VALÈNCIA. Buffalo, Boston y, próximamente, Sena. Son los nombres de las tres operaciones impulsadas este año por el BBVA para deshacerse de un importante volumen de activos inmobiliarios. Se trata de ventas directas a fondos de inversión que cuentan con un impacto significativo en la Comunitat.
La primera de ellas tuvo lugar en febrero con la transacción realizada al fondo Blackstone, de un total de 3.500 viviendas en toda España. Del paquete de residencias de Buffalo -según detallan a este diario fuentes de la entidad financiera- un 18% de las residencias se encuentran en la Comunitat, alrededor de 630 unidades.
Solo un mes más tarde BBVA volvería a agitar el mercado inmobiliario, en concreto el de las oficinas. Lo hizo con la venta de un total de 14 edificios en España a las firmas GreenOak y FREO. El banco confirma a este diario que solo uno de los catorce edificios de la operación Boston se encuentra en la Comunitat, si bien prefiere no identificarlo. Otras fuentes del sector consultadas por este diario detallan que tal complejo se encuentra en la localidad de Torrent.
Y tras estas dos operaciones le ha llegado el turno a una más ambiciosa: la venta de viviendas, oficinas y locales al fondo Cerberus en el marco de la operación Sena, que todavía no ha sido rubricada pero que consistiría en el traspaso de la sociedad Anida Grupo Inmobiliario SL.
Las pretensiones de BBVA pasan por dar salida a inmuebles valorados actualmente en 1.000 millones de euros con este movimiento, para los que el comprador reclama un importante descuento. En caso de producirse, la transacción podría suponer un nuevo traspaso de inmuebles valencianos desde el banco a un fondo de inversión.
Más allá de las ventas directas, BBVA también trabaja en fórmulas para desvincularse de la actividad inmobiliaria como el traspaso de propiedades a sus filiales Metrovacesa y Testa