De este modo, el BCE espera que e PIB de la zona euro crecerá este año un 4,6%, seis décimas más de lo estimado el pasado mes de marzo, mientras que confía en que el rebote se acelerará el próximo año hasta el 4,7%, frente al 4,1% previsto previamente. Asimismo, la institución ha confirmado su expectativa de crecimiento del 2,1% para 2023.
"Los riesgos para el crecimiento de la zona euro se encuentran ahora equilibrados", ha señalado Lagarde en rueda de prensa, señalando que el BCE espera que la actividad económica se acelere en la segunda mitad del año "con fuerza" impulsada por la demanda doméstica.
Por otro lado, el BCE ha revisado también al alza sus expectativas de inflación, hasta el 1,9% en 2021 y el 1,5% en 2022, frente a las subidas de precios del 1,5% y 1,2% anticipadas, respectivamente, el pasado mes de marzo, mientras que ha mantenido su previsión de un alza de los precios del 1,4% para 2023.
En cualquier caso, la presidenta del BCE ha subrayado que el repunte de la inflación se explica por el efecto base de la comparación y factores transitorios, por lo que se prevé que las presiones inflacionistas se moderarán una vez sean superados estos elementos y seguirán por debajo de la meta del BCE durante el horizonte de las proyecciones de la la institución.
Por otro lado, Lagarde ha reiterado la necesidad de preservar unas condiciones favorables de financiación y ha advertido de que un endurecimiento prematuro de estas representa un riesgo para la recuperación.