‘Bastante tengo con lo mío’. Hoy hago mía esta respuesta del Presidente en funciones de la Junta de Castilla y León al ser preguntado por la enésima crisis del PP vinculada a un supuesto caso de corrupción y espionaje. Porque pocas afirmaciones -y se han hecho muchas en los últimos días- me parecen más acertadas para definir la situación que atraviesa la formación que todavía hoy ‘preside’ Pablo Casado. Bastante tiene el PP con lo suyo, con seguir representando una forma de hacer política en ocasiones más próxima al camorrismo que a los principios democráticos. Una forma de hacer política del PP sobre la que lamentablemente en la Comunitat sabemos demasiado… Y afortunadamente forma parte del pasado.
Tiene razón Alfonso Fernández Mañueco cuando dice que bastante tiene con lo suyo. Lo suyo con el adelanto electoral. Lo suyo precisamente iba a ser el objeto de este artículo, pero el PP ha sido especialmente meticuloso en su reciente inmolación pública. Lo suyo como huída hacia delante ante las investigaciones judiciales abiertas. Lo suyo como una convocatoria electoral instigada a la desesperada desde Madrid para intentar construir un relato victorioso del PP frente al PSOE. Pero lo suyo, lo de Mañueco en particular y el PP en general, ha sido un fiasco: ni se ha impuesto con claridad en las elecciones ni ha frenado el crecimiento de la extrema derecha. Lo suyo ha resultado ser una victoria pírrica para un PP sin liderazgo, acorralado por los escándalos y la ultraderecha.
En eso se ha convertido la formación que supuestamente aún lidera Pablo Casado, un partido sin proyecto político que pueda ser percibido como alternativa de gobierno. Y eso no es una buena noticia para nuestra democracia, porque la consecuencia de la irrelevancia política del PP es la relevancia creciente de la ultraderecha. La consecuencia de la incapacidad política de Casado es la omertà impuesta en la crisis con la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. La consecuencia es que el PP de Casado -al que se ha sumado sin pestañear Carlos Mazón- da por buenos comportamientos que recuerdan demasiado a aquel PP que quiso situar en el mapa a la Comunitat, y no dejó institución en el mapa sin marcar con la sombra de la corrupción.
En la Comunitat Valenciana, las socialistas y los socialistas sabemos bien lo que supone esta forma de hacer política liderada por el PP. La militancia socialista conoce bien el coste personal y económico que supone tratar de frenar estas prácticas. En la Comunitat sabemos demasiado bien el lastre que supuso esa forma de gobernar del PP para nuestra economía, para los servicios públicos y para el bienestar de las ciudadanas y ciudadanos. Conocemos bien lo que ha supuesto para nuestra tierra aquello que comenzó con el ‘marujazo’ y siguió con los trajes, las ayudas de cooperación, la Visita del Papa…
Y no, no está de más recordar que aquello ocurrió y que ha sido un gobierno socialista el que ha logrado levantar la hipoteca reputacional de la Comunitat Valenciana. Que ha sido un gobierno socialista de la Generaltiat el que ha recuperado 7,6 millones sustraídos de las arcas públicas en casos de corrupción ocurridos durante gobiernos del PP, que ha sido un gobierno socialista el que ha recuperado 2,5 millones saqueados en EMARSA.
No está de más recordarlo porque estos días hemos visto al mismo PP de siempre. Porque mientras unos han usado la pandemia para enriquecerse, los socialistas nos hemos dejado la piel para salvar vidas y ayudar a las familias. Nos hemos dejado la piel en los Ayuntamientos, en la Generalitat y en el Gobierno de España para resolver los problemas de nuestros vecinos y superar esta pandemia.
Y ahora, mientras el PP copa titulares con acusaciones de corrupción y espionaje, los socialistas estamos en lo que hay que estar: consolidar la recuperación económica justa que hemos impulsado. Esto es la política, la buena política: trabajar para mejorar la vida de nuestros vecinos desde la honestidad, la ejemplaridad y la convicción de que podemos convertir en realidad la aspiración de un futuro mejor para todas y todos.
“La política, señores -sigue hablando Mairena- es una actividad importantísima... Yo no os aconsejaré nunca el apoliticismo, sino, en último término, el desdeño de la política mala, que hacen trepadores y cucañistas, sin otro propósito que el de obtener ganancia y colocar parientes. Vosotros debéis hacer política, aunque otra cosa os digan los que pretenden hacerla sin vosotros, y, naturalmente, contra vosotros”.
Juan de Mairena: sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo
Antonio Machado