VALÈNCIA. Un año más, diversas playas de la Comunitat Valenciana han sido reconocidas por la bandera azul. Un distintivo que es sinónimo de calidad y que responde a indicadores tales como la claridad del agua, la limpieza de la arena, o la oferta de servicios complementarios que las autoridades ponen en marcha para atender las necesidades de autóctonos y visitantes.
Los meses de verano vuelven a apretar e invitan a ir a la playa. Un acto que se vuelve incluso más complaciente en una autonomía que lidera el número de banderas azules en todo el territorio español: 153 en total, 137 para playas y 16 para puertos. En el caso particular de la provincia de Valencia, los distintivos ascienden hasta 31. Los mismos 30 que ya tenía el año pasado y uno nuevo añadido que vuelve a competir entre los mejores después de haberse caído de la lista en 2020: la playa norte de La Pobla de Farnals.
La Safor es un referente en la Comunitat Valenciana en cuanto a la calidad de sus arenales se refiere, al haber renovado todos los distintivos azules de su litoral. En total, 12 banderas ondean este año en sus playas, convirtiendo a la La Safor en la comarca con más estandartes de todo el litoral valenciano por segundo año consecutivo.
En la capital de La Safor, Gandia, su Playa Nord, se convierte en la única playa de la provincia de Valencia en mantener la bandera azul durante 35 años, los mismos que se otorgan estos estandartes de calidad. Una playa que destaca por su amplio arenal de unos 700.000 metros cuadrados, los servicios en la arena, sus instalaciones y que, por primera vez, será una playa libre de humos.
De hecho, Gandia se convierte en el primer destino turístico destacado de sol y playa que implanta una medida de estas características. Además, ADEAC también ha otorgado la distinción temática en educación ambiental que reconoce el esfuerzo del municipio en este ámbito y ha renovado los galardones del Sendero Azul y de Centros Azules por el Aula Natura.
Por su parte, Oliva se posiciona como líder de la costa de la Safor por tercer año consecutivo al obtener los distintivos para sus playas de Aigua Morta, Aigua Blanca, Pau-Pi y Terranova-Burguera. Además, este año cuenta con banderas de playa con códigos que facilitan la lectura a personas daltónicas, mejorando así la accesibilidad y la inclusión. Esto es posible al dotar a sus banderas con ColorADD, un código de signos con tres símbolos monocromáticos para advertir sobre el estado del mar a personas daltónicas, que es único, inclusivo y universal.
En cuanto al litoral de Tavernes de la Valldigna, de casi tres kilómetros de largo y 50 metros de ancho, está dividido en dos partes: la playa de Tavernes y la Goleta, ambas unidas por un canal. Su arena dorada y sus aguas limpias han revalidado un año más la bandera azul para ambas zonas de baño.
Con vistas a la montaña de Cullera y delimitada por dos río, la playa Xeraco también ha revalidado su estandarte. Y es que esta zona de baño compuesta por dunas y de aguas calmadas, cuenta con servicios sanitarios, vigilancia, punto accesible para personas con movilidad reducida o sillas anfibias que permiten el baño a personas en sillas de ruedas, e incluso, cuenta con un espacio dedicado a las mascotas.
Más allá de las localidades de Gandia, Oliva, Xeraco y Tavernes, el litoral de la Safor cuenta con playas con excelentes servicios, más familiares y cuya calidad de las aguas es también merecedora de la Bandera azul. Es el caso de Daimús, Bellreguard, Miramar y Piles.
Cullera vuelve a ocupar un lugar destacado en el ranking de playas valencianas con bandera azul. La capital turística de la Ribera Baixa ha logrado revalidar los seis galardones que ya recibió el año pasado y se alza como la segunda ciudad de la provincia, después de València, con mayor número de distintivos. A nivel autonómico, se iguala a otras ciudades destacadas como Dénia, Santa Pola o Torrevieja.
Por ello, las autoridades municipales han destacado "el estado de revista" de sus playas: "Sinónimo de excelencia, de calidad de las aguas, del estado de los arenales, de los servicios que prestamos y de hacerlo todo con una mirada de respeto hacia el medio ambiente", ha destacado el alcalde de la ciudad, Jordi Mayor. "Mejorar nuestra infraestructura turística por excelencia es uno de los principales pilares para andar hacia la recuperación económica y la promoción de la ciudad", ha añadido.
Y es que, en los casi 15 kilómetros de costa que tiene Cullera, han recibido este reconocimiento las playas de Sant Antoni, El Dosel, El Racó, El Faro, Los Olivos y Cap Blanc. Precisamente, entre los requisitos para lograrlo se encuentra la calidad del agua y de la arena, así como la prestación algunos servicios. Dependiendo de si se trata de una playa natural como la de El Dosel, o más urbana como la de Sant Antoni, deben disponer de servicio de salvamento y socorrismo, accesibilidad para personas con movilidad reducida, o servicio de limpieza y mantenimiento diario.
Así como instalaciones propias de la playa como baños, papeleras, torres de vigilancia o pasarelas, servicio de hamacas, estacionamiento disponible y accesible, o servicios públicos cercanos, entre otros. "En definitiva, que cualquier persona pueda disponer de los máximos servicios posibles en una playa", ha indicado el regidor de playas, Salva Tortajada.
En este sentido, el edil ha insistido en que la ambición del municipio es "ir más allá", y ha reivindicado la intención del consistorio de ampliar el número de bandera azules en los próximos años. Entre los principales objetivos de la administración local desde hace años, la playa de la Escollera y la del Marenyet: "Son nuestra obsesión desde hace dos años y seguimos trabajando en ellas".
La gran ciudad de València también ha logrado revalidar sus siete banderas azules, que en este caso han sido para l’Arbre del Gos, El Saler, La Garrofeta, La Devesa y Recatí-Perellonet, así como para las dos playas urbanas de la Malvarrosa y El Cabanyal. El litoral de la capital ha sido galardonado con este distintivo de calidad de manera ininterrumpida desde el año 2016, incluyendo también la playa de Pinedo, que tan solo se retiró de la carrera por las banderas azules cuando quedó convertida de manera voluntaria en playa pet-friendly.
Fuera de València, las otras dos playas de la comarca de l'Horta que han merecido bandera azul han sido Puçol y la norte de La Pobla de Farnals. Esta última está de enhorabuena, puesto que recupera su distintivo después de que en el año 2020 le fuera retirado. "Hemos tenido bandera azul de manera casi ininterrumpida desde 2003, tan solo nos caímos en 2007 y otra vez en 2020", expone el alcalde, Enric Palanca.
En este sentido, ha explicado que en 2020 les negaron la bandera azul por los vertidos ilegales que se detectaron en 2019 y que obligaron a clorar las aguas e incluso a cerrar por temporadas algunas playas. Un toque de atención que el ayuntamiento no se tomó a la ligera y que ha atendido con firmeza para que no se vuelva a producir en este 2021: "Nos pusimos a investigar y sí que encontramos algunas conexiones ilegales, que ya están cerradas", asevera. Del mismo modo, también detalla que se están desarrollando planes de control.
Así, finalmente, el esfuerzo ha surtido efecto y la playa norte vuelve a contar con bandera azul, lo que reconoce de nuevo la calidad de las aguas. En cuanto a servicios, destacan la accesibilidad de toda la playa, el baño asistido a las personas con movilidad reducida, y la organización de actividades sobre la arena tales como gimnasia y yoga.
Puçol, por su parte, también ha revalidado el título de la bandera azul. Un distintivo que recibe de manera ininterrumpida desde el año 2004. Más allá de la calidad del agua, de la arena y de los servicios, cualidades que son indispensables para recibir el título, uno de sus principales atractivos es el entorno. Y es que, a pesar de ser una playa urbana, las casas bajas que la rodean crean un entorno "más familiar" que los altos edificios centinelas de una buena parte del litoral valenciano. O así, al menos, es como lo perciben desde el Ayuntamiento.
En cuanto a servicio, destaca el aparcamiento fácil y gratuito que se encuentra cercano a la playa, el baño asistido, la instalación de sombrillas o la recogida selectiva de residuos. Aunque, en realidad, una de las características más distintivas del litoral de Puçol son las actividades que se organizan durante todo el verano para vecinos y visitantes. Una práctica que tuvo que quedar aparcada en 2020 pero que este año "se retomará poco a poco". "No será igual que en 2019 pero nuestra intención es volver a programar algunas cosas", anuncian. Así, es posible que vuelvan algunas actividades deportivas y culturales.
Sagunto ha vuelto a obtener las tres banderas que ya ostentó el año pasado: la playa urbana del Puerto de Sagunto, y las dos salvajes de Almardà y Corinto. Precisamente, el Puerto fue reconocida en el año 2018 como la playa más segura de España gracias a la puesta en marcha de un sistema de drones que vigilaban el agua en busca de posibles ahogos. Una tecnología que todavía siguen empleando y que incluso en 2020 recibió un nuevo uso: controlar los aforos y ofrecer información en tiempo real a la ciudadanía.
Así, Sagunto utilizó los recursos que ya tenía para blindarse también contra la crisis de la covid-19 en sus playas, una práctica que volverán a poner en marcha este año: los drones sobrevolarán la arena y enviarán datos en tiempo real sobre el estado de ocupación, por parcelas y en forma de porcentaje. La ciudadanía podrá acceder a esta información en todo momento y así decidir qué zonas de la playa son más seguras.
Del mismo modo, el Ayuntamiento también ha decidido rescatar una práctica que puso en marcha el año pasado por el coronavirus y que tuvo gran acogida por parte de la ciudadanía: reservar en la misma orilla del agua un espacio de 5 a 10 metros para que los usuarios puedan pasear tranquilamente sin toparse con toallas. Así, han marcado el camino a base de estacas de madera: "Fue una medida que gustó mucho", destacan.
En cuanto a servicios, la playa urbana del Puerto ofrece baño asistido y también diversas actividades deportivas sobre la arena, así como chiringuitos. Por su parte, las playas salvajes de Almardà y Corinto son espacios protegidos de un alto valor paisajístico y ambiental por las dunas que las rodean y las aves que anidan en ellas.
Finalmente, Canet d'en Berenguer es la otra playa del Camp de Morvedre con distinción azul. Lo primero que llama la atención del enclave es su arena fina con cordones dunares, pero los servicios que ofrece van mucho más allá de un baño agradable: desde asistencia para personas con movilidad reducida hasta un amplio menú de actividades que van desde la zumba hasta la marcha nórdica.
Aunque, eso sí, estas actividades serán controladas un año más por la incidencia de la covid-19. Así, las personas interesadas en participar tendrán que reservar primero su plaza a través de una app habilitada por el Ayuntamiento. Del mismo modo, también se repetirá la parcelación de la arena para asegurar la distancia de seguridad, y se reservarán unos metros en la orilla para poder pasear sin toallas.