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Audi quattro: un coche de leyenda

15/04/2020 - 

VALÈNCIA. En el Salón Internacional del Automóvil de Ginebra, el 3 de marzo de 1980, Audi presentó un coupé deportivo con tracción total que despertó la admiración de la prensa y del público: el Audi quattro. Un vehículo que marcó un antes y un después en el ámbito de los turismos de pasajeros y en competición, gracias a su revolucionaria tecnología para transmitir la potencia. Desde entonces, el sistema de tracción quattro es una de las señas de identidad de Audi, que ya ha comercializado más de 10,5 millones de vehículos con tracción a las cuatro ruedas.

Desde 1980, cuando se desveló al público el primer Audi quattro en el Salón del Automóvil de Ginebra, la tracción integral permanente se ha consolidado como uno de los grandes avances de la tecnología automovilística. Ninguna otra innovación ha tenido un impacto de alcance similar en la marca de los cuatro aros como la tecnología quattro, que es sinónimo de seguridad, potencia y deportividad.

En la actualidad, la tracción total quattro, en sus diferentes configuraciones, está presente en todas las gamas Audi excepto en el A1. Forma parte del equipamiento de serie en los modelos superiores, como el A8, el Q7, el Q8, el R8 y los SUV eléctricos, el e-tron y el e-tron Sportback, así como en las versiones S y RS. Durante 40 años, Audi ha fabricado más de 10,5 millones de vehículos con tracción a las cuatro ruedas en todo el mundo. En 2019, el 45 por ciento de los clientes de Audi eligieron modelos con sistemas de tracción cuatro.

Audi quattro: el coche que lo cambió todo
En ocasiones, ideas geniales dan lugar a vehículos extraordinarios. Y el Audi quattro, el primer vehículo de alto rendimiento con tracción total, es el fruto de una idea genial… y de incontables pruebas dinámicas en la nieve.

La idea de este automóvil de cuatro ruedas motrices, un concepto de transmisión que hasta entonces se reservaba para su utilización en camiones y vehículos todoterreno, surgió en el invierno de 1976 a 1977, durante las pruebas del Volkswagen Iltis que Audi estaba desarrollando para el ejército alemán en Escandinavia, bajo la dirección de Jörg Bensinger. La marca de los cuatro aros trabajaba en un vehículo deportivo de altas prestaciones sobre la plataforma del Audi 80 de producción en serie, equipado con el potente motor turbo de cinco cilindros que montaba el Audi 200. Y las increíbles cualidades dinámicas del Iltis sobre terrenos helados y nevados llevaron a los ingenieros de Audi a adaptar la tracción total del Iltis en el prototipo deportivo, buscando conseguir una fuerza de tracción óptima y constante independientemente de las condiciones de adherencia. En la primavera de 1977 se daba luz verde al proyecto 262, dirigido por Walter Treser. Eran los orígenes del futuro Audi quattro, también conocido como “Ur-quattro”, donde “Ur”, en alemán, quiere decir “original”, o “el primero de su especie”.

En enero de 1978, el primer prototipo experimental con un rudimentario sistema de ejes solidarios demostró sus impactantes cualidades de tracción sobre las primeras pruebas realizadas en las carreteras nevadas de los Alpes austríacos, dejando claras dos cosas: la innegable superioridad de la tracción a las cuatro ruedas sobre el firme deslizante… y los inconvenientes para su utilización en un turismo, debido a las torsiones en la transmisión al trazar curvas muy cerradas sobre superficies de asfalto seco.

La genialidad del sistema quattro desarrollado por Audi fue hacer compatibles las dos condiciones que debía cumplir la tracción total para un deportivo de calle: ser compacto y ligero, y contar con un diferencial central. Para solucionar los problemas de tamaño y peso de una transmisión dotada de una caja de transferencia como la que se utilizaba en los vehículos todoterreno, los técnicos recurrieron a una solución genial: una disposición de ejes huecos concéntricos. El eje primario, encargado de repartir la fuerza desde el diferencial central al diferencial delantero, pasaba por el interior del eje secundario, que estaba hueco y transmitía la fuerza desde el cambio al diferencial central. Esto permitía que el tamaño de la caja de cambios fuera prácticamente el mismo que en un coche con tracción delantera. Los tres diferenciales eran libres, y para asegurar la transmisión de la potencia en condiciones de adherencia difíciles el conductor podía bloquear los diferenciales central y trasero desde unos mandos situados en la consola central, por delante de la palanca de cambios.

Así nació el Audi quattro, que comenzó a venderse a finales de 1980. Una variante con la carrocería modificada de un Audi Coupé, de líneas afiladas, con tracción total permanente y un potente motor sobrealimentado que proporcionaba un comportamiento dinámico extremadamente deportivo. Un vehículo que sentó las bases de un concepto de tracción particularmente adecuado para coches deportivos y modelos de gran volumen de producción. Con un motor de 5 cilindros y 2.144 cc, culata de dos válvulas por cilindro, un turbocompresor con una presión de soplado de 0,85 bar y 147 kW (200 CV), el Audi quattro aceleraba de 0 a 100 km/h en 7,1 segundos, y alcanzaba una velocidad máxima de 220 km/h. El precio de venta en Alemania se situó en 49.900 marcos, incluyendo los asientos deportivos, faros antiniebla y llantas de aleación.

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