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TRIBUNA LIBRE

BBVA y Banco de Sabadell: la OPA hostil que pone en alerta al sector

8/07/2024 - 

El sector bancario español ha sido testigo de numerosos movimientos estratégicos en las últimas décadas. Ahora tenemos sobre la mesa otra operación que ha generado expectación y cierta controversia, me estoy refiriendo a la oferta pública de adquisición (OPA) hostil lanzada por el BBVA al Banco de Sabadell.

El pasado viernes, en el Palacio de Euskalduna de Bilbao, se celebró una Junta Extraordinaria de Accionistas, con el fin de abrir la puerta a la OPA lanzada sobre Banco Sabadell. La oferta no supone desembolso por parte de BBVA y está respaldada por el 96% de los accionistas.

Este no es el primer movimiento, sino que hace unos años la misma operación sorprendió al sistema financiero español por las profundas implicaciones que tenía, tanto para las entidades involucradas como para el mercado en general. Ahora la operación no sólo tiene las mismas implicaciones, sino que son más intensas ya que el sector bancario está más concentrado de lo que estaba.

Otra consideración importante hace referencia a que lo que más necesita Europa es que se lleven a cabo fusiones transfronterizas de las entidades bancarias europeas. Este tipo de transacciones son las que más favorecen a una mayor integración financiera en nuestro continente para así poder competir en mejores condiciones en los mercados globales, en los que EE. UU va liderando con mucha ventaja.

Este tipo de transacciones no se están llevando a cabo, tanto por su dificultad, como por la poca predisposición por parte de los gobiernos de los Estados Miembros, ya que consideran que ello conlleva a una pérdida de poder financiero del estado. Lo que si se ha venido dando y a lo que parece que si están dispuestos es a engrandecer los bancos de cada país a través de fusiones internas u opas.

Una más de estas operaciones es la oferta pública de adquisición (OPA) hostil lanzada por BBVA hacia Banco Sabadell, que ha capturado la atención del sector financiero español. Esta acción, que implica un intento no consensuado de compra, tiene profundas implicaciones tanto para las empresas como para los clientes y en general para todos los grupos de interés principalmente del Banco Sabadell, pero también del BBVA.

En primer lugar, para las empresas, especialmente las pequeñas y medianas que son clientes del Banco Sabadell, la incertidumbre puede ser una preocupación significativa. Un cambio en la propiedad podría llevar a modificaciones en las políticas crediticias, la estructura de tasas de interés y la disponibilidad de servicios financieros específicos. Las empresas se pueden enfrentar a la incógnita sobre si las condiciones de sus préstamos y líneas de crédito se mantendrán sin cambios; con toda probabilidad habrá cambios para aquellas empresas que trabajan con los dos bancos, ya que verán reducidas sus líneas de financiación. Además, existe el temor de que esta integración podría desviar la atención sobre las necesidades específicas de las empresas clientes de Sabadell, afectando negativamente la calidad del servicio hasta ahora prestado.

Para los clientes individuales, la OPA hostil también puede generar inquietudes. Los titulares de cuentas y productos financieros del Banco Sabadell podrían experimentar cambios en las condiciones de sus contratos, comisiones o de los servicios ofrecidos.

Aunque BBVA podría argumentar que la adquisición mejorará la solidez financiera y la gama de servicios disponibles, la realidad es que los procesos de integración pueden ser complicados y largos, lo que resulta en una experiencia de cliente mucho menos satisfactoria en el corto y medio plazo.

Desde una perspectiva más amplia, la consolidación bancaria podría llevar a una menor competencia en el sector, lo que podría afectar las tasas de interés y las condiciones generales del mercado financiero. Los clientes podrían enfrentarse a menos opciones y menos incentivos por parte de los bancos para ofrecer mejores términos y servicios.

Por otro lado, la OPA hostil puede generar tensiones en el personal de ambas entidades, ya que la integración de dos culturas corporativas diferentes puede ser un desafío. La incertidumbre sobre la estabilidad laboral y los posibles despidos puede afectar la moral y la productividad de los empleados.

Carlos Puig de Travy.

La historia de las OPAs hostiles en el sector financiero no es nueva, pero cada caso tiene sus particularidades. En el caso de BBVA y el Banco Sabadell, la complementariedad de sus negocios podría ser vista como una oportunidad para crear un gigante financiero más sólido y diversificado. Sin embargo, esta integración podría resultar en la pérdida de clientes que prefieren la estabilidad y el trato personalizado que podrían sentirse amenazados. Tampoco debemos pasar por alto el impacto sobre el capital humano de los dos bancos y principalmente sobre el del Banco de Sabadell.

El impacto en los accionistas de Banco Sabadell también es otro aspecto relevante a considerar. Una OPA hostil puede ser vista como una oportunidad para obtener una prima por sus acciones, pero también puede haber preocupaciones sobre el futuro de la entidad y si BBVA puede cumplir con las expectativas de los inversores. La volatilidad en el mercado de valores es común en estos casos, lo que puede afectar la valoración de las acciones de ambas entidades.

En todo este entramado de circunstancias, los reguladores y las autoridades competentes juegan un papel fundamental. La supervisión y aprobación de la OPA implican un análisis detallado de los posibles impactos en la competencia del mercado y en la estabilidad financiera del sector. Las autoridades podrían imponer condiciones para la aprobación de la operación, lo que añadiría otra capa de complejidad al proceso de integración.

Desde una perspectiva macroeconómica, la consolidación de bancos puede tener efectos mixtos. Por un lado, puede fortalecer la posición del banco resultante en el mercado global, permitiéndole competir más eficazmente con otras grandes entidades internacionales. pero también tendrá repercusiones significativas para la economía y la sociedad tanto de Valencia, como de Cataluña y de España en general. Uno de los principales factores a considerar es el nivel de concentración bancaria, que influye directamente en la competencia.

En España, este nivel ya es alto en comparación con otras grandes economías de la Unión Europea. Según datos del Banco Central Europeo (BCE), el índice Herfindal-Hirshman (IHH) para activos totales alcanzó 1.331 en 2023, un valor considerablemente superior al de países comparables como Alemania, Francia e Italia. Esta operación provocaría un nivel más alto del índice que se situaría ya en una zona de riesgo, lo que sin duda se traduciría en menos opciones para los consumidores y potencialmente en condiciones menos favorables.

En caso de que la OPA prosperase, la concentración bancaria se intensificaría y provocaría, entre otros, que los depósitos bancarios españoles no reciban la remuneración que están recibiendo los depósitos bancarios en otros países. Y en relación al coste del crédito podría verse aumentado al haber una menor competencia, lo que provocaría una mejor posición de la banca en detrimento de los usuarios de los servicios financieros.

En conclusión, la OPA hostil del BBVA sobre Banco Sabadell es una operación entre partes privadas, que afecta a los accionistas de ambas entidades, pero que, también comporta una serie de consecuencias para el conjunto de la economía y de la sociedad de las Comunidades de Valencia y Cataluña y del Estado Español en general, que merecen ser tenidas en cuenta. Las autoridades competentes y principalmente la CNMC deben realizar evaluaciones profundas sobre todas estas repercusiones y dictaminar al respecto. La incertidumbre y los posibles cambios en las condiciones de los servicios financieros son las principales preocupaciones, y la operación podría traer efectos inmediatos desestabilizadores. Las partes interesadas deberán estar atentas a cómo se desarrollan estos acontecimientos y prepararse para posibles cambios en el panorama financiero.

Carlos Puig de Travy es presidente de Consultoría y Auditoría de Crowe Spain

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