El paleontólogo español, co-director e investigador principal de los yacimientos de Atapuerca, intervino en el IV Foro de Innovación Educativa de Caxton College.
VALÈNCIA. En un reciente webinar organizado por el colegio británico de Puçol, Bermúdez de Castro se detuvo en los procesos de aprendizaje de hace millones de años para tratar de explicar cómo ese viaje evolutivo nos ha conducido hasta aquí y cómo podemos hacer uso de ciertas experiencias para enfrentarnos a la realidad post-covid-19. “Es fundamental conocer las características biológicas y la variabilidad de las capacidades cognitivas del cerebro y de la mente de Homo sapiens antes de abordar cualquier debate sobre la mejor educación que podemos ofrecer a nuestros hijos”, afirmó Bermúdez de Castro, a quien, por sus valiosas aportaciones paleontológicas, ha recibido el premio el Príncipe de Asturias de Investigación Científica.
Todo cambió cuando los primeros homínidos de nuestra genealogía dejaron de vivir en los bosques, tuvieron que convivir con otros depredadores, buscar el alimento de otra manera y adaptarse a una nueva forma de vida. “Nuestros cambios cerebrales, tanto en volumen como en complejidad, se han producido en respuesta a este tipo de experiencias adversas, que hemos ido viviendo desde que existimos como grupo zoológico”. En términos educativos, la resiliencia, adaptabilidad y cooperación están integrados en nuestra cultura, ya que nuestros ancestros tuvieron que desarrollar esas habilidades sociales y cognitivas para sobrevivir. “Gracias a la neuroplasticidad del cerebro hemos sido capaces de adaptarnos a escenarios muy variables y cambiantes. evolucionar por delante de cualquier otra especie”, aseguró el paleontólogo madrileño.
La enseñanza debería tener una parte emocional importante, en consonancia con las características de nuestro cerebro y reducir la parte puramente memorística. Lo datos que se necesiten pueden encontrarse fácilmente en numerosos documentos, sin necesidad de almacenarlos en nuestra memoria de manera compulsiva. “Es importantísimo que el conocimiento que reciban los alumnos les genere placer, porque de ese modo las ideas se asentarán más en su cerebro”, concluyó el primer director del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana. No menos importante es aprender a razonar y a emplear la lógica. “Tememos que tener muy en cuenta cómo plantear la convivencia y la enseñanza con nuestros adolescentes, puesto que en esta etapa el cerebro de los jóvenes se “resetea” a nivel neuronal. Por eso se producen cambios de conducta que en muchas ocasiones no parecen reprobables, pero tenemos que ser conscientes de que tienen que ocurrir porque, son necesarios para su desarrollo cerebral”, atestiguó.
Nuestro cerebro posee una capacidad de almacenaje de información de tiene 2,5 petabytes, siendo un petabyte el equivalente a un millón de megabites. Es decir, mucho más potente que el ordenador con mayor capacidad que tenemos en España. “Todos somos buenos en algo, tenemos alguna habilidad innata en arte, en matemáticas, etc. Por eso, no podemos afirmar que existe un determinismo genético. Con entrenamiento, constancia y esfuerzo, aprovechando el potencial de nuestro cerebro, se pueden cambiar esas habilidades. Si no somos buenos en algo podemos aprender”.
El cerebro consume mucha energía. Es un órgano muy caro de mantener ya que cuando dormimos consume el 20% de la energía. En los niños, cuando el cerebro está en pleno desarrollo, ese consumo puede llegar incluso hasta el 60%. “El rendimiento intelectual va a ser mejor si practicamos deporte con frecuencia. Es imprescindible para que nuestro cerebro funcione bien. Los niños deben hacer a diario ejercicio físico. No solo aporta el oxígeno y la glucosa necesarios para alimentar el cerebro, sino que favorece su plasticidad. “Los colegios deberían de tener en cuenta la asignatura de educación física, tanto como la de Matemáticas o Literatura”.
Por otra parte, el paleontólogo se refirió a la conectividad entre las personas. “Los seres humanos necesitamos contacto visual directo y presencial, es decir, comunicación directa. Por mucho que haya avanzado la tecnología, biológicamente somos muy parecidos a lo que éramos hace 250.000, somos primates sociales con necesidad de contacto directo”, confirmó Bermúdez de Castro.
Con esta cuarta edición del foro de innovación educativa, Caxton College se reafirma en su afán de compartir con la sociedad valenciana, año tras año, las mejores reflexiones de prestigiosos expertos adscritos a diferentes áreas del pensamiento contemporáneo para mejorar continuamente nuestro sistema educativo.