Ya tenemos nuevo director del San Pio V. Le deseo lo mejor. Aunque con tanto “concurso” ya no me fie de casi nadie. Buenas intenciones no le faltan. Tiene currículum. Pero por aquí, cada día más manda el sectarismo ideológico
VALÈNCIA. Tenemos nuevos vecinos en lo que desde hace un tiempo denomino la reserva india de Valencia, un lugar al margen de la realidad y el “orden”, donde sheriffs y caza recompensas han desaparecido. Ahora mandan los vaqueros políticos sobre las tribus, como en Arizona, Texas o Canadá. A los nativos se les concedió en su día una reserva. Actualmente les montan casinos para que se diviertan ya que su vida está limitada. Aquí quedan espacios para rodear diligencias en forma de subvenciones. Así que todos estarán contentos.
Por aquí, además, se reparten cargos, ya sean mediante supuestos concursos públicos o de méritos, que al fin y al cabo no deja de ser algo parecido y/o de pleitesía. De eso sabe mucho Marzá y su colla.
Así que, de repente tenemos dos nuevas caras en altos cargos institucionales: uno en el IVAM con forma de gerente, con toda la pinta de ser compensación política hasta que lo demuestre -Cortés, ves con cuidado -, y un segundo, que es el que me interesa, Carlos Reyero, al menos Catedrático de Historia del Arte con un currículum válido, muchas publicaciones e ilusiones, por lo leído, y que dirigirá el siempre “marchito” Museo San Pío V.
Le pregunté a una compañera por su primera impresión. Contestó que le parecía un personaje interesante, pero que todo lo que decía, o a lo que aspiraba, no lo iba a conseguir. Ya no porque no fuera a poner esfuerzo en su cometido sino porque conociendo esta ciudad y el gris cerebral de sus gestores culturales lo veía bastante complicado. Aquí son de mucho ombligo y endogamia política, pero de reducida lucidez o compromiso con la independencia o la libertad de cátedra. Son de partido puro y duro.
Esto de los concursos públicos para optar a un cargo, aunque sea técnico, jamás lo he creído. Lo sé por experiencia. Pero en este caso del San Pio V he de darle un pase, aunque sea circunstancial, pero por respeto a la institución y el currículum. El tribunal tenía talla. Por cierto, bien podrían airear estos concursos tan transparentes y públicos el resto de candidatos desechados para conocer compadreo o la real independencia, así como publicar sus programas.
Otra cosa es experiencia de gestión. Pero bueno. Un buen equipo técnico es capaz de poner o hacer realidad meras ideas. Más complicado es conseguir un buen plantel técnico alguien que viene de Santander/Madrid, dicen que con recomendaciones de las universidades catalanas y que pasa a formar parte de un área controlada desde Presidencia y por el PSPV, que si fuera por Compromís ya diría que no. Tampoco es que haya que fiarse del PSOE que si no son igual sí muy parecidos o lo permiten. Recuerden À Punt, entre otras tropelías. Por lo general, todos ellos siempre están a lo suyo, la mera recolocación. Es seña de identidad. Cada día se parecen más al PP en formas. No es por lo que valen sino por los que arrastran. Además, pagamos nosotros, con lo cual, les sale gratis mientras dure la fiesta.
Después de leer las primeras declaraciones de Reyero he quedado exhausto de su voluntad y deseos. Pero me gustaría sugerirle algunos aspectos para que, al menos, conozca el territorio comanche que pisa, alguien que viene de las verdes praderas del norte. En resumen, aquí no se funciona dentro de la normalidad. Aquí se rinde fidelidad y pleitesía.
El Museo de Bellas Artes de Valencia San Pío V no ha logrado en treinta años consolidar nada a lo que aspiraba. Ha tardado todo ese tiempo en concluir una ampliación que está inconclusa todavía, sin equipos técnicos de relumbrón y peso, sin política de compras y hasta de programa. Así que, agárrese los machos porque si conoce el museo por lo leído en prensa, va usted apañado. Y eso que le deseó de corazón lo mejor.
Por ello, me voy a permitir darle unos consejos. Más aún a usted que se declara independiente, algo que le honra y evita entrar en la institución señalado.
Estoy con su idea de que un museo es un relato y que falta personal, hasta coherencia en su funcionamiento, seriedad, programa didáctico, comunicativo, promocional, contacto con la sociedad, pero también ha de saber que desde mediados de la década de los noventa sus sucesivos directores han ido cayendo agotados por una injerencia política intolerable. Ese museo tiene dos problemas: su financiación controlada desde la Conselleria de Cultura y político, ya que su titularidad es del Ministerio de Cultura. Con lo cual, si me permite, busque cuanto antes una alianza con Madrid. A la carrera. Capaz de dar un golpe en la mesa si su gestión es cuestionada.
Dos. No confié mucho en su alrededor, menos aún de los supuestos “intelectuales” o “académicos” -sí en los verdaderos conocedores del medio en el que se manejan- que sólo buscan protagonismo personal. Y tres, imponga su criterio. Para algo eligieron su programa Yo soy de los suyos: menos rollo Sorolla, que no deja de ser negocio, y más generación y discurso. Y menos debate provinciano, que es lo que se lleva y gusta.
Pero ya puestos, le animo a ser valiente. Esta institución, que muchos consideramos nuestra, debería de ser capital para la cultura de esta ciudad y un buque insignia de nuestra realidad histórica y artística. Necesita de valentía de gestión. Por tanto, no consienta imposiciones ni mediocridades; menos aún planes teledirigidos, ni enchufismo político. Elija los mejores y salve ese espacio de la decadencia política que nos rodea Pero no permita que cualquier día le coloquen a un par de familiares de una lista, como ha ocurrido en Les Arts por simplemente serlo. Y si eso se produce, como el rechazo político a un proyecto académico y serio o a una injerencia descarada desde la ignorancia, salga corriendo. Usted tiene trayectoria reconocida y, por tanto, no necesita doblar el lomo.