VALÈNCIA. Es difícil pasar por la Plaza Porta de la Mar de València y no fijarse en el edificio diseñado por arquitectura Aicequip, la lujosa promoción que fue bautizada con el mismo nombre que su ubicación. Una gran fachada marrón hace más que visible el espacio, que se construyó en el solar de los antiguos juzgados de València con unos amplios bajos comerciales que rodean su perímetro y que, hasta ahora, se encontraban vacíos.
Próximamente, será Banc Sabadell quien ocupe la planta baja, en una operación intermediada por la consultora inmobiliaria CBRE. La entidad bancaria ocupará un espacio de unos 1.000 metros cuadrados, que se sumarán a los que ya dispone la entidad en el entorno de Colón. Y es que Banc Sabadell ya tiene una sucursal en el número 76 de la calle con más paso de la ciudad, por lo que podría tratarse de un proyecto de mayor envergadura.
Bajos y vivienda tienen entrada por la calle de la Justicia, y es que el nombre de esta vía no es casual. Entre los hitos inmobiliarios del enclave también cabe reseñar que fue una de las operaciones más rentables que se recuerdan de las realizadas por la Generalitat, que vendió por más de 100 millones el solar antes de que estallara la burbuja. Lo hizo tras mudar la sede judicial de la autonomía a la actual Ciudad de la Justicia.
Pocos recuerdan si este espacio alguna vez tuvo inquilino, y es que hasta 2016 esta promoción estuvo en el limbo inmobiliario, propiedad de La Caixa, BBVA y Bankia. La lujosa finca fue vendida por la banca por alrededor de 3.000 euros el metro cuadrado, justo la mitad de los 6.000 euros por metros cuadrado que se pedían al término de su construcción. El comprador fue la sociedad Calpe Invest SL, empresa patrimonial de la familia Aznar, en una operación intermedia por Olivares Consultores. Además de la rebaja forzada por el mercado, las transacciones requirieron un gran esfuerzo, en concreto de cinco años, puesto que el edificio data de 2011. Y es que los bancos encargados de dar salida a las viviendas a través de sus plataformas inmobiliarias terminaron cobrando en especie el dinero prestado a Lubasa para su construcción.