Hoy es 4 de octubre
VALÈNCIA. Tras unas pocas semanas de relativa tranquilidad, el PSPV-PSOE que lidera la ministra Diana Morant evidenció este miércoles que sigue transitando por una estabilidad notablemente endeble, pese a haber celebrado un congreso extraordinario el pasado mes de marzo con una única candidata y sin llegar a medirse en primarias.
El problema es que, tal y como se vio ayer, las discrepancias comienzan a ir más allá de los posicionamientos orgánicos, trascendiendo a la órbita de la estrategia política. Un territorio que, a priori, debería considerarse sagrado y exclusivamente ligado a la secretaria general del partido y las directrices que marca la cúpula federal del PSOE situada en la madrileña calle de Ferraz. O al menos así lo piensan desde el entorno de la líder de los socialistas valencianos.
El protagonista en este caso, y no resulta una novedad, es el portavoz del PSPV en la Diputación de Valencia y secretario general provincial, Carlos Fernández Bielsa, que este jueves puso sobre la mesa un acuerdo de estabilidad con PP y Ens Uneix en la institución, con el objetivo de dejar fuera de las decisiones a Vox. Para ello, el dirigente socialista propone una serie de medidas, como el incremento presupuestario contra la violencia de género, igualdad, memoria democrática, y también el aumento hasta los 100 millones de euros en el fondo de cooperación local destinado a los ayuntamientos, entre otras cuestiones.
Más allá de estas iniciativas se ajusten a la perfección al ideario socialista, el problema del paso adelante dado por Bielsa es que no termina de concordar con la estrategia llevada a cabo por Diana Morant, que ha sido contraria a concesiones al PP en estos meses e, incluso, lo ha acentuado tras la ruptura de los gobiernos autonómicos. Una tesis que resulta idéntica a la marcada por Pedro Sánchez y su equipo desde la Moncloa.
Así, fuentes próximas a la secretaria general del PSPV mostraban, para empezar, su sorpresa ya no sólo por el contenido del anuncio por parte de Bielsa a los medios, sino también por no haber sido comunicado previamente a la líder del partido. En cambio, desde el entorno del líder provincial señalaban que el objetivo final de las propuestas se dirigían a beneficiar a los municipios, arrinconar a Vox y lograr conducir a la institución a ejecutar políticas próximas a la formación socialista, además de escudarse en que Morant también mantuvo una reunión en su momento con el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, con una posición abierta al diálogo e insistir en el respaldo que se profesa desde la dirección provincial a la líder del PSPV.
Unas explicaciones que convencían ayer al entorno de la líder del PSPV, que entendían que el movimiento de Bielsa tenía un carácter unilateral y, además, se desviaba de la estrategia marcada ya no sólo por la secretaria general, sino también por Ferraz y la propia Moncloa. "El PP pactó con Vox en las autonomías de inmediato. No nos interesan sus problemas ni tenemos por qué darle estabilidad a sus gobiernos. Especialmente cuando ni siquiera nos la han pedido", comentaban a este diario fuentes próximas a Morant.
En esta línea, el gobierno de la Diputación conformado por PP y Ens Uneix respondieron de inmediato y se mostraron "sorprendidos" por la proposición de Bielsa además de poner de manifiesto que se encontraban cómodos con su acuerdo en la corporación y el apoyo externo de Vox. "El último año ha estado instalado en el frentismo y ha sido incapaz de llegar a ningún tipo de acuerdo con el gobierno provincial en beneficio de las valencianas y valencianos", señalaron desde el gobierno de la Diputación.
En los últimos dos meses, la relación entre Bielsa y Morant se ha enrarecido a causa de algunas diferencias orgánicas. La principal, el intento de modificación de la ejecutiva provincial que pretendía el primero y que afectaba al secretario de Organización y mano derecha de Morant, Vicent Mascarell. Una situación que se cerró con un armisticio que dio lugar a una paz que sigue pareciendo frágil de cara a futuras citas congresuales.