MADRID. Si miramos la cotización de los últimos dos años desde que tocase los 4,30 euros por acción, el valor no ha hecho otra cosa que perder valor de manera recurrente. Además, como muestra el gráfico, la sucesión de máximos decrecientes ha sido continuada.
Como muestra el gráfico, desde mediados de 2018 la cotización se ha mantenido por debajo en todo momento de sus respectivos medias móviles, dando síntoma de debilidad y de que con bastante probabilidad seguirá manteniendo la tendencia de largo plazo.
Si bien es cierto que 2019 ha servido para estabilizar ciertamente la cotización en torno al rango 2,60 y 2,20 euros por acción consiguiendo cierta lateralidad, su último máximo relativo hecho a principios de mayo sigue siendo decreciente, lo que denota que la debilidad mostrada meses atrás sigue vigente actualmente por lo que ahora mismo.
Todo ello hace indicar que seguirá perdiendo valor de manera sistemática y quién sabe si volverá a niveles de 2016, cuyo suelo se encuentra en los 2 euros por acción.
Borja Matilla es analista de Naga Brokers
