que se tomaron para avalar este tinglado. Pero fuera como fuere, la situación a la que se llegó bajo la batuta de Aspar fue de quiebra total y de adjudicación de todos sus males a los bolsillos de los valencianos.
El asunto es que además de todo el montaje que tendremos que pagar durante años por las infraestructuras creadas y que no sirven para nada, la empresa de los listos de Valmor nos va a costar una millonada. Parece que la fiscalía tienen muy claro que a Valmor se le rescató en diversas ocasiones desde la Generalitat que interponía a la sociedad pública Circuit del Motor. Ésta era la que pagaba y no cobraba nunca.
Jorge Martinez Aspar mandó en el Circuito de Cheste desde la época de Zaplana. Él era el que ponía y quitaba rey. Allí no se movía una sola piedra sin que diera su aprobación. Siempre ha tenido pasión por estar cerca de los políticos, ya fuera Rafael Blasco, Alfonso Rus o su íntimo Paco Camps, y hay que ver cómo le han complicado todos la vida .
Exigimos a nuestros gobernantes que estudien todo lo que quieran el asunto pero que se personen en el TSJCV, para que salga toda la verdad, depuren sus penas y devuelvan el dinero que no les corresponde.