La exalcaldesa no deja títere con cabeza y evidencia su ruptura con la dirección PPCV FOTOGALERÍA
VALENCIA. La comparecencia este jueves de la senadora del PP y ex alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, estuvo llena de referencias a sus compañeros de partido. Algunas motu proprio, otras en respuesta a preguntas de los medios, algunas con nombres y apellidos y otras sin mencionar protagonistas. En cualquier caso, el mensaje de la histórica dirigente popular llegó alto y claro a los correspondientes destinatarios.
Así, quedó claro por las manifestaciones de la parlamentaria que hay dirigentes por los que se ha sentido respaldada y otros que le han fallado. De esta manera, agradeció al presidente nacional del PP "y buen amigo" Mariano Rajoy su actitud, así como a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal; al ministro de Justicia, Rafael Catalá -"que no ha podido ser más claro", remarcó-y al titular de Sanidad, Alfonso Alonso, entre otros cargos del PP nacional.
Sin embargo, Barberá evidenció su decepción respecto al PPCV capitaneado por Isabel Bonig y solo recordó en el apartado valenciano de sus agradecimientos al expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, quien la ha defendido públicamente en los últimos días. Estos son algunos de los recados a sus compañeros de partido que dejó la senadora:
-Explicaciones. Barberá ironizó sobre la "avalancha" de declaraciones públicas de dirigentes del partido que le exigían explicaciones "o me han sugerido que me vaya". "He hablado con todos ellos, en persona, por teléfono o por mensaje", comentó.
-Precipitación. La ex alcaldesa atribuyó, con cierta condescencia, al contexto "complicadísimo" que vive España para 'disculpar' ciertas declaraciones de sus compañeros. "Por juventud o por otras razones han estado precipitados pero puedo entenderlo", comentó.
-Perjuicio. La dirigente popular admitió que algunos miembros del partido podrían haberse visto "perjudicados" pero, recalcó, que ella misma se había sentido así en este momento o "en otras ocasiones".
-Sosiego. Posiblemente uno de los dardos más afilados, que deslizaba una crítica de amateurismo político hacia algunos de sus compañeros del PP, fue en el que utilizó esta palabra. "En un dirigente es fundamental el sosiego y la templanza porque si no, no se pueden afrontar las grandes crisis".
-Estatutos. Barberá recordó el reglamento interno del partido en su defensa, donde se habla del "respeto al honor" y se marcan "las líneas rojas".Cuando existe una imputación judicial se abre un expediente informativo, que se transformará en expediente disciplinario con el señalamiento del juicio oral. La suspensión se produce si se dicta condena, relató.
-Alberto Fabra. También fue preguntada por las declaraciones del ex presidente de la Generalitat, quien manifestó días atrás que Barberá debería dar "un paso atrás" y opinó que resultaba "difícil de creer" que no supiera nada de lo que supuestamente ocurría. "Él tampoco se enteró de muchas cosas que pasaban en su época", replicó.
-Los SMS. Según informaciones publicadas, el pasado 2 de febrero Barberá mandó un mensaje a la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, donde le expresaba su malestar por la petición de explicaciones y le advertía de que tuvieran cuidado con sus palabras y les recordaba que ella había dado la cara por ellos. "Cómo me gusta esa pregunta", afirmó Barberá ayer, para admitir que envió dos SMS a dos personas, cuya identidad no quiso precisar, "en los mismos términos pero con diferentes palabras", por lo que sabe quién lo filtró.
"Ni hay manta, ni tiro de la manta, ni ninguna venganza", puntualizó Barberá, quien subrayó además que lo que pretendía era manifestar "dolor por desleltad" porque cuando tuvo lugar la reestructuración del partido tras las elecciones y la salida de Alberto Fabra, ella se "jugó" la cara por la persona a la que envió el mensaje. Una afirmación que dejó la impresión de que el foco del malestar puede ser la propia Bonig, dado que recibió el respaldo de Barberá para alcanzar el liderazgo del PPCV, aunque algunas fuentes populares apuntaban a alguno de los presidentes provinciales del partido.
-Comparece sola. La propia escenografía fue un indicativo de la brecha abierta en el partido en el ámbito valenciano. Resulta normal que Barberá se enfrentara sola a los medios de comunicación, pero en estas situaciones suele producirse la presencia en la sala de algunos miembros de la dirección para dar un respaldo simbólico al interviniente. No hubo nadie, si bien fuentes populares señalaron a que fue el deseo de la propia Barberá.
-Refundación. Otra de las críticas de Barberá se refirió al llamado proceso de refundación o, al menos, al impulso al congreso extraordinario que ha emprendido el PPCV. "No entiendo eso de la refundación: renovamos el partido meses atrás, hicimos cambios importantes en la estructura del partido y ya introdujimos caras nuevas", comentó Barberá, quien dejó entrever de esta manera su poca confianza en la maniobra iniciada por Bonig y los suyos.
-Alfonso Grau. La ex primera edil de Valencia admitió en su comparecencia la relación "fría y distante" que tiene actualmente con el que fue su mano derecha en el consistorio. Barberá lo atribuyó a que decidió retirar de la lista municipal a su esposa María José Alcón tras las informaciones publicadas que la relacionaban presuntamente con la trama de Imelsa.