Avalancha de quejas en la Universidad de Alcalá contra Ilitia, que ahora gestionará un hotel

ALICANTE. La empresa ilicitana de servicios Ilitia Mediterránea, especializada en la gestión de instalaciones deportivas y cantinas, viene protagonizando desde hace unos meses una cascada de adjudicaciones en universidades, instalaciones municipales, institutos y centros militares, pese a hallarse en causa legal de disolución (al contar con un patrimonio neto negativo). Una actividad frenética que ha motivado que la empresa, sin apenas recursos propios en el balance y ocho empleados temporales, haya empezado a acumular retrasos en el pago a los empleados de las instalaciones que asume.

Las quejas de los empleados se han convertido en las últimas semanas en protestas de los usuarios de dichas instalaciones, especialmente en el caso de la histórica Universidad de Alcalá de Henares, donde Ilitia Mediterránea gestiona la programación de la oferta deportiva. En este caso, las quejas de los usuarios han llegado después de que el servicio que presta la universidad se haya resentido al empeorar las condiciones del personal. Según ha señalado a este diario uno de los afectados, no solo se han retrasado las nóminas, sino que la empresa no ha respetado las condiciones de subrogación del servicio e intenta rebajar los sueldos.

Las quejas no solo han llegado al Rectorado de la Universidad, sino también a las temidas (cuando son negativas) reseñas de Google. En la mayoría de la treintena de valoraciones relacionadas con el centro de deportes de la UAH, los usuarios acusan a Ilitia de "hacer buena a la empresa que lo llevaba antes", "no tener experiencia" o "estar deteriorando las condiciones del servicio". Muchos de los reseñadores aluden también a los problemas del personal para cobrar, y "si reclaman sus derechos laborales los despiden". 

Pese a todo, Ilitia Mediterránea sigue firme en su carrera de adjudaciones y en las últimas semanas ha sumado nuevos contratos, además abriendo un nuevo nicho: la gestión de pequeños hoteles municipales. Entre marzo y abril, la firma ilicitana se ha hecho con la explotación del hotel Castillo de Ateca, en Zaragoza, un hotel rural con encanto abierto en la antigua fortaleza de la localidad, y del complejo turístico San Isidro, en la localidad cacereña de Mirabel. En ambos casos, el canon ofertado por la firma fue considerado como la oferta más ventajosa para la administración.

Patrimonio negativo y ampliación de capital

La progresión de Ilitia Mediterránea resulta más llamativa si cabe si se tiene en cuenta no solo el poco tiempo en que se ha producido, sino el hecho de que las últimas cuentas que ha aprobado y depositado en el Registro Mercantil, de 2021, dejan a la empresa en causa legal de disolución. Según dichas cuentas, la sociedad contaba con un patrimonio neto negativo de 40.000 euros (es decir, todo su pasivo supera en dicha cantidad a todo su activo). El balance muestra también unas pérdidas acumuladas de 100.000 euros en ejercicios anteriores, un fondo de maniobra negativo y 70.000 euros de deuda a corto plazo. 

Ilitia Mediterránea llevó a cabo hace justo un año una ampliación de capital de 166.000 euros, que cabe suponer que permitió reequilibrar el balance (aún no ha aprobado las cuentas de 2022), y que introdujo en su capital a un nuevo socio, puesto que la firma comunicó al Registro la pérdida del carácter de unipersonalidad ese mes. En la recta final del año, se adjudicó la gestión de la cantina de diez institutos públicos de la provincia de una tacada, la piscina municipal de Calp tras dos años cerrada, o el hogar del pensionista de La Vila. También ha ganado concursos en dos universidades públicas de Madrid, o con el Ejército del Aire, que le ha encargado la gestión del centro recreativo de la base aérea de Los Llanos.

Alicante Plaza intentó en reiteradas ocasiones ponerse en contacto con la empresa para conocer su versión, sin conseguir que alguien atendiese al número de teléfono que figura a nombre de la mercantil. La consulta se hizo llegar también a través de un asesor externo de la firma, que rechazó realizar declaraciones. En todo caso, fuentes empresariales próximas a la empresa señalan que Ilitia Mediterránea resta importancia a los problemas de retraso en los pagos y defiende su solvencia para seguir adjudicándose concursos.