VALÈNCIA. El Observatorio Regional del BBVA prevé que el PIB de la Comunitat Valenciana crezca este año un 2%, por debajo de la media nacional que se sitúa en el 2,2%, y se reduzca al 1,9% en 2020, mientras que el empleo aumentará un 2% en 2019 y seguirá subiendo el año siguiente hasta el 2,1%.
Este observatorio prevé para 2019 el mantenimiento de la inversión y una progresiva mejora de las exportaciones de bienes, que beneficiará a las comunidades del norte, el valle del Ebro, Cataluña, la Comunitat Valenciana, Madrid y Castilla-La Mancha.
En su informe, difundido este jueves, destaca que la evolución de las economías regionales continuará caracterizada también por aspectos como la desaceleración del consumo privado, que podría afectar en mayor medida a las autonomías donde el impulso fiscal ha sido más intenso, y un menor dinamismo del sector turístico, que frenará a las comunidades insulares y mediterráneas.
Entre los riesgos, cita el impacto de las tensiones comerciales sobre sectores específicos; un entorno de bajo crecimiento en los principales socios comerciales; la falta de un sector que sustituya al turismo en la creación de empleo en algunas comunidades o la incertidumbre sobre la política económica.
Observa un buen desempeño del gasto de los hogares, que amortigua la desaceleración en el sur y levante, en parte como consecuencia del impulso fiscal y una política monetaria expansiva.
Sin embargo, añade, la recuperación del sector exterior ha sido menor de la esperada, "limitando la velocidad de recuperación en las comunidades del norte".
Aprecia que en 2018 la desaceleración de la actividad fue generalizada por regiones, con una pérdida de dinamismo particularmente intensa del sector industrial y una desaceleración en el turismo.
Solo cinco comunidades (Madrid, Navarra, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Cantabria) lograron esquivar esta tendencia de menor crecimiento.
Los cambios observados en los datos conocidos y en el escenario mundial conducen a una nueva revisión a la baja, aunque leve, del dinamismo de la economía, según el BBVA, que augura que el aumento del PIB podría alcanzar el 2,2% en 2019 y ralentizarse hasta el 1,9% en 2020.
El agotamiento de factores cíclicos, la menor contribución de la política fiscal, los problemas en sectores específicos (automóvil, turismo) y la persistencia de la incertidumbre sobre la política económica son problemas que ya anticipaba el Observatorio Regional anterior y "siguen siendo la clave de determinación del escenario para este bienio".
Se refiere al saldo no financiero de las autonomías en 2018, que refleja una expansión moderada del gasto autonómico y destaca el "empuje" de Navarra -principalmente en inversión-, la Comunitat Valenciana -básicamente, por gasto en consumo- y Andalucía y Baleares, por el impulso en ambos conceptos.
Además, hubo un empuje de la obra pública, con la licitación del conjunto de agentes públicos, que en todas las comunidades fue superior al promedio de los tres años anteriores, más en La Rioja, Extremadura, Navarra y Canarias.
Los primeros datos de 2019 apuntan a que se mantiene la dinámica del año anterior en cuanto al comportamiento del gasto autonómico, pero con unos ingresos menos favorable que en 2018, por lo que se espera que el empuje del sector público sea menor tanto este año como en 2020.
Ello podría afectar especialmente a la Comunitat Valenciana y Murcia, dado que su desequilibrio en el cierre de 2018 fue el mayor.
En el otro extremo, tanto Canarias como las comunidades forales podrían disponer de un margen algo mayor de actuación, al haber alcanzado un superávit de más de medio punto del PIB en 2018.