CASTELLÓ. En pleno corazón de la capital, en la conocida calle Gran Vía se erige el edificio más antiguo de la mítica avenida madrileña. Construido en 1915 para albergar el legendario Hotel de Roma, el edificio acoge en sus 8 plantas la sede de WOW Concept, el centro comercial, marketplace, tienda y museo más cosmopolita de Madrid.
Siguiendo su rigurosa selección de marcas que, entre otros requisitos deben contar una historia, aterriza Dermo-Suavina, cosechando grandes éxitos de venta desde el primer momento y ocupando el podio entre las firmas más vendidas de belleza.
Ubicada en su espacio de belleza, situado en la planta calle, este laboratorio de belleza, en el que es posible encontrar las marcas más exclusivas y especiales del panorama beauty, alberga la gama completa de la marca Dermo-Suavina.
Vicente Calduch, CEO de Laboratorios Calduch, quinta generación de estos laboratorios, creadores del bálsamo centenario Dermo-Suavina, se muestra feliz por formar parte de este proyecto en el que se unen vanguardia y tradición: “Nos sentimos muy identificados con WOW Concept, un espacio que aúna la modernidad dentro de una ubicación y un entorno muy tradicional, ofreciendo lo último de lo último, como nosotros, que llevamos ofreciendo las mejores fórmulas de farmacias desde hace casi un siglo y medio, con un empaquetado especial y contemporáneo”.
Los Laboratorios Calduch, creadores del icónico bálsamo de la farmacia española Dermo-Suavina, nacieron como empresa en 1880 en una farmacia de Vila-real y ha logrado mantener hasta nuestros días este emblemático producto en el mercado que lleva cosechando éxitos desde hace más de 140 años.
Este producto icónico en España vio la luz en 1880, a orillas del Mediterráneo, cuando Vicente Calduch Solsona abrió su farmacia en Vila-real y comenzó a elaborar fórmulas magistrales. Por aquella época, Vila-real era una población rodeada de extensos campos de naranjos y dedicada fundamentalmente a la agricultura.
El frío y las duras condiciones de trabajo provocaban una extrema sequedad en los labios y la nariz de los recolectores de la fruta; grietas y pequeñas heridas que afectaban y hacían dolorosas muchas acciones cotidianas como beber, comer, sonreír o besar.
El joven farmacéutico Calduch, preocupado por este mal que tanto afectaba a sus paisanos, se dedicó a investigar en búsqueda de un remedio. Al fin, en la rebotica de su farmacia, consiguió crear una eficaz pomada que se popularizó rápidamente en la comarca. Los vecinos de todas las localidades cercanas acudían a comprarla y comenzaron a llamarla “Ungüent de Vila-real”. En 1916, tras años de gran acogida, pasó a llamarse Dermo-Suavina.
El envase de Dermo-Suavina ha evolucionado durante los 140 años que lleva conviviendo entre nosotros. Esta imagen icónica ha trascendido desde el pequeño ámbito local, que le dio su origen, hasta ser reconocido en el resto de España y, actualmente, en mercados internacionales.
Actualmente su gama se extiende a seis bálsamos en tarro, uno en tubo, la edición limitada 140º aniversario de la versión original, un jabón y una crema de manos, que pronto verán cómo la familia se amplía.