VALÈNCIA (EP). La suma de los requerimientos de capital a la banca europea y de las exigencias específicas para cada entidad pasará a ser del 15,6% el próximo año, una décima más que el colchón fijado para 2024, según ha indicado este martes el Banco Central Europeo (BCE) tras concluir el proceso de revisión y evaluación supervisora (PRES) ante el empeoramiento de las perspectivas macroeconómicas y la presencia de riesgos geopolíticos.
El total de los requerimientos y las recomendaciones de capital de nivel 1 ordinario (CET1), que consisten en el requerimiento de Pilar 2, los requerimientos combinados de colchón y las recomendaciones de Pilar 2 no vinculantes, se incrementaron ligeramente del 11,2 % al 11,3%.
Asimismo, en relación con el capital total, se exigió un incremento similar, del 15,5% al 15,6% de los activos ponderados por riesgo, la suma de CET1, capital de nivel 1 y de nivel 2.
La puntuación media del PRES se ha mantenido, en general, estable en un 2,6, dentro de un intervalo comprendido entre 1 y 4, y el 74% de las entidades obtuvieron la misma puntuación que en 2023, mientras que un 11% empeoraron su puntuación y un 15% la mejoró.
"Las puntuaciones de las entidades se vieron afectadas negativamente por el impacto en los mercados de las valoraciones más bajas de los inmuebles comerciales y por las subidas inesperadas de los tipos de interés, lo que se tradujo en mayores riesgos de tipo de interés en la cartera bancaria (banking book)", explica la institución, añadiendo que, en cambio, el aumento de la rentabilidad tuvo un efecto positivo en las puntuaciones.
En su análisis, la institución subraya que el sector bancario de la zona euro siguió mostrando capacidad de resistencia en 2024, cuando las entidades mantuvieron, en promedio, posiciones de capital y de liquidez sólidas y muy por encima de los requerimientos regulatorios.
En términos agregados, la ratio CET1 se situó en el 15,8% a mediados de 2024, lo que representa una ligera mejora con respecto al año anterior, mientras que la ratio de apalancamiento se incrementó ligeramente, hasta el 5,8%.
En este sentido, el BCE apunta que "los niveles más altos de los tipos de interés continuaron respaldando la rentabilidad de las entidades".
Sin embargo, de cara al futuro, el supervisor advierte de que el empeoramiento de las perspectivas macroeconómicas y los cambios estructurales en la economía "requieren una mayor vigilancia".
"Con frecuencia, los riesgos geopolíticos no tienen un precio asignado en los mercados financieros hasta que se materializan, lo que podría dar lugar a una revalorización brusca de los riesgos, que podría aumentar los riesgos de liquidez y traducirse en pérdidas adicionales", explica el BCE.
Además, la entidad avisa de que se mantiene la preocupación acerca de la gobernanza, la gestión de riesgos -incluidos los riesgos climáticos y relacionados con la naturaleza- y la resiliencia operativa de las entidades, lo que requiere una corrección rápida debido al entorno de incertidumbre.
Asimismo, el BCE ha indicado que 18 entidades quedaron sujetas a un recargo por exposiciones dudosas insuficientemente provisionadas, frente a 20 entidades el año pasado.
De su lado, nueve entidades de crédito fueron objeto de un recargo por préstamos apalancados de riesgo, lo que representa un aumento respecto a las ocho entidades de crédito del año pasado.
"Estos recargos reflejan elevadas exposiciones a los préstamos apalancados o prácticas inadecuadas de gestión del riesgo aplicadas a estos préstamos", explica el banco central.
Además, el BCE duplicó con creces el número de entidades sujetas a un aumento del capital debido al riesgo de apalancamiento excesivo, señalando que hay 13 entidades con un requerimiento de ratio de apalancamiento de Pilar 2.
Los requerimientos obligatorios específicos para cada entidad en relación con el requerimiento de ratio de apalancamiento de Pilar 2 oscilaron entre 10 y 40 puntos básicos, aplicándose de forma adicional a la ratio de apalancamiento mínima del 3%, que es un requerimiento vinculante para todas las entidades.
El BCE aplicó la recomendación de ratio de apalancamiento de Pilar 2 a siete entidades e impuso medidas cuantitativas de liquidez a cuatro bancos, exigiéndoles que mantuvieran liquidez adicional para cumplir los períodos de supervivencia mínimos y colchones de liquidez específicos para cada divisa.
Por otro lado, el BCE impuso medidas cualitativas, que se dirigen, principalmente, a corregir las deficiencias relacionadas con la gestión del riesgo de crédito, la gobernanza interna y la planificación del capital, a fin de que las entidades apliquen las medidas pendientes en relación con deficiencias no subsanadas desde hace tiempo.
En algunos casos, se impusieron medidas relacionadas con el cumplimiento de las expectativas de agregación de datos sobre riesgos y de presentación de informes de riesgos.